jueves, 27 de septiembre de 2018

LOS “DEMODICTADORES”


De años atrás, el actual presidente electo de México ha tenido expresiones ofensivas, peyorativas y denigrantes hacia distintos medios de comunicación cuando sus opiniones  y/o coberturas no van de acuerdo con lo que él espera o “agreden” a sus cercanos.

Ello sucede especialmente cuando ha ostentado una posición de poder (y de joder) como: Presidente del Partido de la Revolución Democrática, líder del Movimiento de Regeneración Nacional, Jefe de Gobierno del Distrito Federal y hoy como el próximo Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Algunas de las frases con los que se ha referido a los medios que no le son afines han sido:  “hampa del periodismo”, “pasquines del régimen”, “prensa inmunda”, “secuaces de la mafia”, “alcahuetes de la derecha”, “jilgueros del poder”, “camajanes”, “cerco informativo”, “medios maiceados”, y, recientemente, “prensa Fifí”. No obstante no deja de tener presencia mediática aunque, la mayoría de las veces la noticia la da en sus apariciones  ante grandes audiencias, como lo ha hecho desde hace varios años.
 
Cuando se trata de medios de comunicación, lo hace en ambientes controlados, como las conferencias de prensa matutinas cuando era Jefe de Gobierno del DF en donde fija la agenda del día y “regaña” a los reporteros, o en las escalinatas de su actual casa de transición. Por lo que ha expresado, así lo seguirá haciendo desde el primer día en que sea Presidente Constitucional.

Pero estas actitudes hacia los medios de comunicación no son nuevas, ni el actual presidente electo es el único en ponerlas en práctica. Es una forma de actuar típica de los demagogos en todo el mundo.

Joel Simon, Director Ejecutivo del Comité Para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), organización independiente basada en Nueva York, expone en su libro ““The New Censorship: Inside the Global Battle for Media Freedom” (Columbia University Press) que aun cuando cada día hay más democracia en el mundo y las redes sociales emiten indiscriminadamente todo tipo de información cada segundo, la tendencia
es a cada vez menos libertad de prensa.

Expresa: “La saturación de datos nos impide ver una realidad más profunda. En todo el mundo se están implantando nuevos sistemas de control. Están extinguiendo la conversación global e impidiendo el desarrollo de políticas y soluciones basadas en una comprensión informada de las realidades locales. La represión y la violencia contra los periodistas están en niveles récord y la libertad de prensa está en declive.”

Agrega que líderes elegidos “democráticamente” (como Putin en Rusia, Tayyip Erdogan de Turquía y los presidentes de Venezuela, Ecuador o Bolivia) emplean su poder para intimidar a los periodistas y hacer prácticamente imposible su trabajo. Les denomina “demodictadores” que explotan sus mandatos democráticos para gobernar como dictadores: “Debido a que cuentan con apoyo popular, estos líderes disfrutan de cierta protección contra las campañas de denuncia que dirigidas en su contra.”.

ASÍ ES SU NATURALEZA.

Robert B. Reich, profesor de Políticas Públicas en la Universidad de California en Berkeley, ha identificado las técnicas que, históricamente, los tiranos han empleado para controlar a la prensa, tal como lo hace, por ejemplo, el actual presidente de los Estados Unidos, a quien pone de ejemplo. Algunas de esas técnicas son:

1.     Regañar a los medios.- Trump lo ha hecho tanto con reporteros como con conductores de noticias en televisión. Los ha reprendido por su cobertura "escandalosa" y "deshonesta". A CNN le ha llamado "red de mentirosos" y ha acusado a NBC de usar imágenes poco favorecedoras de él.
2.     Poner al público en contra de los medios.-  Trump se refiere a los periodistas como "mentirosos", "deshonestos", "desagradables" y "escoria". Refiriéndose a los periodistas en sus mítines, Trump dijo: "Odio a algunas de estas personas". Ha cuestionado los motivos de la prensa y aparentemente quiere eliminar a algunos medios que desorientan a los estadunidenses.
3.     Condenar los comentarios satíricos o críticos.- Trump condenó, entre otros, la cobertura que recibió durante la campaña presidencial por parte de "Saturday Night Live" de la NBC en el que aparece el actor Alex Baldwin imitándolo. Trump tuiteó que se trataba de un programa "parcial, parcial y parcial": nada gracioso en absoluto.
4.     Amenaza directamente a los medios.- Durante la campaña, Trump amenazó específicamente con demandar al Times por difamación en respuesta a un artículo que presentaba a dos mujeres que lo acusaban de tocarlas de forma inapropiada años atrás. También amenazó con acciones legales después luego de que el Times publicó sobre parte de su declaración de impuestos de 1995.
Robert B. Reich
5.     Brincarse a los medios y comunicarse directamente con el público.- El público estadounidense aprende lo que Trump piensa a través de sus tweets. Los ayudantes dicen que a Trump le gusta la gratificación instantánea y la adulación que brindan las multitudes.

