Con un breve boletín de 47 palabras, el 29 de mayo la
Secretaría de Educación Pública comunicó: “Se suspenden indefinidamente los
procesos de evaluación para ingreso, promoción y permanencia en educación”.
En general pocos son los temas que generan un seguimiento
mediático tan intenso y durante tanto tiempo. El actual gobierno mexicano
parece empeñado en batir sus propios récords de permanencia cuestionable en los
medios de comunicación. Desde Ayotzinapa hasta, por lo pronto, la evaluación al
personal del magisterio, cada nuevo tema se prolonga en el tiempo en los medios
de comunicación.
La novedad en esta ocasión es que el tema de la suspensión
de la evaluación al magisterio ha logrado un consenso sin igual a través de los
medios de comunicación: analistas, opinadores, organizaciones de la sociedad
civil, el Rector de la UNAM y hasta el Congreso de la Unión, han cuestionado la
decisión y han solicitado por todos los medios dar marcha atrás a la medida y
puesto de manifiesto que el mismo gobierno está violando la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y sus leyes secundarias, además de
poner en riesgo no sólo la Reforma Educativa sino todas las reformas
estructurales que están en vías de implementación.
Ante la presión por la medida, cuatro días después, durante
la inauguración de un centro comercial en el Estado de México, el Presidente se
limitó a expresar a los medios de comunicación: “La Secretaría de Educación
Pública (SEP)
será quien responda las inconformidades generadas por la
suspensión de las evaluaciones a los docentes de educación básica y media
superior”, dijo el Presidente y agregó: “hay que seguir adelante”. Aún el lunes
después de las elecciones (una semana después) el vocero presidencial expresó
en entrevista radiofónica que el tema está en la competencia de la Secretaría
de Educación y que el Presidente es respetuoso de la Constitución. Hasta ese
momento la SEP no había dado explicaciones.
Periódico Reforma, junio 7, 2015 |
El sentido común indica que una decisión de esa naturaleza,
especialmente por sus implicaciones políticas y sociales, fue tomada por el
propio Presidente. La pregunta es si el Presidente tenía calculado el escenario
que derivaría de dicha decisión y si dentro del mismo estaba considerada la
reacción generalizada en contra y la no respuesta de su Secretario de Educación
y, en dado caso, los pasos subsecuentes.
La política es como un juego de ajedrez en el que se traza
una estrategia en donde se contemplan los posibles escenarios que se podrían
presentar ante cada movimiento y se define si la táctica será intercambiar
piezas o perderlas a cambio de un esfuerzo más agresivo.
En política, como en comunicación, los escenarios se diseñan
a partir de una realidad actual sobre la que se construye una probable secuencia
de situaciones, acciones y reacciones, que pudieran presentarse. Se trata de
una metodología prospectiva en la que se pone en blanco y negro situaciones que
tienen una cierta probabilidad de ocurrencia. Para cada una se diseña un plan
de acción, las posibles preguntas que pudieran surgir de parte de los actores
involucrados y los mensajes clave para responder a dichas inquietudes. Los
escenarios no predicen el futuro pero ayudan a tener un mejor control de la
situación cuando ese futuro nos alcanza.
¿Habrá calculado el Presidente la generación de comentarios
como los siguientes:
- Ricardo Raphael, El Universal: “… el problema va más allá de la incomprensión: el funcionario nunca leyó los textos aprobados por el Congreso. Y probablemente tampoco su jefe, el presidente Enrique Peña Nieto, quien lo autorizó para que procediera de manera tan desastrosa. Quienes acribillaron a quemarropa la reforma educativa son los mismos que hipócritamente la presumieron y de manera falsa protestaron defender a la Constitución y las leyes que de ella emanan.
- José Cárdenas, Excelsior: “El gobierno federal nos mintió. El secretario de Educación Pública faltó a la verdad al garantizar la aplicación puntual de la ley educativa; la reforma estructural es moneda de cambio ante “otra” urgencia. Pero lo más grave es la violación al artículo tercero de la Constitución y sus leyes reglamentarias. Con este golpe a la Reforma Educativa la administración de Peña Nieto se “dobla” ante la presión de la CNTE, y termina por socavar su propia autoridad.”
- Isaac Kats, El Economista: “La decisión de la SEP invade las atribuciones del INEE y es una muy grave violación a la Constitución por parte del Poder Ejecutivo federal. Grave que el gobierno haya cedido al chantaje de algunos miembros del magisterio con fines puramente electorales”.
- Sergio Sarmiento, Reforma: “¿Qué podemos esperar en el futuro de un mandatario que no pudo resistir la presión y se rindió a las exigencias de uno de los muchos grupos de poder? Un gobernante que escoge la rendición incondicional como su forma de gobernar está condenado a terminar mal su gobierno”.
- Ricardo Alemán, El Universal: ”El presidente Peña Nieto violentó la Constitución al avalar que por miedo a las amenazas de la mafia CNTE, se diera el tiro de gracia a la reforma educativa. ¿Quién sancionará al Presidente? ¿Cuál será la sanción?”
- Dennis Maerker, El Universal: “Los mensajes: Que este gobierno no respeta la ley. .. este gobierno (ya lo saben los chinos) puede modificar de un plumazo las reglas del juego de cualquier proceso por complejo, peleado e importante que sea. Que este gobierno es débil. A este gobierno si lo aprietan es capaz de echarse para atrás incluso tratándose de sus logros más cacareados.
- Katia D’Artigues, El Universal: “La “joya” de la corona de las reformas del sexenio de Enrique Peña Nieto echada por la borda. ¿Quién puede creer ahora que quieren mover a México? La recuperada rectoría del Estado Mexicano en la educación se volvió, de un momento a otro, un chiste”.
- Alicia Salgado, Excélsior: “La ausencia de detalles sobre la decisión tomada obliga a creer que es un acto de debilidad de la administración Peña, y respuesta al "permanente chantaje" de la CNTE que incluye boicot electoral y expresiones violentas”.
La respuesta es que seguramente sí lo tenía contemplado.
Evidentemente se trataba de una maniobra política que permitiera un desarrollo
más pacífico del proceso electoral.
Finalmente el Secretario de Educación dio
una explicación poco convincente sobre cuestiones técnicas que llevaron a la
suspensión indefinida del proceso de evaluación: “Cabe precisar que
suspenderlos no significa otra cosa más que diferir por un tiempo y de ninguna
manera quiere decir cancelar la evaluación de los maestros".
Además, en una contradicción comunicativa, luego de que
había explicado que la suspensión de los procesos tuvo como fundamento razones
de carácter técnico y político, para no interferir en el desarrollo del proceso
electoral en curso, afirmó que con respecto al aviso difundido la semana
pasada, se mantuvo prudencia y discreción para no vulnerar el desarrollo del
proceso electoral de gran trascendencia para el país, “prudencia que se fincó
en las leyes electorales y no en el capricho”, acotó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario