Una encuesta realizada el pasado mes
de septiembre por Gabinete de Comunicación Estratégica revela que el 67.1 por
ciento de los mexicanos somos impuntuales ya sea en el
trabajo, con los amigos
o en la escuela. El 44.6 por ciento de los encuestados están dispuestos a
esperar hasta 30 minutos, en tanto que el 33.1 por ciento sólo espera por 15
minutos, aunque hay quienes esperan hasta por una hora.
Aunque la mencionada
encuesta no llega a detalle, quienes se dedican a la relación con medios de
comunicación dan por descontado que muchos de los reporteros convocados a una
conferencia de prensa o a una entrevista llegarán tarde a la cita. De hecho,
tratándose de conferencias de prensa, es común que se cite hasta media hora
antes del inicio, con la expectativa de iniciar a la hora programada con un
buen porcentaje de asistencia, factor también conocido por los periodistas.
Aun cuando hay
temas, voceros y coyunturas que per se
son garantía de noticia, la espera a los medios previo a una conferencia de
prensa suelen ser momentos de tensión ante las expectativas de asistencia,
especialmente cuando se trata de anuncios por parte de empresas de la
iniciativa privada; las instituciones gubernamentales prácticamente tienen
garantizada la asistencia más puntual de los reporteros de la fuente
respectiva.
Razones de la
impuntualidad –y hasta la ausencia- a las
conferencias de prensa de muchos
reporteros varían entre el tránsito en la ciudad, la lejanía del lugar de la
cita o el traslape con otro evento de la misma fuente. En dado caso, siempre
está el recurso del envío de un comunicado de prensa o la concertación de
entrevistas post evento en corto y, de esta forma, difundir la información
motivo de la conferencia de prensa.
El problema se
genera cuando quien llega tarde es: el personal que hará el montaje para la
presentación, el vocero, o el ejecutivo de relaciones públicas responsable de la
convocatoria y del evento.
DEPENDER DE
TERCEROS
Recientemente
organicé una conferencia de prensa en la ciudad de Monterrey, para lo cual la
institución convocante contrató el salón de un hotel ubicado cerca de la
mayoría de los medios de comunicación. Dos horas antes del evento visité el
salón y encontré que aún no se había realizado el montaje: sillas apiladas,
presídium a nivel de piso, sin mamparas con imagen institucional detrás del
presídium, y sin sonido. Consideré que el tiempo era razonable para efectuar
todos esos pendientes.
El problema fue que
cuando empezaron a llegar los reporteros, aún faltaban muchos detalles, entre
ellos, el sonido con micrófonos y el servicio de cafetería. Lo peor: me decían
que no se había contratado sonido y no sabían si el hotel tenía alguno
disponible. Con algo de suerte se pudieron solucionar todos los pendientes para
empezar la conferencia de prensa sólo 15 minutos tarde cuando el panorama se
veía peor.
Lo mismo puede
llegar a fallar el sonido que el proyector o la computadora. Cuando se depende
de terceros con quienes no hay una experiencia previa, es posible que surjan
inconvenientes que pueden echar a perder una conferencia de prensa, dañando la
imagen de la institución convocante, la del ejecutivo de relaciones públicas y
la del sitio elegido para el evento.
CUANDO EL
VOCERO LLEGA TARDE
En otras ocasiones
puede suceder que quien llegue tarde a una conferencia de prensa sea el propio
vocero. Es entonces cuando los reporteros ven “la paja en el ojo ajeno” y el
ejecutivo de relaciones públicas tiene que ser lo suficientemente hábil para
evitar una desbandada.
Esto puede suceder
con cualquier sector, pero me parece que es más susceptible en el de los
espectáculos y el deportivo. Tener que esperar a un artista o a una afamada
modelo internacional, ya sea porque se les complicó la agenda, porque por su
actividad se durmieron muy tarde o porque se toman tiempo de más en su arreglo
personal, implica dar todo tipo de excusas y ofrecimientos para evitar que los
reporteros abandonen la conferencia antes de que empiece, aunque también saben
que podrían perderse de una buena información noticiosa.
En alguna ocasión
organicé una conferencia de prensa con un afamado árbitro de fútbol que recién
había anunciado su retiro de las canchas como tal. Las expectativas por saber
sobre sus planes inmediatos despertó el interés de los reporteros deportivos
que, en su mayoría, llegaron puntuales a la cita. El interés los mantuvo por
alrededor de 30 minutos, pero a su llegada, el vocero fue recibido con gritos
de “tarjeta roja”.
Algo similar sucedió
en una conferencia de prensa ofrecida por una reconocida modelo checa que
visitó nuestro país para un evento de responsabilidad social. No hubo “tarjeta
roja” pero la oportunidad de tenerla en México logró contener a los reporteros.
Y ¿CUÁNDO
EL DEMORADO ES EL RP?
Parece poco probable
pero sucede. Es el caso en el que una agencia o un ejecutivo de relaciones
públicas piensa “A mí no me puede pasar”.
La situación puede
ir desde hacer el montaje del salón cuando ya empiezan a llegar los medios,
pasando por llegar tarde con los materiales para la exposición, hasta
definitivamente no llegar porque, ajustando la presentación, el ejecutivo de RP
se develó y se quedó profundamente
dormido sin escuchar su despertador.
Dichas situaciones
le han sucedido a publirrelacionistas que conozco y, en algunas de ellas me
tocó enmendar las inesperadas deficiencias, no sin el enojo del cliente
respectivo. Quien se dedica a esta actividad siempre debe estar, él y/o sus colaboradores,
mucho tiempo antes de que empiece la conferencia de prensa, precisamente para
dar solución a las eventualidades que pueden surgir.
Esther Vargas, actual
editora de Gestión de Redes del diario Perú21, publicó en alguna ocasión que “La
puntualidad es un valor en extinción. Un periodista puntual demuestra respeto
por su entrevistado, por su audiencia y por sus compañeros…”, pero no he
encontrado alguna referencia, seguramente porque se da por descontado, respecto
a la puntualidad de los ejecutivos de relaciones públicas o de relación con
medios.
El Diccionario de la
Real Academia de la Lengua define a la puntualidad como “Cuidado y diligencia
en llegar a un lugar o partir de él a la hora convenida” y “Cuidado y
diligencia en hacer las cosas a su debido tiempo”, definiciones que deben
entrar en la filosofía y conducta de todos nosotros, pero especialmente de
quienes nos dedicamos a la relaciones públicas, ya que somos y construimos
imagen positiva. La impuntualidad es todo lo contrario.
Mi nombre es Kristen Van Weyenberg. Mi esposo me dejó cuando tenía 6 meses de embarazo con nuestra hija en 2016 y se mudó con su amante desde entonces, ni siquiera nos cuida a los dos. Tuve que hacer 3 turnos todos los días para pagar mis cuentas y también cuidar a mi hija. El mes pasado, me encontré con un artículo en línea que decía cómo Lord Zakuza fue tan útil para muchas personas en la restauración de sus vidas amorosas rotas. Me puse en contacto con él y me dijo que restablecería mi matrimonio dentro de las 48 horas con sus poderes mágicos y creí en sus palabras que mi esposo volvería y "wow", dentro de las 48 horas después de contactar a Lord Zakuza, mi esposo regresó rogando diciendo que no sabía lo que le sucedió, que lo siente y prometió no volver a abandonarme a mí y a mi hija otra vez. Estoy muy agradecido con él por restaurar mi matrimonio. WhatsApp este número +1 (740) 573-9483 o envíele un mensaje por correo electrónico a (doctorzakuzaspelltemple@hotmail.com) para obtener más consultas si necesita su ayuda.
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