¿De qué depende la calidad del periodismo: de la información, del medio, del gusto del público? ¿Los parámetros “noticiosos” de los medios coinciden con los criterios de calidad del público?
En un artículo denominado “Definiendo la calidad”, el periodista Kelvin Mckenzie, ex editor de The Sun (Gran Bretaña) comenta: "Yo he escrito artículos en diarios por más de veinte años y nunca nadie les preguntó a mis lectores si mi trabajo era bueno. Los premios que recibe el periodismo son decididos por sus pares, no por el público lector. Hoy la definición de calidad ha pasado a ser decisión del lector en cuyas manos está el destino del periodismo".
Curiosamente Mckenzie fue un editor muy controvertido por sus primeras planas sensacionalistas, muchas veces equivocadas o francamente falsas, al grado que muchos críticos acusaron al diario de “inventar noticias” y ser exagerado.
Pero ¿realmente la calidad del periodismo en México depende del lector? Los medios en nuestro país –impresos, electrónicos o en internet- se han esforzado por brindar a sus audiencias primicias (ser los primeros en dar la información del momento aún a riesgo de cometer errores u omisiones), mostrar gráficamente los hechos (ya sea en fotos, videos o infografías, aunque puedan ser imágenes crudas u ofensivas), estar en el lugar mismo de la noticia (aún a costa de la seguridad del periodista) y dar exclusivas (sean entrevistas, investigaciones especiales, imágenes, etc.).
En función a ello, entre otros factores relacionados con criterios editoriales, tendencias de sus opinadores, percepción de objetividad y varios más, la audiencia decide su preferencia por determinados medios. Pero ¿tener primicias erróneas, imágenes de la realidad o transmitir desde el lugar de los hechos es sinónimo de periodismo de calidad?
A la luz de muchos empresarios, si no se habla o se escribe bien de sus negocios o productos a pesar de haber dado información o entrevistas, el medio respectivo no tiene calidad. A lo largo de mi vida profesional he escuchado expresiones que se traducen en frases como: “El reportero no entendió nada de lo que le dije”, “toda la información que di está tergiversada”, “me sacaron de contexto”, “La cabeza no tiene nada que ver con la información”, “está mal escrito mi nombre”, “Eso no lo dije, ni siquiera he dado entrevista a ese medio”, “El nombre de la empresa está correcto pero el logo es el de la competencia”.
Por el lado de los medios, estos basan sus criterios de calidad en los atributos de la información e imágenes que se les proporciona, en la oportunidad de la entrega de estos y en los datos que obtienen de sus entrevistados, en el caso de que se les haya concedido una entrevista. De ellos he escuchado expresiones como: “la información que enviaste es muy comercial”, “¿por qué no dan cifras?”, “lo que tu cliente quiere es un anuncio, no un reportaje”, “eso no es noticia”, “pasé la nota pero el editor la quitó”, “había otras notas más interesantes y por eso no entró tu información”, “ahora sí consígueme la de ocho (columnas)”, “a mí no me llegó la información”, “me enteré del evento por otros compañeros” y otras frases más o menos similares.
En la búsqueda de una respuesta a las interrogantes planteadas en el primer párrafo, encontré un estudio realizado por el Instituto de Comunicación Social de la Universidad Católica Argentina (“Medición de la Calidad Periodística: La Información y su Público”), que puso a los lectores de los diarios El Clarín y La Nación en el papel de periodistas, para tratar de determinar sus referentes de calidad de las noticias y contrastarlos con los de los periodistas.
Algunas de sus conclusiones del estudio son las siguientes:
· En tanto los diarios privilegian las noticias actuales, los lectores prefieren las atemporales. Al parecer el público prefiere acceder a la información del momento a través de medios como el internet, la radio y la televisión por su inmediatez en la transmisión de las noticias y dejan a los diarios como el medio para profundizar en la información.
· Los lectores eligen acontecimientos emocionalmente más relevantes que los seleccionados por los diarios. Se podría inferir que ello obedece a un relativamente escaso volumen de noticias de alto impacto emocional o a una pérdida de valor de este criterio a la hora de la selección de las noticias por parte de los periodistas.
· Los lectores privilegian las noticias que impactan en un mayor número de población. Prefieren aquellas con consecuencias nacionales y/o regionales, mientras que los diarios dedican mayor espacio a las noticias que involucran a segmentos sociales o grupos especiales. Al parecer la selección de información que hacen los medios se guía por la decisión de ofrecer espacio a determinados segmentos sociales/minorías.
· El público atribuye mayor importancia a la contextualización de la información y a las consecuencias de la noticia que a sus causas y antecedentes. La contextualización permite una mejor comprensión de la noticia, situando al lector en las consecuencias que se desprenden de los hechos. Los medios, en cambio, dan más valor y significado a los antecedentes de la noticia.
· Diarios y público coinciden en un 50% de los casos en la necesidad de la presencia de observación periodística. Cabe recordar que "observación" no quiere decir "opinión", pero sí implica interpretación de los datos y ubicación de los mismos en el contexto social, histórico, político, etc. Por eso mismo, a través de este indicador se puede llegar a sopesar la idoneidad de los periodistas que no son meros transmisores sino procesadores de la información, para lo cual hace falta formación, estudio.
· En cuanto al núcleo de la información el público prefiere que las noticias muestren los hechos en lugar de las especulaciones sobre los mismos.
· Mientras los diarios enfocan las noticias desde el ángulo del conflicto, los lectores se interesan por aquella información que resalta el interés humano. Si bien los diarios valoran el conflicto por encima de otros enfoques, el interés de los lectores reclama una revisión de este criterio.
· Los diarios sobrevaloran el material fotográfico a diferencia de los lectores que no consideran que la foto agregue valor a las noticias. En cambio, restan importancia a los gráficos e infografías que para el público resultan elementos valiosos para la comprensión de las noticias.
De regreso a México, me parece, en base a la experiencia, que tanto medios como empresas privadas y públicas buscan hacer el trabajo informativo con calidad, aun con deficiencias de uno y otro lado. Pero aún no he encontrado algún referente científico que permita tener una idea de las apreciación del público sobre la calidad del periodismo en nuestro país. Las preguntas prevalecen: ¿De qué depende la calidad del periodismo: de la información, del medio, del gusto del público? ¿Los parámetros “noticiosos” de los medios coinciden con los criterios de calidad del público? Hasta ahora el único referente que tengo son los comentarios que ya he mencionado. ¿Alguien conoce alguna referencia al respecto?
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