En días
pasados en que la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL) trajo a Joe Montana a
México como parte de una campaña para crear conciencia sobre la prevención del
cáncer de mama y la lucha contra la obesidad, recordé sus comerciales para una
marca de cervezas, pero también vinieron a mi memoria un par de jugadores de la
NFL del siglo pasado que ligaron sus reconocidas habilidades deportivas a
marcas comerciales.
Uno de
ellos es Joe “Broadway” Namath, mariscal de campo de los “Jets” de Nueva York,
equipo al que se unió en 1965. En 1968, con 25 años de edad y en su tercera
temporada, alcanzó el entonces récord
de 4,007 yardas ganadas por pase luciendo un enorme bigote que le caracterizaba.
A fin de promocionar un comercial de la rasuradora Schick, aceptó rasurarse el
bigote frente a las cámaras de televisión a cambio de 10 mil dólares (de esos
años). Este año Namath estuvo presente en la ceremonia del “volado” del pasado Súper
Tazón.
El otro es Charles Edward Green, mejor
conocido como “Mean Joe” (el maloso Joe) Green, quien en la década de los
70 se convirtió en el liniero defensivo más dominante en la Liga Nacional de
Futbol Americano, es considerado como el mejor en toda la historia en esa
posición, y fue piedra angular de la famosa "Cortina de Acero" de los
“Acereros” de Pittsburg. En 1979 grabó un tierno comercial para Coca-Cola que
fue premiado como el mejor de la época y ha sido considerado uno de los diez
mejores comerciales de todos los tiempos. (Una nueva versión muy similar protagonizada
por Troy Polamalu, también de los “Acereros”, se transmitió durante
el Súper tazón 43, en 2009.
Ignoro desde cuando se empezó a crear una
liga entre atletas y marcas comerciales, pero me parece que ha sido una forma
efectiva de promover una marca, generando beneficios tanto para empresa como
para el deportista.
Según un estudio realizado en Alemania por
Media Analyzer, especializada en investigación de
mercados, citado por marketingdirecto.com,
el 53% de los consumidores encuestados piensa que los deportistas resultan
creíbles cuando son imagen de una marca, contra humoristas y presentadores
(48%), cantantes (47%), actores (43%) y modelos (32%). Seguramente el valor de
la victoria es uno de los factores fundamentales para relacionarlos con una
marca.
Sin
embargo, esta relación, que por lo
general es benéfica para ambas partes, puede dañarse o definitivamente romperse
por el desarrollo de la vida personal del deportista y debido a su comportamiento
dentro y fuera de las canchas. La
forma en que el deportista se conduce frente a sus rivales es un referente para
millones de personas, sin dejar de considerar variables como la honestidad, el doping, la violencia o cualquier tipo de
discriminación, lo mismo que conductas personales que enturbian los valores
positivos del deportista y, eventualmente, el del producto.
ALGUNOS CASOS NOTABLES
Ejemplos de ello, especialmente en el
futbol americano, hay muchos. El más reciente es el caso de Ray Rice ahora ex estrella
de los “Cuervos” de Baltimore.
- Rice fue arrestado luego de que se exhibiera en las redes sociales un video en el que se le ve golpeando a su esposa dentro de un elevador en un casino en Atlantic City a principios de este año. Los efectos de su acción se materializaron en su suspensión indefinida de la NFL, el retiro del patrocinio de Nike por 1.6 millones de dólares y la devolución de las camisetas con su número por parte de los aficionados. Lo más significativo en este caso es que Rice participaba en una campaña televisiva en contra del bullying y de apoyo al movimiento en contra del odio y la discriminación.
- Adrian Peterson, corredor de los “Vikingos” de Minnesota, que en la temporada 2013 se convirtió en el tercer jugador en la historia de la NFL que más rápido llegó a las 10,000 yardas por tierra, había filmado comerciales para Verizon y en esta temporada tenía al aire uno de Castrol que firmó en el mes de abril. Peterson fue acusado de golpear a su hijo y enfrenta cargos por abuso de menores. Aunque hasta el momento no ha sido arrestado, se encuentra bajo investigación y enfrenta un proceso judicial. Ante esta situación, el pasado mes de septiembre Paul Giblett, vocero de la empresa comunicó: “A la luz de los recientes eventos, Castrol ha decidido finalizar su relación con Adrian Peterson”.
Fuera de la NFL, hay otros atletas que han estado
ligados a marcas comerciales y han tenido problemas judiciales. Estos son algunos
de ellos:
- Oscar Pistorius, atleta paralímpico sudafricano poseedor de marcas mundiales quien para competir emplea prótesis de fibra de carbono en ambas piernas, era muy solicitado por los grandes anunciantes deportivos. Todo cambió cuando en febrero de 2013 fue aprehendido por asesinar a su novia. Pocos días después de darse a conocer la noticia a nivel mundial, Nike y Oakley le retiraron sus patrocinios valuados en cerca de dos millones de dólares.
- Tiger Woods, el golfista considerado como el mejor de la historia, perdió patrocinadores y ofertas de comerciales cuando en 2009 se dio a conocer que le había sido infiel a su esposa. Esta situación le originó en 2010 una pérdida de cerca de 20 millones de dólares debido a la cancelación de los contratos comerciales que tenía con marcas como Gatorade, AT&T y Accenture. Además de estos convenios, en esa época había realizado comerciales para Buick, Accenture y Amex, entre otros, varios de los cuales le fueron cancelados.
- El ciclista Lance Armstrong fue acusado en junio de 2012 de “dopaje sistemático” por lo que la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos le retiró sus 7 títulos de Tour de Francia y lo suspendió de por vida. Ello le llevó a perder la relación comercial con Nike, lo que afectó el sostenimiento de su fundación “Livestrong”, creada para apoyar la lucha contra el cáncer y ayudar a familiares y personas afectadas por esta enfermedad. Aun cuando fue expulsado de su propia fundación, su nombre sigue ligado a la misma y por ello cada vez recibe menos apoyo al grado de que las contribuciones disminuyeron hasta casi 50% como en el caso de Nike que, desde este año, dejó de fabricar cualquier material relacionado con la fundación.
Armstrong era un ejemplo a seguir hasta que aceptó
públicamente que durante el tiempo en que era considerado un héroe, tomaba una
sustancia prohibida para ganar y, encima, obligaba a sus compañeros de equipo a
consumirla. Ante ello, Katherine McLane, vicepresidenta de la fundación decidió
hace poco distanciarse de los grandes nombres, sin buscar caras famosas para
promover donativos y cancelando las donaciones de personalidades del mundo artístico
y deportivo, sólo centrándose en el día a día de la gente que padece la
enfermedad.
En fin: Las marcas aprovechan al máximo
los valores que el deporte les ha permitido desarrollar a los atletas. Sin
embargo no sólo es suficiente el mérito deportivo sino, lo que es más
importante, se trata de comunicar mensajes positivos que idealmente sean
reforzados con un comportamiento consistente por parte de los personajes que
los promueven. Casos como los de Armstrong y Rice son una evidencia de la
incongruencia entre lo que se busca comunicar y lo que realmente se es.
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