Aunque la era de la información y
la globalización han facilitado la comunicación, es sorprendente el nivel de
desconocimiento que prevalece sobre ciertos temas que influyen en el bienestar
y la salud de las personas, como son los científicos y los relacionados con la
salud. Al parecer existe un abismo entre los pocos que poseen y generan ese conocimiento
y el resto de la sociedad.
Por lo general, los temas
científicos y de salud llaman la atención cuando representan un impacto real en
ciertos grupos de la sociedad o en poblaciones enteras. Ejemplo de ello es en
estos días el tema del Virus de Ébola
que se teme pueda mutar y transmitirse sólo por una tos o un estornudo,
o lo que en su momento sucedió con el tema del virus AH1N1. Pero fuera de este
tipo de lapsos críticos, difícilmente se presta atención, tanto en los medios
de comunicación como en la sociedad, a la información científica y de salud,
aun cuando la misma puede ser de utilidad para prevenir enfermedades o
contribuir a mejorar la calidad de vida del ser humano.
Comunicar este tipo de
información a través de los medios de comunicación en general –no científicos o
especializados- no es tarea sencilla. Cuando se logra, la nota es relegada al
mínimo espacio necesario de la sección de “Sociedad”, “Cultura” o “Academia”,
que por lo general son leídas por la minoría a quien le interesa dichas
temáticas, contra la cantidad de lectores de secciones como “Deportes”,
“Espectáculos” o “Política”.
A ello habría que agregar un tema
de percepciones: hay científicos que parecen desconfiar de los medios porque
“tergiversan la información”, “exageran”, “descontextualizan” o “publican lo
que quieren”. A su vez, hay periodistas que perciben que los científicos
“hablan de forma complicada”, “no comprenden al público” o “sólo nos buscan
cuando hay algo que les interesa”. No obstante, unos y otros se complementan
con la única variable que los une: la información.
De acuerdo con el recién
fallecido profesor, periodista, escritor y divulgador científico español,
Manuel Calvo Hernando, “el periodismo
científico es una especialización informativa que consiste en divulgar la
ciencia y la tecnología a través de los medios de comunicación de masas”. Es
un puente entre quien produce o posee el conocimiento científico y el público
general; no busca enseñar sino sensibilizar a las audiencias sobre temas que le
deberían interesar en función de los beneficios que su conocimiento les pudiera
reportar y por ello el periodista adapta, traduce, recrea, transforma un
conocimiento específico en afán de hacerlo legible y entendible para el público
en general.
UN EJEMPLO DE DIFUSIÓN CIENTÍFICA
La semana anterior se realizó en
Argentina la Serie Científica Latinoamericana, evento anual promovido por
diversas instituciones interesadas en estos temas, que desde 2011 ha ofrecido espacios de
discusión sobre cuestiones de salud en la región, buscando consensos y
contribuir, desde la perspectiva médico-científica, a fomentar estilos de vida
activos y saludables.
En esta ocasión el tema fue “Vida Activa y
Saludable” y
durante la jornada participaron expertos como Michael Pratt del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades Crónicas del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos; Margo Mountjoy, del Centro de Salud y Rendimiento de la Universidad de Guelph en Canadá; Jorge Cancino López, de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de Chile; Paul Rozin, del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Standford; Dra. Mónica Katz, Directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición con orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro de Argentina, entre varios más.
durante la jornada participaron expertos como Michael Pratt del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades Crónicas del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos; Margo Mountjoy, del Centro de Salud y Rendimiento de la Universidad de Guelph en Canadá; Jorge Cancino López, de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de Chile; Paul Rozin, del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Standford; Dra. Mónica Katz, Directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición con orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro de Argentina, entre varios más.
De la serie de ponencias me
parece que las conclusiones noticiosas más relevantes fueron las siguientes:
- La promoción de la actividad física debe ser una parte de las políticas públicas del sector salud para prevenir hasta un millón de muertes al año. El 5.5 % de las muertes en el mundo se deben a la inactividad física.A nivel global, el 31.1% de los adultos presenta problemas de sobrepeso y obesidad y el 80.3% de los jóvenes están físicamente inactivos.
- La actividad física es tan importante como una buena nutrición para lograr el desarrollo integral de los niños.En los años 60 se hablaba de “riesgos” de la actividad física; hoy se enfatizan sus beneficios. Antes se temía por las lesiones por practicar deporte; hoy se teme por las que produce el no practicarlos.
- La deshidratación tiene efectos en la cognición de los niños. El 80% de los niños con los que se hicieron algunas pruebas, estaban deshidratados antes de iniciar actividades deportivas y es posible que inicien el día escolar con cierto grado de deshidratación.
- “El 80 % de los adolescentes son sedentarios”
- “Mayor actividad física prevendría hasta un millón de muertes”
- “Reducir el sedentarismo evitaría hasta un millón de muertes”
- “Los jóvenes son sedentarios a escala global y sufrirán las consecuencias en su salud”
- “Expertos recomiendan prescripción médica del ejercicio físico”
- “El placer es el eje para cambiar hábitos de estilos de vida”
- “Dudan de esfuerzos para bajar de peso basados en la restricción”
- “Simposio científico latinoamericano insta a moverse para tener vida saludable”
- “Realizar ejercicios reduce el estrés y previene enfermedades”
- “La dieta no es la respuesta contra la obesidad”
- “Sedentarismo, el enemigo silencioso”
No obstante, la mayor parte de esta información se
difundió en las secciones de “Sociedad”, “Ciencia” y Salud”, por lo que me
parece que un importante mensaje que quedó fuera de las notas, fue el referente
a promover políticas públicas que contribuyan a reducir la mortalidad por
sedentarismo. El mensaje no permeó en los medios y, por tanto, tampoco la hará
entre las autoridades de salud de los países latinoamericanos.
Creo importante
incrementar la comunicación en ese sentido a fin de capitalizar de mejor manera
esfuerzos como el de la Serie Científica.
De otro
lado, es claro que aunque aún hay investigadores reacios a cualquier trato con
la prensa, cada vez son más aquellos dispuestos a conceder entrevistas, dar
parte de su tiempo para asesorar –en una ideal mancuerna
científico-periodista/divulgador– y escribir en diarios de información general
y revistas que incluyan artículos de divulgación de la ciencia. El Simposio de
Argentina es evidencia de ello.
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