Algunos columnistas y articulistas de medios de
comunicación tanto impresos como audiovisuales, expresa frecuentemente que la
administración del actual presidente de la República se rige más por
ocurrencias infundadas que por estrategias y planes cuidadosamente diseñados,
en el marco de la austeridad y el combate a la corrupción.
Algunos ejemplos: las “consultas ciudadanas”; la determinación de operar un
hub aeroportuario sin análisis serios y
con un desprecio a las opiniones de expertos internacionales; la
descentralización de las dependencias de la administración pública, sin
considerar tiempos y costos; la cancelación de la reforma educativa sin dar a
conocer cómo será sustituida… y varias ocurrencias más.
Asimismo se han señalado las expresiones
comunes con las que el presidente suele expresarse en diferentes situaciones,
dentro de las que la más común es “me canso ganso” (original del comediante Germán Valdés "Tintan"), empleada inclusive en una
ocasión solemne como la toma de posesión en el Congreso de la Unión,
independientemente de que sus discursos son más de un candidato que de un Jefe
de Estado. Tal parece que olvidó lo que siendo presidente electo expresó en una
reunión con asociaciones de ingenieros: “No queremos hacer un gobierno de
ocurrencias”.
Ocurrencias y dichos no son exclusivas del
actual presidente. Se han dado en México en sexenios pasados así como en otros
presidentes del mundo y al parecer no constituyen un referente histórico para
mejorar el desempeño económico, social y político de los países.
Un claro referente es, por ejemplo, el gobierno
de Luis Echeverría, de quien al parecer no se ha aprendido.
En abril de este año, el presidente Peña
formalizó las Zonas Económicas Especiales de las que dijo “constituyen un
cambio de paradigma y una decisión de política pública que impulsará la
actividad productiva, que se traducirá en una mayor generación de empleos”.
En diciembre de 1971 el entonces presidente emitió
sendos decretos que buscaron atraer inversiones para industrializar las
regiones más atrasadas del país a través de incentivos fiscales, laborales y de
financiamiento preferencial. Las intenciones de los decretos de Echeverría no
se alcanzaron porque movilizar inversiones requería de un tratamiento
preferencial mucho más amplio y porque la retórica del desarrollo regional fue
sólo eso, pura retórica.
Durante su toma de posesión, el presidente actual
expresó: “El otro distintivo del nuevo gobierno será la separación del poder
económico del poder político”. En 1973 el
Secretario de Hacienda hizo declaraciones contrarias a la mística populista del
presidente ante el desastre económico que ya se veía venir, para calmar a los
empresarios y evitar una fuga de capitales. La respuesta de Echeverría fue
contundente: “Las finanzas se manejan desde Los Pinos”.
Desde su primera campaña por la presidencia del
país, el presidente ha expresado incansablemente su preocupación por los pobres
del país. En su discurso de toma de posesión expresó: “Vamos a gobernar para
todos, pero le vamos a dar preferencia a los vulnerables y a los desposeídos.
Por el bien de todos, primero los pobres.”
Echeverría respaldaba sus decisiones en “el
amor a los pobres” y se refería a los
empresarios de Monterrey como “esos
riquillos”. Los más desfavorecidos le
creían. Les ofrecía todo lo que anhelaban. En un arranque de ocurrencias
ordenaba que aumentaran los salarios de los trabajadores y por eso lo
identificaban como “El obrero número uno del país” o “El amigo de los
trabajadores”.
Foto de Contralínea |
Todos los días, los principales encabezados de
los diarios de México llevan, por lo regular, una nota del presidente, sea o no
de ocho columnas. Con Echeverría no pasaba día sin que la nota principal fueran
sus declaraciones de LEA, la mayoría de las veces enfocadas a denostar, a los
empresarios.
El actual presidente está buscando cumplir sus
promesas de campaña a través de una intensa actividad legislativa, gracias al
apoyo de la mayoría de su partido en el Congreso. Echeverría solucionaba sus
problemas y ofrecimientos a base de decretos o creando Comisiones Específicas,
sin escuchar las recomendaciones de, por ejemplo, los organismos financieros
internacionales.}
Ante la llegada de miles de emigrantes de Centro
América, el presidente mexicano expresó: “Vamos a ofrecer empleo, trabajo, a emigrantes centroamericanos; es un plan que tenemos, que el que quiera trabajar
en nuestro país va a tener apoyo, va a tener una visa de trabajo. Cuando en 1973 se dio el golpe de estado en
Chile, que derivo en la llegada de
Augusto Pinochet al poder, se generó una
migración a la cual el entonces presidente de México abrió las puertas con una
frase que se hizo famosa “México para los chilenos, Chile para los Mexicanos”.
Ello quedó de manifiesto con la creación de la Casa de Chile marcada por el
patrocinio permanente del Estado. Asimismo, al dar asilo a la viuda de Salvador Allende, expresó: "
En el tema de la descentralización, el
presidente busca “reactivar la economía de los estados” bajo el principio de
que la llegada de más trabajadores a una entidad generará el desarrollo
económico de la misma. Después de los
sismos de 1985, Miguel de la Madrid descentralizó el Inegi a Aguascalientes pero
la medida no detonó el desarrollo económico de esa ciudad, lo que sí logró la
construcción de la planta automotriz y las de varios de sus proveedores.
En “El Rey Lear”, William Shakespeare pone en
su boca la frase: "Es calamidad de estos tiempos que los locos guíen a los
ciegos".
Parece que estamos regresando en el tiempo.
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