Los Días Internacionales que ha
establecido la ONU son una oportunidad para sensibilizar al público sobre temas
de gran interés al tiempo que buscan llamar la atención de los medios de
comunicación y los Gobiernos sobre problemas sin resolver que precisan la
puesta en marcha de medidas políticas concretas.
Uno de esos días se celebró el lunes 9
de diciembre: el denominado Día
Internacional Contra la Corrupción, un tema del
que en México se habla mucho y se hace poco, tanto a nivel gobierno como entre
los ciudadanos.
El
tema del combate a la corrupción ha sido abordado por prácticamente todos los
presidentes de la era moderna que se han comprometido a terminar con este mal; lo
han mencionado en su mensaje al rendir protesta o durante la presentación de
sus informes anuales. La corrupción ha sido un tema retórico pero sin
resultados objetivos.
Algunos
ejemplos:
Durante
su campaña a la presidencia, López Portillo empleó el lema “La Solución Somos
Todos”. En su segundo informe dijo: “Hemos combatido la corrupción en el ámbito
de la Administración Pública pase al escándalo o las suspicacias políticas, y
en su quinto informe expresó: “Sé que contra la corrupción, habremos de
continuar una lucha permanente, asumiendo como lo hemos hecho, el riesgo del
escándalo, del chantaje, y de los que, desde la crítica y la oposición, arriman
su sardina a las brasas.” Su lema de campaña termino convertido en “La
corrupción somos todos”.
Miguel
de la Madrid tuvo como lema de campaña la “Renovación Moral de la Sociedad” y
en su toma de posesión expresó: “El pueblo mexicano es profundamente moral, y
me exige que persiga toda forma de corrupción. Así lo haré, gobernaré con el
ejemplo.” Hasta su tercer informes expresó: “Se han combatido las desviaciones
y la corrupción que este delito (tráfico de derogas) genera” y al año siguiente
sólo expresó: “Seguimos avanzando en la modernización de la Administración
Pública y en la lucha contra la corrupción”. En su último informe reconoció: “subsisten
fenómenos de deslealtad y corrupción.”
Carlos
Salinas abordó el tema en su primer informe reconoció que: “La lucha contra la
corrupción en la administración pública es compromiso del gobierno…“y en su
tercer informe sólo mencionó: “En el puerto de Veracruz, el más importante de
la República, se eliminaron prácticas de ineficiencia y corrupción que lo
aquejaron por décadas.”
En
su toma de posesión, Ernesto Zedillo expresó: “trato justo significa regulación
precisa y sencilla, que evite la corrupción. Indigna conocer casos de impunidad
que son resultado del abuso de autoridad, la venalidad y la corrupción.” Al
referirse a las fuerzas policíacas dijo: “Es en ellas donde la incompetencia,
la corrupción y la ruptura institucional son más frecuentes y de mayor daño
para la seguridad de las personas.”
En
su primer informe expresó la propuesta de Ley Federal contra la Delincuencia
Organizada y la creación de la Auditoría Superior de la Federación como “un
paso decisivo en la lucha contra la corrupción y la impunidad.” En el segundo
informe ratificó: “Combatimos la corrupción con hechos, no con desplantes
publicitarios” y el año siguiente manifestó que “El avance en la lucha contra
la corrupción está sustentado en los cientos de miles de servidores públicos
honestos que si cumplen con la ley”. En su cuarto informe Zedillo afirmó que “El
Ejecutivo Federal seguirá haciendo su tarea para desterrar la corrupción y la
impunidad” y la última vez que tocó el tema, en su quinto informe sólo dijo: “La
democracia debe servir para seguir enfrentando y derrotar al crimen, a la
corrupción y la injusticia.”
Vicente
Fox reconoció al tomar posesión que La corrupción ha dejado exhausta la
credibilidad social en el Gobierno y afirmó: “Los grandes corruptos del pasado,
del presente y del futuro rendirán cuentas, no habrá para ellos borrón y cuenta
nueva.” En su primer informe reconoció que “nuestros verdaderos enemigos son la
pobreza, la inseguridad, la ignorancia, la corrupción y el autoritarismo.” Al
año siguiente reafirmó: “Mi gobierno no ha escatimado ningún esfuerzo para
combatir la corrupción y la impunidad” y en su tercer informe detalló que “Con
transparencia, con rendición de cuentas, con vigilancia eficaz, hemos ido eliminando
los espacios de la corrupción”.
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Composición: Argumento Político |
Felipe
Calderón también intentó combatir la corrupción. En su segundo informe de
gobierno ofreció: “Vamos a organizar un sistema de denuncia anónima tanto de corrupción
de funcionarios públicos…”. En su tercer informe aseveró: “Trabajamos de manera
sistemática y trabajamos, también, para eliminar la corrupción en las
instituciones de seguridad y de procuración de justicia” y puso como ejemplo: “...se
encuentran en prisión, sujetos a proceso, altos funcionarios policiacos y
ministeriales, por actos de corrupción o de colaboración con los grupos
criminales.” En su sexto informe reconoció que “Al final, la corrupción
policiaca resultó clave para la expansión de la delincuencia.”
Peña Nieto, quien nunca se refirió al tema de la “Casa Blanca” de su
entonces esposa expresó en su segundo informe: “Se presentaron
273 denuncias ante
el Ministerio Público Federal ,
con las cuales
se busca disuadir la
comisión de actos
de corrupción por parte de los miembros de la corporación
policial.” Anunció la creación de la Fiscalía
Especializada en materia
de Delitos relacionados con
Hechos de Corrupción bajo el criterio de “combatir la corrupción y transparentar
la acción pública en materia de justicia para recuperar la confianza ciudadana.”
El actual presidente
no ha dejado de hablar del combate a la corrupción; es, seguramente, quien más
ha tocado el tema y reiterado su combate en sólo su primer año de gobierno. En
su mensaje de toma de posesión afirmó (y lo ha seguido haciendo): “se acabará
con la corrupción y con la impunidad que impiden el renacimiento de México. No
se trata de un asunto retórico o propagandístico”. Desde ese inicio ha
insistido en que “El distintivo del neoliberalismo es la corrupción. En el
periodo neoliberal la corrupción se convirtió en la principal función del poder
político”.
Como lo hizo en su campaña, reiteró que “vamos a limpiar al gobierno de
corrupción de arriba para abajo, como se limpian las escaleras” y reafirmó que “ya
no habrá más corrupción ni influyentísimo en negociaciones con empresas
particulares.”
En su mensaje al cumplir el primer año de mandato reiteró: “la principal
tarea de gobierno es desterrar la corrupción política” y aseguró que “no hemos
declarado la guerra a nadie, sólo a la corrupción y a la impunidad.”
El
Día Internacional Contra la Corrupción no se celebró en el actual gobierno
salvo porque dentro de la cotidiana “conferencia de prensa”, en respuesta a una
pregunta, el presidente expresó: “Hoy, en efecto, es el día del combate a la corrupción.
Y hubo un informe en la mañana, no quisimos presentarlo, vino la secretaria de
la Función Pública, va a haber un encuentro con este propósito en Los Pinos, en
la tarde-noche. Pero estamos desterrando la corrupción.”
Para
quien ha enarbolado la bandera de la lucha contra la corrupción, resulta
significativo el no haber aprovechado ese día para puntualizar los logros (si
los hay) o al menos avances significativos en este tema durante su primer año
en el gobierno.
Mientras
la corrupción siga siendo un tema de retórica política y electorera como lo ha
sido a lo largo de las décadas, no habrá forma de al menos detenerla; de
erradicarla, ni hablar.
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