Una actitud que lleva a las empresas a enfrentar crisis de comunicación, es la presunción, por parte de sus dueños y directivos, de que “eso no nos puede pasar a nosotros”, bajo el criterio de que las compañías serias y bien administradas no pueden tener crisis.
Es una típica actitud producto del exceso de confianza, cuyo resultado ha adquirido diferentes nombres: Exxon Valdes, Chernobyl, Challenger, Columbia, Tylenol, Firestone, Costa Concordia… en fin; empresas y marcas que enfrentaron serias crisis de las que el público se enteró e informó a través de los medios de comunicación.
Aunque la lista de casos es larga, el tema no es nuevo.
A cien años del hundimiento del Titanic, una de las primeras noticias verdaderamente internacionales recién recordada la semana pasada, vale la pena conocer un poco el panorama que presentaron los medios de comunicación, fundamentalmente los diarios de los Estados Unidos. Por cierto, los dueños y constructores del trasatlántico son ejemplo de la actitud que menciono en el primer párrafo: “Este trasatlántico es insumergible.”
El Virginia Newspaper Project hizo una revisión de la cobertura de esta tragedia, realizando un trabajo de consulta de fuentes informativas de primera mano.
¿Cómo empezó a difundirse la tragedia? A través del telégrafo, cuyo uso estaba muy generalizado. No obstante, como ocurre aún en la actualidad, los primeros informes no eran del todo precisos, pero era el medio por el que los editores de los periódicos pudieron dar seguimiento al desastre, como nunca antes lo había hecho medio alguno.
Como sucede en toda crisis mediática, al principio hay confusión, inexactitud y especulación. Prácticamente nadie en tierra conocía el estado real de la situación, de forma que la mayoría de la información publicada un día se precisaba en la edición del día siguiente. Tanto la prensa de los Estados Unidos como la internacional cayeron en tanta inexactitud, que muchos lectores llegaron a pensar que el Titanic estaba a salvo, a flote, e incluso sin daño.
Ejemplos de ello son los siguientes encabezados:
“Pasajeros desplazados en forma segura; el Titanic es remolcado”: Christian Science Monitor (Boston), Abril 15, 1912.
“Aplastado por un iceberg, el poderoso vapor está al borde de la ruina”: Evening World (Virgina), Abril 15, 1912.
“Se hunde el Titanic. No hay pérdida de vidas”: Daily Mail (Londres), Abril 16, 1912
La tragedia también arrojó historias exageradas de honor y audacia que hablaban de héroes y salvadores (algunas dieron pié a escenas de la famosa película de James Cameron), como en el caso de la publicada por Los Angeles Times: “El Mayor Butt (el pasajero militar Archibald Willingham Butt), pistola en mano, contuvo a los hombres para salvar a mujeres”. (Abril 19, 2012). No obstante, investigaciones realizadas por los estudiosos del Titanic no arrojan evidencias al respecto.
La prensa mundial por supuesto dedicó reportajes, secciones especiales, fotografías, editoriales y caricaturas, en todos los tonos: desde el doliente hasta el sarcasmo. Algunos ejemplos de ello son:
- “La catastrophe du Titanic": Le Figaro (Francia), Abril 17, 1912.
- “Una Gran Catástrofe Marítima”: La Prensa (Argentina), Abril 16, 1912.
- “O naufragio do Titanic": O Estado do Sao Paulo (Brasil), Abril 17, 1912.
- “Los hombres que dejaron” caricatura de John T. McCutcheon en Times Dispatch (Virginia), Abril 22, 1912.
- “El Verdadero Titanic”, caricatura publicada en Los Angeles Times, Abril 17, 1912.
- “El dueño del vapor jugando con la muerte”, caricatura en el Baltimore Morning Sun, en Abril 18, 1912
La saga del Titanic es ilimitada y ha sido fuente para el desarrollo de historias, fotografías espectaculares y mordaces editoriales y caricaturas. Semanas después del hundimiento, los medios continuaban publicando historias. El Staunton Daily Leader, de Virginia, publicó un serial de la profética novela “El Naufragio del Titán” escrita por Morgan Robertson en 1898, que narra la historia del transatlántico “Titán” y su hundimiento, el cual guarda muchas similitudes con la historia del Titanic.
Han pasado cien años y aún persisten historias, rumores, mentiras, controversias y leyendas, incrementado todo ello a raíz del descubrimiento de sus restos en 1985. Especialmente se sigue especulando sobre la real causa del hundimiento: acero quebradizo (New York Times, Septiembre 16 de 1993), sabotaje, fraude con los seguros o la no respuesta al llamado de auxilio por parte de Stanley Lord, capitán del trasatlántico “Californian” (Los Angeles Times, julio 27 de 1990).
A pesar del tiempo, el Titanic sigue siendo un tema noticioso para los medios.
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