Mientras el Presidente Constitucional de
la Estados Unidos Mexicanos se fortalece como youtuber a través de sus conferencias mañaneras en el canal de
YouTube del Gobierno de México, con más de 91 mil suscriptores, según el portal
Televisa.news, las críticas hacia estos encuentros y a sus contenidos
“informativos” son materia para renombrados articulistas, columnistas y
directores de medios.
Durante mi participación en el Foro AMCO
sobre gestión de crisis en la era digital el 30 de enero pasado, alguno de los
asistentes preguntó mi opinión sobre estas “conferencias de prensa”. Mi
respuesta fue que me parecen inútiles a nivel informativo y que sólo
contribuyen a un desgaste innecesario tanto del Presidente como de los
funcionarios que lo acompañan y, desde luego, de los reporteros que por
obligación tienen que estar presentes.
A ese respecto, en su columna del pasado
5 de febrero, Raymundo Riva Palacio comentó que "Son varios de sus colaboradores más
cercanos que expresan en privado el desgaste de estar de madrugada, todos los
días en Palacio Nacional, ajustando con el presidente lo que tienen programado
anunciar". De hecho algunos funcionarios han sido captados cabeceando o
inquietos al asumir un papel de meros observadores matutinos, casi siempre sin
participación alguna.
Jesús Reyes Heroles comentó: “Independientemente
del efecto que este frenesí tiene sobre los mexicanos, interesa el impacto
sobre el gobierno federal. Primero, la rutina cansa, a un ritmo que no es
posible anticipar. Segundo, el formato rígido y poco atractivo aburre. Tercero,
el tono de la figura central, que es AMLO, es monótono y adormilador. Cuarto,
con frecuencia los datos que se utilizan en la mañana son contravenidos
posteriormente por fuentes oficiales o por organizaciones no gubernamentales.” (https://www.eluniversal.com.mx/articulo/jesus-reyes-heroles-g-g/nacion/agobiante-frenesi)
Más allá del desgaste físico que
eventualmente podría generar problemas de salud en el mismo Presidente y en los
miembros de su gabinete, especialmente quienes lo superan en edad, los
principales cuestionamientos son en función a la calidad y cantidad de
“información” y al formato en sí de las absurdamente cotidianas reuniones con
medios o “conferencias de prensa”.
En el aspecto informativo, es esencial distinguir entre información y
noticia, ya que los medios de comunicación lo que buscan es noticia, más que
información.
El destacado profesor Restituto Sierra
Bravo, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad
Complutense de Madrid define a la información como “un sistema de datos o ideas
sobre un tema en específico con el fin de aumentar los conocimientos.” Por su
parte
Deborah Potter, directora ejecutiva de NewsLab, señala en el “Manual de Periodismo
Independiente” que la noticia es “una información de interés general para la
audiencia objetivo… que se basa en muchos de los siguientes valores: oportunidad,
impacto, proximidad, controversia, prominencia, actualidad y extrañeza”.
Deborah Potter |
En otras palabras, información es un
grupo organizado de datos que conforman un mensaje que aporta a los
conocimientos del individuo que lo recibe, y noticia es aquello que sale a la luz de manera oportuna para producir
un impacto por su proximidad, prominencia, actualidad, novedad y que puede
generar controversia.
Lo que mayormente surge de estas
reuniones matinales no es noticia sino información que las más de las veces confronta,
agrede, confunde y aturde por su persistencia. Información con la que el
Presidente logra posicionar un tema, eludir una pregunta y consolidar su imagen
ante sus seguidores más fieles.
En cuanto al formato, si bien le dio
buenos resultados al Presidente cuando era Jefe de Gobierno del Distrito
Federal, en la actualidad resulta cansado y aburrido, además de que sólo unos
pocos reporteros tienen la oportunidad de preguntar. La reportera Neldy San
Martín escribió en El Financiero.com, el pasado 6 de mayo, que para los
reporteros, esas reuniones son como una competencia: “El que levanta primero la
mano y capta la mirada de López Obrador es quien gana el derecho a preguntar”.
Pero preguntar no garantiza una
respuesta directa. Responde algunas, quizá las que le quedan más cómodas o le
dan pauta para decir lo que más le conviene; habla vagamente de los temas que
propone al comenzar la reunión, pero no se adentra en detalles quizá para no
exponerse a errores que de todos modos comete, y por lo regular no presenta
datos precisos ni las evidencias que dice tener (“tengo información de que…”).
A mediados de diciembre, la revista
Nexos publicó: “El Presidente AMLO contesta por conferencia, en promedio, 15.5
de las 21.9 preguntas y evade 6.4. El porcentaje de respuesta (71 por ciento)
es relativamente bajo si se piensa que las conferencias de prensa son un evento
planeado con anterioridad por quienes las convocan, y en donde se busca
informar detalladamente sobre diferentes temas. (https://www.nexos.com.mx/?p=40546)
Así, resulta que estas
reuniones son más bien la oportunidad para que el Presidente haga propaganda y
confirme que sólo él tiene la solución a todos los problemas de México. De ahí
que más que “conferencia de prensa” son el momento ideal para pontificar, es
decir, ”Presentar como innegables dogmas o principios sujetos a examen”, según
dice la Real Academia de la Lengua. Por ello hasta videos le han dedicado
modificando el escenario como en un lugar eclesial. (https://www.youtube.com/watch?v=_sCQqsaKjoc).
En suma, lamentablemente la tónica de la
comunicación en la 4T no va a cambiar, a menos que el desgaste matinal diario
cobre la factura en el Presidente o en algún miembro de su gabinete.
En tanto, hay que tener presente que,
como publicó en Reforma Daniel Moreno, Director de Animal Político “Las conferencias matutinas no responden a una estrategia en
favor de la transparencia. Es una estrategia -muy efectiva, según las
encuestas- de comunicación y propaganda. Útil para eludir intermediarios. Poco
útil para rendir cuentas.
La prueba es que, en temas capitales, las preguntas se acumulan y la confusión predomina.”
La prueba es que, en temas capitales, las preguntas se acumulan y la confusión predomina.”
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