Hablar de números es entrar en un tema complicado, especialmente cuando
las matemáticas y el álgebra no fueron materias favoritas en la escuela. De
hecho muchos jóvenes deciden su carrera en función de su facilidad y amor (o
no) a los números. Y no es para menos cuando se piensa en la gran variedad y
tipo de números con los que vivimos cotidianamente.
¿Qué y cuáles son los números?
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define al número de
forma sencilla: “Expresión de una cantidad con relación a su unidad.” La teoría
de los números reconoce otras clasificaciones como: los números primos (el
número natural que tiene solo dos divisores: él mismo y el uno) y los números
racionales (que pueden representarse como el cociente de dos enteros que tienen
denominador distinto de cero). Según los que saben, del cero al nueve son
números naturales (aunque dicen que algunos matemáticos no consideran al “cero”
como número natural).
Adicionalmente desde la escuela primaria empezamos a conocer los números
romanos (sistema de numeración creado en la Antigua Roma); los números
arábigos, que son los que pertenecen al sistema de numeración arábiga; los números
ordinales empleados para darle un orden a una secuencia concreta; los cardinales
que son los que se usan básicamente para contar y los números fraccionados,
mejor conocidos como “quebrados” (quizá porque a los alumnos les quiebran la
cabeza).
Asimismo escuchamos de los números primos. Un número primo es un entero
natural que admite solo dos divisores distintos: 1 y sí mismo. Por tanto, el 0
y el 1 no son números primos. El teorema de Euclides demostró que hay una
infinidad de ellos, por lo que es imposible conocerlos todos.
Pero existen otros números más complicados.
En Física Atómica se manejan los números cuánticos,
referidos a valores numéricos discretos que indican las características de los
electrones en los átomos, de acuerdo a la Teoría Atómica de Niels Bohr (Premio
Nobel de Física en 1922).
En Física y Química,
existe el número atómico, que es el número total de protones que
tiene cada átomo de
un elemento químico y determina la situación de
este en el sistema periódico y, por tanto, sus propiedades químicas. Pero en
Química también se operan números másicos (número de masa), que son la suma del
número de protones y el número de neutrones del
núcleo de un átomo.
También
existen los números geométricos que son aquellos que se asocian con figuras
geométricas como el triángulo, cuadrado, rectángulo, pentágono y
hexágono, al representarse por puntos en un arreglo en forma de una figura
específica. Esos puntos se acomodan para formar una figura geométrica
específica.
En
matemáticas existe un número áureo también llamado “razón
dorada”, “proporción divina” o “proporción áurea” y es identificado con la
letra griega Pi, que representa la relación entre la longitud de la
circunferencia de un círculo y su diámetro, es decir, el famoso 3.1416 que
curiosamente fue celebrado en el mundo en marzo 14 de 2016 (3-14-16). Aunque se
usa en geometría y en aritmética, está en todas partes a nuestro alrededor en
la naturaleza, de ahí su conexión con la belleza y la perfección.
Y
hablando de perfección, también hay números perfectos que son un número natural
igual a la suma de sus divisores propios. Son números bastante raros por lo que
actualmente sólo se conocen 50. Los que conocemos son todos pares y solo hay
tres entre el 0 y 1000: 6, 26 y 496. Los científicos son incapaces de afirmar
si hay números perfectos impares. Por otro lado, también hay números
triperfectos, multiperfectos e hiperperfectos.
Pero
también existen los números cefalomorfos, que eran utilizados por los mayas y
tenían formas de cabeza. Para los mayas cada uno de estos números era sagrado y
tenía un significado expresando alguna relación con la naturaleza.
Una nueva categoría
La ciencia de los números no se detiene y estos
últimos meses ha surgido una nueva categoría: los Números Gatellianos, un nuevo
tipo de combinaciones numéricas diferente a todo lo conocido en las ciencias de
los números (estadística, matemáticas, cálculo, geometría, etc.) Una forma novedosa
de hacer estimaciones y cálculos cuya principal característica es su gran elasticidad
para informar sin informar a través de
la mezcla de datos, fechas y marcos contextuales diferentes sin afectar el
resultado esperado, especialmente cuando se trata de una situación tan seria
como la pandemia del Covid-19.
Esta novedosa categoría tiene la capacidad de
concentrar elementos de muchas
de las categorías hasta ahora existentes:
Como en los números cuánticos, contiene valores
numéricos discretos; igual que los números atómicos, sus datos determinan la
situación de un elemento dentro de un sistema, en este caso, el de salud; como
en la geometría, los Números Gatellianos se presentan en puntos distribuidos en
forma de una figura específica, en este caso de curva ascendente o descendente
según convenga; al igual que los números perfectos sus cifras son raras,
difíciles de entender y en ocasiones toman la característica de números triperfectos
o hiperfectos; y al igual que la numeración cefalomorfa, los Números Gatellianos
son sagrados.
Esta categoría está cobrando cada vez más fuerza al
grado de que empieza a ser empleada por otras disciplinas como la economía y
las finanzas. De hecho ya se empieza a discutir si los números de la
recuperación económica después de la pandemia serán en forma de “V”, “W” “L” o,
lo más probable según los expertos es que sea en forma de la famosa paloma de “Just
Do It”.
Por su gran ventaja de adaptación a cualquier circunstancia y momento sin teóricamente
alterar el fin esperado, es de esperar que los Números Gatellianos poco a poco se empleen
en estadísticas oficiales referentes a la migración, los feminicidios, la
violencia, el desempleo, la producción petrolera, entre otras actividades.