De acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura 2012, menos del 12% de la población se dedica a leer en su tiempo libre; el 72.1% lo hace en casa y el resto durante sus traslados en transporte público hacia el trabajo o la casa. De ese porcentaje de lectores, el nivel más elevado de lectura de periódicos se da en los jóvenes de entre 18 y 22 años (49%) aunque dentro de sus preferencias no figuran los diarios especializados en negocios y finanzas.
Estos datos permiten dar sustento a una realidad que periódicamente enfrentan los medios de comunicación y las fuentes informativas, especialmente del sector privado: el tiempo de vacaciones es igual a tiempo de “vacas flacas” en cuanto a noticias y audiencias.
Es incuestionable que durante las épocas de vacaciones, especialmente las de fin de año, disminuye la atención de las diferentes audiencias a los medios informativos impresos y electrónicos, ya sea porque se está en la fiesta, en las compras o en lugares turísticos que no permiten destinar tiempo para informarse.
No obstante que los públicos disminuyen, es un tiempo en que los medios de comunicación siguen activos buscando información noticiosa, pero enfrentan una sequía informativa debido a que las fuentes informativas (especialmente del sector privado), reducen su actividad comunicacional. Paradójicamente es un momento es que los medios están abiertos a prácticamente cualquier información o entrevista, pero en lo general ninguna institución genera noticias porque se diluyen entre muy poca audiencia y no genera los impactos requeridos.
Como resultado de lo anterior, es común ver en estos días periódicos que funden sus diferentes secciones en una sola, dentro de mucho menos páginas, noticiarios televisivos con notas “de color” y hasta divertidas, noticiarios radiofónicos con entrevistas de todo tipo y con los más diversos personajes, aunque no necesariamente de primer nivel (directores generales, secretarios de estado, líderes políticos y empresariales, etc.), y programas especializados en radio y TV grabados con anterioridad al periodo vacacional. Inclusive la mayoría de los lectores de portales noticiosos se vuelven ocasionales.
Todo mundo está en la vacación y en la fiesta y con ello el reto grande lo tienen los medios de comunicación cuyos reporteros permanecen en “la línea de fuego”, atentos a cualquier evento que pueda convertirse en noticia. La época de “vacas falcas” de la información es también un momento para aguzar el ingenio, tanto por parte de reporteros como de agentes de relaciones públicas, para encontrar aquella información que les permita cumplir con la generación de notas que al menos puedan resultar de interés.
Seguramente muchos recuerdan la historia del viejo maestro que paseaba por un bosque con su discípulo, cuando llegó a un lugar muy pobre en donde vivía una pareja con tres hijos, todos vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Dirigiéndose al padre de la familia le preguntó cómo podían sobrevivir en un lugar en donde no había posibilidades de trabajo ni puntos de comercio, a lo que respondió: “Lo único que tenemos es aquella vaca que puede ver a lo lejos, es nuestra única fuente de ingresos y cambiamos por comida los litros de leche que nos da, o la venderlos a otras personas”. El maestro se despidió y reanudó el camino, y al pasar junto a la vaca flaca ordenó a su discípulo que la empujara hacia el barranco. Espantado y cuestionado sobre la orden empujó a la vaca y la vio morir.
Años después el joven regresó al lugar para pedir perdón y ayudar a la familia, pero el panorama había cambiado y ya no se percibía pobreza. Llegó a la casa, ahora transformada, de la familia y preguntó cómo habían mejorado el lugar y transformado su vida. El dueño respondió: “Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, y así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.”
Podríamos decir que las “vacas flacas” de la información son las que dan la oportunidad a medios y publirrelacionistas para hacer cosas diferentes que permitan enfrentar el reto de la sequía informativa con resultados interesantes, en lo que regresa la época de “vacas gordas” alimentadas por declaraciones, eventos, inversiones, política, manifestaciones, activismo de toda índole y la puesta en operación de las reformas planteadas por el nuevo gobierno.
Por lo pronto: ¡Felices vacaciones!
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