miércoles, 8 de enero de 2020

LOS RIESGOS DE SANTA LUCIA



El pasado lunes 6 de enero, como regalo de Reyes, el actual presidente de México dijo que la obra del aeropuerto de Santa Lucía se terminará el 21 de marzo de 2022 y afirmó categórico: "Me dejo de llamar Andrés Manuel si no terminamos (de construir Santa Lucía) el 21 de marzo de 2022". Volvió a cuestionar la viabilidad del aeropuerto que se construía e Texcoco bajo el argumento de que el terreno iba a hundirse y se convertiría en un "baúl sin fondo" y que en cambio Santa Lucía se realizará en "tierra firme".

En términos de comunicación son lamentables los argumentos que expone AMLO para justificar su decisión; primero a través de una “consulta” entre algunos ciudadanos que seguramente saben de aeronáutica tanto como de astrofísica, el monto de la inversión, corrupción (no demostrada), impactos ambientales alejados de una lógica regional, y el impacto en las comunidades, entre otros factores (que también privan en el aeropuerto de Santa Lucía).

Ing. José María Rioboo
La única variable que no ha mencionado es el factor seguridad, excepto por la recordable cita del Ing. José María Rioboo: “Los aviones no pueden chocar, automáticamente se repelen”. Obviamente el “experto” ignoró casos como la Colisión aérea de Charkhi Dadri, el 12 de noviembre de 1996, entre un Ilyushin Il-76 y un Boeing 747 que chocaron en vuelo sobre la India; un Boeing 757 de DHL se impactó contra un Tupolev TU 154 de Bashkirian Airlines en pleno vuelo sobre el sur de Alemania el 12 de julio de 2002,  o el DC 9 de Aeroméxico que el 31 de agosto de 1986 colisionó contra una avioneta Piper Cherokee en su aproximación final hacia el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, por citar sólo algunos casos.
Choque de aviones en Canadá

Preocupante que en la mente del presidente sólo figure el factor económico - político cuando las organizaciones  aeronáuticas internacionales piensan ante todo en la seguridad de las operaciones.

Cuando se iba a iniciar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) firmó un memorando de entendimiento con el Gobierno de México para asegurar que se tomaran las decisiones correctas en la construcción. “El acuerdo permitirá al Gobierno Mexicano entender y adoptar las mejores prácticas globales en el diseño de aeropuertos de gran escala”, dijo el entonces Director General de Aeronáutica Civil, en tanto Tony Tyler, en su momento Presidente de la IATA expresó que  la clave del éxito es la consultoría para que lo que se va a construir satisfaga las necesidades de las aerolíneas para hacer que el nuevo aeropuerto de la ciudad de México sea un ejemplo que puedan emular otros desarrollos en la región.”

Una vez que el gobierno tomó la decisión de cancelar el NAIM y buscar la creación de un hub de tres aeropuertos, haciendo caso omiso a una serie de recomendaciones técnicas y financieras, durante la apertura del Aviation Summit México, evento organizado por IATA en febrero de 2019,  su Presidente y Director General, Alexandre de Juniac expresó que “La industria está decepcionada por la decisión de cancelar el proyecto NAIM… La conectividad aérea segura y eficiente es fundamental para la economía mexicana y el desarrollo nacional. La implementación de una solución de tres aeropuertos presenta grandes desafíos técnicos y comerciales”.

Alexandre Juniac
Entre los comentarios Juniac expresó, en cuanto a seguridad, que la gestión del tráfico aéreo debe apoyar operaciones seguras y eficientes. “Los tres aeropuertos están muy cerca, en terrenos montañosos y a gran altura, lo que restringe las pistas de aterrizaje y despegue; las orientaciones de las pistas no son paralelas, lo que dificulta la tarea, y las  temperaturas estacionales altas son un desafío técnico adicional poniendo en jaque las operaciones seguras y eficientes. La seguridad nunca debe ser comprometida.

En el aspecto comercial mencionó que la viabilidad de la ruta dependerá de la facilidad de las conexiones domésticas, tanto para el transporte de pasajeros como de carga. “Por lo tanto, la separación arbitraria de aeropuertos para el tráfico internacional y nacional tampoco funcionará.” Adicionalmente  las inversiones en Panamá y Bogotá para crear centros de conexión más grandes entre el norte y el sur “preparan a estas ciudades para captar algunos de los negocios que deberían ser atendidos por Ciudad de México.”

En cuanto a operaciones, dijo que es poco probable que la conversión del hangar presidencial a terminal mejore significativamente la situación cuando no se puede construir una tercera pista; que la distancia entre el aeropuerto de Toluca y el actual AICM “hacen prácticamente inviables las conexiones” y que la conversión de la base aérea de Santa Lucía a aeropuerto civil “llevará una inversión significativa, además que los militares tendrán que adquirir experiencia en la gestión de un aeropuerto civil, algo muy diferente a una base aérea militar.”

Luego expuso algunas consideraciones, una de las cuales se refería a la participación de las aerolíneas por su experiencia y comprensión de las necesidades de los pasajeros y del mercado, cosa que a parecer no se tomó en cuenta por parte del gobierno.

Por ejemplo, ese mismo mes el  director general de Aeroméxico, en llamada telefónica con inversionistas, aseguró que la aerolínea no operará en dos o más aeropuertos para servir a la Ciudad de México debido a su modelo de negocio: “Nunca operaremos algunos vuelos desde el aeropuerto A y otros desde el aeropuerto B porque necesitamos tener todos nuestros aviones en el mismo espacio”. Agregó que cambiar pasajeros y equipo y segmentar las operaciones aumentan los costos.

Otros ejemplos fueron el del Presidente de la aerolínea COPA, quien explicó que tienen que operar en el mismo aeropuerto en donde esté Aeroméxico porque tienen una alianza de conectividad: “No todos los pasajeros que llegan al DF van al DF, algunos van a otras ciudades pequeñas y grandes. Si Aeroméxico está en un aeropuerto y nosotros en otro no funciona”. El director ejecutivo de LATAM Airlines, expresó: “El mejor ejemplo es Argentina: los aeropuertos son parte del drama, tener separadas sus operaciones y vuelos para el país, es un desastre”.

El director ejecutivo de Avianca, Ando Van Der Werff, señaló que en el mundo hay pocos ejemplos de sistemas aeroportuario funcionales, por lo que mostró sus dudas con el planteamiento que el gobierno federal busca realizar, con dos aeropuertos operando al mismo tiempo.

A todo ello hay que recordar que, de acuerdo con Tom Farrier, ex piloto de la fuerza aérea de Estados Unidos y actual contratista de seguridad de aviación, el despegue y el aterrizaje concentran el 60% de los accidentes fatales, fundamentalmente debido a que el avión debe acelerar o desacelerar su marcha en un período relativamente corto dentro de la pista del aeropuerto.

Ello se vuelve especialmente relevante cuando al final de la pista hay un cerro que no se tenía previsto en la planeación del nuevo aeropuerto.



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