lunes, 13 de abril de 2015
CUANDO LA VIDA PRIVADA SE VUELVE PÚBLICA
Desde la campaña electoral, miembros
de la familia del actual Presidente de México han asumido actitudes públicas
que afectan la imagen del Jefe del Ejecutivo. Desde la calificación de “Prole”
de Paulina Peña Pretelini hacia quienes se mofaban de su padre, pasando por las
expresiones de Sofía sobre el asunto de Ayotzinapa, el conocido tema de la
“casa blanca” y sus derivados, las 21 páginas de ostentación en la revista
Hola, hasta la reciente gira por Beverly Hills, las acciones y dichos de la
familia presidencial han sido objeto de cuestionamientos.
Comprar una casa, aparecer en una
publicación, salir de compras fuera del país no tendrían nada de malo en tanto
se hiciera racionalmente, sin ostentación (Hacer
gala de grandeza, lucimiento y boato, según la RAE), con discreción y cuidando las
formas, y con una preparación previa para hacer frente a fotógrafos y
reporteros. Al parecer a la mayoría de las familias de los políticos,
especialmente los Jefes de Estado, les gana la vanidad y olvidan que, por ser
familiares de quien son, se convierten en personajes públicos, objeto de
seguimiento y cuestionamiento.
Esta familia presidencial no es la
única que ha caído en expresiones y actitudes que son cuestionables, ni sólo es
el caso en nuestro país. Los medios de comunicación, en su momento, han dado
cuenta de algunos de estos casos. Veamos:
Cuando en
febrero de 1975 la Reina Isabel II de Inglaterra visitó México, el recorrido
por las calles de la ciudad no se realizó en un automóvil descubierto como el
que hasta entonces empleaban los Presidentes de México luego de sus informes
anuales, sino en un descapotado autobús urbano acondicionado al efecto. Uno de
los hijos menores del Presidente fue incluido en la comitiva, pero, al fin
niño, durante el recorrido estuvo brincando de asiento en asiento, lo que fue el
comentario generalizado en diarios y noticiarios de televisión.
José López
Portillo quien incluyó en puestos de gobierno a familiares en primer grado,
cuyas acciones
complementaron, para mal, las propias del Presidente. A su
hermana Margarita la puso al frente de la Dirección General de Radio,
Televisión y Cinematografía y del Canal 13 de TV. Al fin de su gestión, las
instituciones a su cargo eran zonas de desastre. La Revista Proceso
lo resumió así: “Fueron los años más oprobiosos para la industria fílmica.
Desde su sitial inamovible, el autoritarismo y los caprichos de la directora de
Radio, Televisión y Cinematografía no pueden olvidarse: Se privilegió a los
extranjeros, se persiguió a los realizadores y se les encarceló, se gastaron
sumas exorbitantes y se destruyó por negligencia la Cineteca Nacional.”
A su hijo
José Ramón (“El orgullo de mi nepotismo”) lo colocó en la Subsecretaria de Programación
y Presupuesto. De él escribió Miguel de la Madrid en su libro “Cambio de Rumbo”:
“Fue su asesor principal, a quien más escuchaba. Y claro, José Ramón, rodeado
de amigos, recibió influencias. Sé que (José Ramón) desde febrero empezó a
instar a su padre a la nacionalización de la banca…”, lo cual finalmente ocurrió
con todas sus consecuencias.
Y aunque su
esposa Carmen Romano no tenía un
puesto oficial, los medios de comunicación se
encargaron de comentar sus caprichos artísticos, como el integrar una orquesta
sinfónica para ser la solista al piano, o hacer viajes internacionales “oficiales”
con todo y piano de cola, aunque se tuvieran que derribar muros en un hotel
para meterlo en la suite presidencial, o bien, cerrar en París algunas tiendas y
joyerías para que pudiera hacer sus compras tranquila y sin ser observada, a lo
que las tiendas aceptaban por lo que implicaba en ventas.