Dice Reich que históricamente estas técnicas y algunas otras como la generación de listas negras o limitar el acceso a los medios a sus actos públicos, han sido utilizadas por los demagogos para erosionar la libertad y la independencia de la prensa.

Los medios de comunicación son un enlace entre los creadores de la noticia y las distintas audiencias. Los demagogos buscan la forma de neutralizar a esos intermediarios. Recientemente Héctor de Mauleón publicó en El Universal (08-29-2018): “La prensa fifí, según el presidente electo, escucha una declaración suya y luego va ‘con el secretario de Hacienda o con Claudio ( X. González)’. En cuanto se halla frente a éstos les dice: ‘Andrés Manuel dice que hay bancarrota’. Obviamente esto lo hace la prensa fifí con el fin perverso de que no se alcance el proyecto, de que no suceda el cambio. De acuerdo con López Obrador, ‘también esto hay que modificarlo en el periodismo’: ‘O sea, hacer más investigación, ser más objetivos, y que no haya medios tendenciosos… Que estén los medios lo más distantes que se pueda del poder y lo más cercano a la sociedad”. Así que el presidente electo descalifica, denigra, da lecciones de lo que él espera que sea el periodismo.

lunes, 17 de septiembre de 2018

APRENDIZAJES SOBRE LOS "PARCHES" AL AEROPUERTO


El tema de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México no es algo nuevo. Es curioso, pero desde principios del Siglo XX la zona Oriente de la Ciudad ha sido un punto referente para la aviación, seguramente porque desde 1885, el Oriente de la ciudad se mantenía como una área despoblada lo que permitió, por ejemplo, el desarrollo de la Penitenciaría del Distrito Federal. Hasta principios del Siglo XX esa zona permanecía con llanos salitrosos, pantanos y aguas someras, excepto el Peñón de los Baños.

En rojo la Ave. E. Carranza y las pistas del AICM
En lo que hoy es la Segunda Sección de la Colonia Moctezuma (originalmente Ejidos de Texcoco) se instaló, dentro del Aeródromo Militar de Balbuena, la primera pista aérea que en su momento, en 1928, fue utilizada por el Capitán Emilio Carranza para iniciar su histórico vuelo sin escalas a Washington DC. En su honor esa pista es hoy la Avenida Emilio Carranza. Vista desde el aire, esa pista tenía la misma orientación que hoy tienen las actuales pistas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Ese mismo año se inició, un poco más al Oriente, en los terrenos que actualmente ocupa el aeropuerto, la construcción del Puerto Aéreo Central de la Ciudad de México con las dos pistas con que actualmente opera: la 5 Derecha-23 Izquierda y la 5 Izquierda – 23 Derecha. Los terrenos sobre los que se construyó formaban parte de los Ejidos del Peñón y otros eran propiedad federal en el Lago de Texcoco. El primer edificio terminal consideraba una bóveda y un puente que lo uniría con la comandancia y que serviría para que los pasajeros estuvieran a cubierto de las inclemencias del tiempo, al ascender o descender del avión. Un terremoto, en 1930, derribó la bóveda y a partir de eso la terminal nunca se terminó.

Fue hasta el 11 de abril de 1939 que se inauguró el nuevo edificio del Puerto Aéreo Central y su Torre de Control, en donde estaba pintado el mural de Juan O´Gorman titulado “La Conquista del Aire por el Hombre” (ver: http://corpmedios.blogspot.com/search?q=o%27gorman). Este aeropuerto fue el primero en su género en el país.

Ese edificio se encontraba sobre lo que hoy es el Boulevard Aeropuerto, a 5 kilómetros de la ciudad. En su única entrada había unas columnas que soportaban un techo debajo del cual los pasajeros podían descender de sus autos. Era una construcción rectangular a cuyos lados se ubicaban los mostradores de documentación. En el piso superior se encontraba un restaurante que daba a una terraza semicircular desde donde se podían apreciar los aterrizajes y despegues de los aviones.

