Cuando veo que presidentes, funcionarios públicos, así como
relevantes empresarios, en cualquier país, fracasan en sus entrevistas
periodísticas, me pregunto qué falló: ¿el vocero, sus asesores o el llamado
“entrenamiento en medios”?
El entonces Presidente de Uruguay, Jorge Luis Batlle, durante
una entrevista con Bloomberg, difundida el 3 de junio de 2002, se molestó por
una pregunta sobre la posible afectación a su país por la situación económica
de Argentina. Al finalizar, sin tener la precaución de revisar que el micrófono
estuviera apagado, explotó en contra del reportero y el país vecino con varias
expresiones que iniciaron con: “los argentinos son una manga de ladrones”.
Más recientemente, en diciembre de 2012, el ministro
argentino de hacienda, Hernán
Lorenzino, interrumpió intempestivamente una entrevista con la periodista
griega Eleni Varvitsiotis, cuando la reportera profundizaba sobre la brecha
entre las estadísticas oficiales y las de las consultoras privadas que también
miden el costo de vida en el país, y las posibles sanciones del Fondo Monetario
Internacional (FMI).
Los “entrenamientos en medios” han tenido fuerte crecimiento
en México a raíz de la apertura comercial generada por el Tratado de Libre
comercio de Norte América. Fundamentalmente intentan desarrollar en los voceros
habilidades para responder a las preguntas de los periodistas transmitiendo los
mensajes que le interesan y para salir airoso de preguntas difíciles.
Prácticamente todas las agencias de RP que operan en México
ofrecen este entrenamiento y, entre sus temarios señalan, palabras más o menos:
·
Conocer cómo funcionan los medios y los
periodistas
·
Revisar casos de malas y buenas entrevistas
·
Desarrollar los mensajes clave que debe
transmitir
·
Aprender a utilizar técnicas de respuesta a las
preguntas de los reporteros
·
Revisión de la comunicación no verbal del vocero
·
Realizar entrevistas en diferentes momentos,
revisarlas junto con el vocero y darle retroalimentación
La Public
Relations Society Association (PRSA) expresa que el entrenamiento en medios, “se
focaliza en la construcción de respuestas poderosas y estrategias de respuesta.”
Es por ello que personalmente prefiero referirme a ellos como
entrenamiento para entrevistas; “entrenamiento en medios” me implica una
preparación para conocer de manera profunda la estructura, filosofía, tendencias y
criterios editoriales, tanto del propio medio como de sus principales
directivos, con el afán de entablar o mejorar la relación empresa-medios.
Pero, aún con un entrenamiento ¿porqué de pronto un vocero
fracasa en su entrevista? Estoy convencido de que la respuesta es una sutil línea
que separa el “media training” de lo
que llamo “acompañamiento”. En tanto el primero se
basa en el conocimiento y práctica de las técnicas para responder, el segundo
implica un aprendizaje integral basado en las características particulares de
personalidad del vocero, su trayectoria y los objetivos de comunicación, tanto
personales como institucionales.
Más allá del “media training”, el “Acompañamiento” implica un trabajo integral que
permita al vocero estar listo para comunicarse con sus públicos internos y
externos. En él se incluyen las técnicas para entrevistas, el desarrollo
conjunto de mensajes y preguntas y respuestas, la elaboración de un mapa de
públicos, la planeación de escenarios de comunicación, la identificación de
coyunturas que puedan incidir en la entrevista, la práctica en escenarios complicados,
la medición y la retroalimentación. De ahí que para planear un adecuado
acompañamiento en comunicación mediática, es necesario trabajar previamente con
el vocero para determinar el mejor desarrollo.
El “acompañamiento” es como un coaching ejecutivo enfocado a la
comunicación que busca acompañar,
instruir y entrenar integralmente a una persona con el objetivo de conseguir
alguna meta al desarrollar habilidades específicas. Ello implica un trabajo
previo para detectar las áreas de oportunidad en las que se tiene que trabajar,
antes de considerar que el vocero está listo para comunicar.
El objetivo de
este acompañamiento es, por un lado, brindar el conocimiento suficiente para alcanzar los máximos beneficios
en la comunicación, tanto con medios como con empleados y otras audiencias, ya
sea ante una situación de crisis como en una estrategia proactiva; y por otro
lado, generar confianza para enfrentar exitosamente cualquier situación de
comunicación que se le presente al ejecutivo, ya que conocerá sus habilidades y
sus límites como vocero, sabrá preparar sus mensajes y logrará persuadir a sus
diferentes públicos.
Es por eso que este tipo de
entrenamiento requiere un compromiso de estrecha colaboración entre el
ejecutivo y su asesor; se trata de un proceso de varias sesiones para profundizar
en las habilidades de comunicación del primero. Esto implica también formar técnicamente a ejecutivos
experimentados en relaciones públicas; un buen periodista que se ha convertido en
ejecutivo de RP no es necesariamente un buen entrenador en este concepto
integral, pero es un buen candidato para
capacitarse en ello. Brad Phillips, creador del blog “Mr. Media Training” y experto
en el tema comenta: “La experiencia
periodística es crítica para un buen facilitador de entrenamientos. Pero una
cosa es la experiencia en el periodismo y otra el tener la experiencia como
instructor; la capacitación al respecto es vital.”
Se dice que detrás de un buen vocero suele estar una buena agencia de
relaciones públicas que le ha dado el debido entrenamiento para las
entrevistas. Pero detrás del directivo de las empresas del Siglo XXI deben
estar ejecutivos de agencias de relaciones públicas que los formen íntegramente
como voceros confiables y exitosos.
En resumen: en este siglo en que las empresas y los medios son
diferentes a lo que conocimos el siglo pasado, el papel de las agencias de
relaciones públicas no debería limitarse, en materia de entrenamientos, a sólo
preparar voceros con técnicas para entrevistas; los organizaciones de este
siglo demandan ir más a fondo en las comunicaciones institucionales de sus
clientes con un acompañamiento completo. La inversión en tiempo redituará en
una mejor comunicación a todos los niveles de cada organización.
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