Durante la celebración del reciente mundial de futbol
recibimos una cascada de “memes” de todo tipo -en dibujos, fotos o videos-,
especialmente relacionados con la participación de la selección mexicana y la
de los equipos más relevantes que eran goleados o terminaban su participación
en el torneo.
Desde la aparición de este tipo de comunicación en las redes
sociales, los “memes” se han vuelto cada vez más populares, gracias a que evolucionan
y se convierten en virales cuando empiezan a ser replicados o parodiados, o
cuando inclusive llegan a ser reproducidos o comentados en los medios masivos,
como pudimos apreciar con muchos de los memes del mundial de futbol.
El concepto de “meme” surgió como algo serio, en 1976,
derivado del libro "The Selfish Gene"
de Richard Dawkins, quien expuso la hipótesis memética de la transmisión
cultural. Dawkins nombra como “meme” a la unidad mínima de información que se
puede transmitir; es decir, los memes conforman la base mental de nuestra
cultura, como los genes conforman la primera base de nuestra vida.
Un meme normalmente no se crea, sino que surge; una vez que una
información es considerada relevante por comunidades o usuarios, se puede
replicar, vincular, comentar o no hacer nada con ella. Si se replica y modifica
de manera que la fuente pierda importancia con respecto de la réplica, se
genera el “meme”. Con base en ello, los publicistas los han empleado como una
estrategia de mercado generando un nuevo modelo de mercadotecnia consistente en
transmitir información en medios más allá de los comúnmente empleados.
Aunque las personas que dan origen a uno de estos mensajes
por lo regular lo hacen de manera involuntaria, la viralización los puede
convertir en un referente que, en el peor de los casos, podría afectar su
dignidad, independientemente de que se trate de una celebridad o de
alguien hasta ese momento desconocido. Baste recordar los “memes” de la vedette Ninel Conde; el del niño que, refiriéndose al equipo de futbol de los Pumas, lloraba desconsolado expresando “No sirven pa’ nada”; el del otro niño llamado Edgar que cae a un arroyo debido a que su “amigo” le mueve los troncos que servían de puente; el del ebrio que se auto motivaba con el grito de “fuaaaaá” o más recientemente el del anciano que, en una fiesta, tira sus bastones para poder bailar rock’n roll.
alguien hasta ese momento desconocido. Baste recordar los “memes” de la vedette Ninel Conde; el del niño que, refiriéndose al equipo de futbol de los Pumas, lloraba desconsolado expresando “No sirven pa’ nada”; el del otro niño llamado Edgar que cae a un arroyo debido a que su “amigo” le mueve los troncos que servían de puente; el del ebrio que se auto motivaba con el grito de “fuaaaaá” o más recientemente el del anciano que, en una fiesta, tira sus bastones para poder bailar rock’n roll.
Aun cuando muchos de los “memes” surgen espontáneamente y
sin previo estudio de mercado, ha habido empresas con visión para capitalizar
algunos de ellos y generar campañas publicitarias que, aunque efímeras, en su
momento captaron la atención de los consumidores gracias a la recordación del
evento original.
De esta forma, el niño Edgar reapareció en lo que sería su “venganza”, para un
comercial de galletas en el que llama a sus guardias; el borrachito del
“fuuaaá” también figuró en un comercial de una cerveza “con carácter” y de Ninel
Conde aprovecharon la percepción de tonta que generó de sí, para nuevos
comerciales de galletas; todas ellas campañas que seguramente resultaron
relativamente económicas. Como dato anecdótico, el “Fuaaá” se convirtió en un
grito de apoyo a la selección nacional en el estadio Azteca durante la final
del Mundial Sub 17, en 2011, cuando miles de aficionados lo utilizaron para
apoyar al portero mexicano en sus despejes, a la manera en que hoy se grita la
famosa expresión en contra del portero contrario.
Esas mini campañas lograron el objetivo tanto de divertir
como de promover e invitar al consumo de un producto, aunque su permanencia en
el aire haya sido corta.
LOS “MEMES” EN LAS RP
En otras ocasiones he mencionado la importancia de que, apoyadas
en la investigación, las agencias de relaciones públicas incrementen los
niveles de creatividad en las estrategias para sus clientes a fin de poder
determinar qué mensaje se debe transmitir a cuáles públicos y a través de qué
canales y en qué forma. Una manera creativa de enviar mensajes a ciertos
segmentos de audiencia es a través del uso del internet en la forma específica
de “memes” como modo de transmisión de información y opinión, de manera
divertida.
Durante el XXIV Encuentro Nacional de la Asociación Mexicana
de Investigadores de la Comunicación (AMIC)
celebrado en 2012 en Saltillo, Coahuila, El doctor en Ciencia y Cultura del
Tecnológico de Monterrey, José Ivanhoe Vélez Herrera señaló que “Aproximadamente el 12% de la población total
del país tiene más probabilidad de estar en contacto con las memes de Internet”
y que “La mayoría del mercado de Internet
es joven, ya que el 50% de quienes utilizan el Internet se encuentra entre los
12 y 24 años, que también puede ser una de las razones que influyen en el
sentido del humor e irreverencia que caracteriza a muchos de los fenómenos de
Internet”.
El impacto de los “memes” no necesariamente se limita al emisor o al
receptor, sino que puede repercutir en:
- La vida de las personas o de las empresas
- El lenguaje de algunos grupos sociales
- Campañas de responsabilidad social (cuidado del medio ambiente, por ejemplo)
- La productividad de las empresas
- Las relaciones sociales y familiares
- La conducta en escuelas y oficinas
Los “memes” tienen un gran potencial en ese sentido y, si se hace de
manera correcta, se pueden viralizar de forma ordenada generando, a través de
experiencias divertidas, una sensibilización hacia la generación de valores
personales en la juventud, evitando mensajes sarcásticos o de abierta
mercadotecnia.
repoio
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