En tanto las aeronaves evolucionaban  en tecnología y capacidad de pasajeros, el transporte aéreo empezó a crecer e incluso en 1943 el aeropuerto asumió el carácter de internacional. El edificio original empezaba a ser insuficiente, por lo que en 1949 se inició la ampliación que incluyó  un nuevo edificio terminal (actual terminal 1), su torre de control (en la parte central de la instalación) y el edificio para autoridades de la terminal aérea; fue inaugurado en 1952. Once años más tarde es denominado como “Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México” (AICM).

La industria aérea empezó a producir aviones con capacidad de más de 300 pasajeros, ello demandaba mayor seguridad para el tráfico aéreo por lo que en 1978 se inauguró una nueva torre de control 20 metros más alta que la original. Paralelamente el edificio terminal empezó a ser incómodo y en 1979 se remodeló para dar mayor espacio, comodidad y circulación al pasaje. En ese entonces la terminal contaba con 17 posiciones de contacto (salas de última espera). Esta remodelación se inauguró en agosto y dos meses más tarde un avión DC-10 procedente de Los Ángeles se estrelló en un edificio enfrente de la remodelada terminal. Ver: http://corpmedios.blogspot.com/search?q=western).

Hacia 1994 el cada vez más intenso tráfico aeronáutico y el consecuente movimiento de pasajeros, llevó a dos acciones paralelas: por un lado ampliar el edificio terminal para dar mayor cabida a operaciones internacionales, y por el otro, ordenar la salida del aeropuerto de la aviación privada y los taxis aéreos.

Siete años más tarde se agregaron 8 nuevas posiciones de contacto y en mayo de 2003 se inició la ampliación del AICM, aumentando el andador público a más del doble, construyendo un segundo piso en la misma área, y una nueva sala de pre-espera en la sala B. Al mismo tiempo, ante el fracaso de la construcción de un nuevo aeropuerto en la Zona Federal del Ex Vaso de Texcoco, se inició la construcción de la Terminal 2, con 23 posiciones de contacto, para aumentar la capacidad instalada para atender a 32 millones de pasajeros anuales. La nueva terminal inició operaciones en 2007 y con ella el aeropuerto capitalino incrementó más de 30 por ciento su capacidad de atención a usuarios y pasajeros. 

Después de 5 modificaciones al AICM, entre 1970 y 2004, la terminal 1 cuenta con 33 posiciones de contacto, más 20 posiciones remotas con 11 salas móviles; en tanto la terminal 2 tiene 23 posiciones de contacto y 17 remotas.

Dos épocas: 1940 (I) 1960 (D)
Desde sus inicios y hasta principios de los años 50 el aeropuerto era un espacio aislado de la ciudad. La falta de planos reguladores del crecimiento de la ciudad, aunado, seguramente, a la corrupción, permitieron que el área urbana creciera precisamente hacia el Oriente  y rodeara la zona aeroportuaria tanto del lado del entonces Distrito Federal como del Estado de México, con lo cual se limitó el crecimiento de la superficie del aeropuerto. La forma en que se intentó satisfacer la creciente demanda fue mediante las remodelaciones y ampliaciones someramente descritas en párrafos anteriores.

El continuo incremento del tránsito aéreo y de flujo de pasajeros obligaba, desde mediados de los años 90, a la construcción de un nuevo aeropuerto en el mejor lugar posible. En 2001 el entonces Presidente lanzó una convocatoria para su construcción en la zona federal del ex Vaso de Texcoco. Un levantamiento de ejidatarios que sintieron que se les pagaría muy poco por sus tierras, llevó a la cancelación del proyecto.

Ante esta situación la siguiente administración encargó la preparación de estudios técnicos para que el proyecto de la construcción de un nuevo aeropuerto para la ciudad de México pudiera ser retomado por el siguiente gobierno. El proyecto excluye las tierras que causaron conflictos y fue anunciado el 2 de septiembre de 2014 por el actual Presidente de la República.

La selección del sitio se llevó a cabo con base en estudios técnicos y de factibilidad realizados por Arup, la corporación MITRE, la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México y se determinó en la Zona Federal del Ex-lago de Texcoco a 15 km del centro de la Ciudad de México.

Independientemente de la decisión que tome el gobierno entrante, me parece que la lección de tantos años de “parches” es evitar el crecimiento poblacional y urbano en torno al nuevo aeropuerto a fin de no limitar su crecimiento y sólo permitir instalaciones de apoyo a los viajeros.