En la época
de Carlos Salinas surgió la frase de “El Hermano Incómodo” gracias a su carnal
Raúl, quien mientras trabajó en la Compañía Nacional de Subsistencias Populares
(Conasupo) adquirió 41 propiedades en nueve estados del país sin poder
comprobar
el origen de los recursos para comprarlas. Aunque pasó largos años en la
cárcel, recientemente fue exonerado. El hermano menor, Enrique, no obstante mantenerse
fuera de la vida pública, fue investigado con relación a operaciones de lavado
de dinero durante el sexenio de su hermano y en un artículo publicado en la
revista Proceso fue
identificado como el «cerebro financiero» de su hermano Raúl.
Con Ernesto
Zedillo fue mediáticamente famoso el escándalo producido por sus hijos Ernesto,
Emiliano y Carlos durante un concierto de U2 en el Foro Sol. Cuando trataron de
salir por una zona restringida por el movimiento de luces, grúas de las cámaras
y equipo en general, uno de los Zedillo fue tirado al suelo por alguien del
equipo de la banda irlandesa; el personal de seguridad de Presidencia sacó sus
armas, subieron a los hermanos a una camioneta blindada y rumbo a la salida
pasaron por encima del jefe de seguridad de U2 afectando severamente su
columna.
En el caso
de Vicente Fox, su esposa Martha Sahagún fue señalada por algunos medios de
utilizar su influencia en el Gobierno para beneficiar a sus hijos con contratos
de obras públicas. En mayo de 2005 se creó una comisión investigadora en la
Cámara de Diputados para investigar la legalidad de los contratos otorgados a
la empresa Construcciones Prácticas, vinculada con Manuel y Jorge Bribiesca,
hijos de la Primera Dama. La comisión dictaminó que el daño ocasionado a la
hacienda pública por irregularidades en la adjudicación de esos contratos
ascendía a más de 1,000 millones de pesos y que Construcciones Prácticas adquirió
una cartera de créditos al IPAB con un valor de 1,183 millones de pesos, por la
cual únicamente pagó 8 millones 100,000 pesos.
TAMBIÉN
EN OTROS PAÍSES
Tomás y
Jerónimo Uribe, hijos del ex mandatario colombiano Álvaro Uribe, hicieron
crecer como espuma, durante la Presidencia de su padre, sus negocios
personales:
Jerónimo comerciando artesanías, y Tomás liderando una empresa de reciclaje.
Ambos terminaron enredados por los beneficios recibidos para el montaje de una
zona franca en la provincia de Cundinamarca, además de que Tomás tuvo que
responder por, presuntamente, gestionar notarias para varios de sus amigos.
Los cuatro
hijos del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, le dieron tema a
los medios brasileños cuando éstos se percataron de que los jóvenes pasaron
vacaciones como cualquier magnate y compraron bienes millonarios. Uno de ellos
se supone que recibió un sueldo del Partido de los Trabajadores sin haber
pisado nunca una oficina.
La prensa de
Miami, Estados Unidos, divulgó un video
de una cámara de seguridad en el cual se observa la pelea en la que estuvo
involucrado Juan Pablo Cartes, el hijo del presidente paraguayo, Horacio
Cartes, que motivó su arresto. Las imágenes fueron divulgadas por el portal de
noticias 7 News, y corresponden a varias cámaras del circuito cerrado del hotel
St. Regis en Bal Harbour, donde Juan Pablo Cartes fue anfitrión de una fiesta.
Inclusive
Mark, el hijo de ‘La dama de hierro’, Margaret Tatcher, fue acusado por un
disidente saudita de haber
recibido una comisión millonaria por un contrato de
unos 20.000 millones de libras esterlinas con Arabia Saudita, que su madre
firmó en 1985 cuando era Primera Ministra. Nunca se graduó como profesional y
en 2004 fue detenido por financiar un intento de golpe de Estado en Guinea
Ecuatorial. Los Estados Unidos le negaron la visa. Fue muy cercano al dictador
chileno Augusto Pinochet, con quien negoció contratos de armas.
Lo que hace
años sucedía con las familias presidenciales sólo salía a la luz a través de
los medios tradicionales. Hoy, gracias a la tecnología y a las redes sociales, se
conoce de manera instantánea e ilustrada con voz e imagen. Ese es el principal
motivo por el que los jefes de Estado deberían capacitar a sus familiares sobre
cómo conducirse en una vida que, aunque privada, se vuelve necesariamente pública.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario