Hace unos días le pregunté a un joven si alguna vez ha
pensado que es altamente probable que la forma en que hoy se comunica y algunas
palabras y expresiones de uso común pasen al olvido o sean sustancialmente
modificadas dentro algunas décadas. “Chatear”, “memes”, “wathsApp” “mándame un
e-mail”, “googoolea” y otros términos actuales posiblemente serán sustituidos
por otros.
Es tan normal la forma de comunicación de esta época que
difícilmente se
podría pensar que podría cambiar. Seguramente lo mismo pensaron
nuestros padres o nuestros abuelos respecto a sus palabras, expresiones y
manera de comunicarse con los menores de su época. Vocablos que ellos empleaban
para comunicarse, hoy son poco utilizados o definitivamente han pasado al olvido
y han sido reemplazadas por las que impone la época.
Mis padres pronunciaban algunas palabras que hoy pueden
resultar inclusive divertidas. Estas son algunas de ellas:
Chipi Chipi (Ya empezó
el Chihi chipi).- Con ella, mi madre se refería a una ligera llovizna
precedente a un aguacero o a una tormenta. Hay quien dice que el término
proviene del Náhuatl “xixipini” (lloviznar), derivada de “xipini” (gotear) y
otros opinan que es la onomatopeya del ruido que hace el agua al caer y golpear
sobre el piso.
Pringar (Ya está
pringando).- Muy similar a la anterior, mi madre la empleaba para significar que
empezaba a “chispear” (Llover muy poco, cayendo sólo algunas gotas pequeñas,
según la RAE).
Aunque pringar, según la RAE, es “empapar con pringue” (Grasa
que suelta el tocino sometido a la acción del fuego) el pan u otro alimento, en
México significa salpicar un líquido o rociar con agua la ropa para plancharla.
De ahí su relación con la lluvia ligera.
Machincuepa (Andas dando
machincuepas).- De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
significa voltereta, pirueta o maroma. Con el tiempo la palabra se empezó a
aplicar a políticos caracterizados por andar haciendo maromas de un puesto
público o de un partido político, a otro. De esta palabra existe una leyenda sobre la Calle de la
Machincuepa, en la ciudad de México.
Saltimbanqui (andas de
saltimbanqui).- Un saltimbanqui es una persona que realiza saltos y ejercicios acrobáticos, generalmente en espectáculos al aire libre. Como casi todos los niños, me gustaba brincar sobre
la cama o de un sillón a otro. Era entonces que mi madre me decía que andaba de
saltimbanqui. La palabra es de origen italiano (saltimbanchi) y con ella se designaba a atracciones
callejeras como eran los cómicos, juglares y titiriteros que mostraban sus
acrobacias en las plazas de ciudades europeas.
Chincual (andas de
chincualudo).- De acuerdo con la Academia Mexicana de la
Lengua, la voz chincual tiene, entre
sus distintos significados, el de “entusiasmo o excitación por realizar una
actividad”. Cuando me ponía necio (cosa rara) en hacer algo, era cuando mi
madre expresaba que andaba con el chincual de, por ejemplo, ir al cine. Hoy
varios políticos andan con el chincual de ser candidatos a un puesto de elección.
Chirrión (¡Ah
chirrión!).- Un chirrión es un látigo hecho de cuero, con mango de
madera, pero
en México la expresión denotaba una exclamación de sorpresa o de protesta ante
algo inesperado. También todavía es usual escuchar la frase. “me salió el chirrión
por el palito”, queriendo significar que lo que uno intentaba hacer salió mal y
auto perjudicial.
Papanatas. (Ese hombre
es un papanatas).- Con esta palabra la RAE describe a una persona simple y crédula o demasiado cándida y fácil de engañar. Era una palabra que solía expresar mi padre cuando,
por ejemplo, veía a un cómico demasiado simplón. Todavía hoy hay muchos de
ellos.
Zoquete (Ese hombre
es un zoquete).- El adjetivo define a una persona que es lenta para entender
las cosas. Era esta otra palabra que mi padre solía emplear cuando se
desesperaba cuando alguien no entendía una instrucción a la primera.
Desconchinflar (Se desconchinfló la bicicleta).- El
significado de esta palabra es descomponer, deteriorar o el que una cosa pasó a
peor estado. La mala noticia era cuando me decían que mi bici (bicicleta) o la
televisión se habían desconchiflado.
Chiflón. (Ponte un suéter que te va a dar un
chiflón).- El chiflón es un viento o corriente de aire inesperada que se
manifiesta con un chiflido (o silbido). También decía mi madre que salir a la
calle inmediatamente después de comer podía provocar que un chiflón me
enchuecara la boca.
Desguanzado (Me siento desguanzada).- Así decía mi madre cuando estaba
cansada y ya
no tenía ganas de hacer nada al final del día.
Muina
(¡Me da una muina lo que hizo!).- Se trata de una rabieta, un enfado, un enojo.
Fisiológicamente, se trata de un estado emocional de disgusto que repercute en
la salud de quien lo experimenta, y puede ser la causa de muy diversos
padecimientos, especialmente del hígado o
la vesícula.
A esas palabras habría que
agregar dichos, frases y refranes que suenan curiosas y que, muchas veces,
requieren de una explicación para ser comprendidas y de las que muchas veces se
desconoce su origen. Palabras como: achichincle, achicopalarse, arguende, borlote, chilpayate, pipirín, o frases como:
“Se armó la gorda”, “Fumas como chacoaco”, “Año de la canica” y muchas más que
han caído en desuso.
Por eso pienso que en unas
décadas, las expresiones, palabras y modismos del lenguaje de hoy irán
perdiendo significado y serán sustituidas por quién sabe que otras. ¡Cosas de
las épocas!
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