La Doctora Celeste González de Bustamante, Profesora Asociada de la
Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona, narra en su libro “Muy
buenas
noches, México. La Televisión y la Guerra Fría” el escenario mediático de los
años cincuenta: “Entre 1950, el año en que se transmitieron los primeros
noticieros, y 1969, los dueños de periódicos ejercieron una influencia
considerable sobre el contenido de los noticiarios televisivos. Desde el
inicio, su contenido editorial se originaba en los principales diarios de la
Ciudad de México.”
Dra. Celeste González |
En efecto, los primeros noticiarios eran producidos por los principales
diarios y patrocinados por alguna empresa, de forma que esos espacios
informativos no contaban con reporteros y sólo eran una prolongación del
periódico; el conductor nada más se dedicaba a leer las notas de los mismos
diarios y uno que otro cable noticioso.
La primera transmisión de la televisión mexicana fue el Cuarto Informe de
gobierno del Presidente Miguel Alemán, en 1950, hecho en sí mismo noticioso
pero ajeno al concepto de noticiario.
El libro multiautoral “apuntes para una
historia de la Televisión Mexicana” recuerda el surgimiento de los primeros
programas informativos de la televisión: “Luego del informe presidencial, a las
seis de la tarde se presentó el programa informativo inaugural de la televisión
mexicana denominado ‘Noticias’ conducido por Gonzalo Castellot, que habría de
durar hasta agosto de 1953. Tres meses después de aquella primera incursión, el
5 de diciembre de ese 1950 dio inicio el segundo informativo regular con
personal y
horario fijos, llamado ‘Noticiero General Motors’ que tenía a
Guillermo vela como conductor, a Pedro Ferriz Santacruz como locutor comercial
y a Jacobo Zabludovsky como redactor.”
El noticiero de Guillermo Vela originalmente se denominaba “Notimundo”, y
era producido por el diario El Universal, patrocinado por General Motors. El conductor,
un hombre regordete, de lentes y de pelo ralo, empezó a ser familiar para los
televidentes por su peculiar forma de cerrar el programa con la expresión:
“Buenas noches; muy buenas noches…. ¡A usted!”
El que conducía Castellot, denominado “Noticiero Novedades” surgió de
manera curiosa, según lo narra Celeste González: “El 26 de julio, durante los
últimos días de prueba antes de la inauguración oficial del medio, Gonzalo
Castellot intentó diseñar un plan para llenar los cinco minutos de transmisión.
Tomó un ejemplar de Novedades y anunció a los televidentes que estaban a punto
de presentar la primera edición de “Leyendo Novedades”, y acto seguido empezó a
leer las noticias directamente del diario.” Este programa informativo pronto
fue rebautizado como “Noticias del día” y, más adelante, en 1957, como
“Noticiero Novedades”.
Comienza “la competencia”
Paulatinamente fueron surgiendo nuevos servicios informativos mayormente
alimentados por los diarios de mayor circulación en la época. En 1952 se
transmitía por Canal 2 el “Noticiero Celanese Mexicana” conducido por Francisco
rubiales “Paco Malgesto” y “Cuestión de Minutos” con Enrique Figueroa; en 1954
apareció el “Noticiero Excélsior Día a Día” conducido por Ignacio Martínez
Carpinteiro
quien leía las noticias, escritas en papeles muy bien ordenados
sobre su escritorio y se hizo popular por su parecido al presidente López
Mateos y por su forma de despedir el programa mediante un guiño con el ojo
derecho. Al año siguiente surgió “Cine Mundial”, con noticias de espectáculos,
también conducido por Malgesto.
Para 1955 ya existían 11 servicios informativos con diferentes nombres y
patrocinadores. No obstante, el referente de noticieros televisivos de esos
años lo dictaron el “Noticiero General Motors” y el “Día a Día”. Lo curioso es
que la mayoría de esos programas colaboraban entre sí para su producción.
Celeste González lo describe de la siguiente manera: “Gran parte del personal
de los primeros noticiarios laboraba en el mismo edificio. A principios de la
década de 1960, por ejemplo, el “Noticiero Superior” y el “Noticiero General
Motors” eran producidos en la calle de Tolsá, suite 301, a juzgar por la
papelería encontrada en sus archivos. Las notas escritas sobre los guiones
revelan que los carretes de imágenes a menudo eran utilizados por un noticiero
y luego pasaban a los productores de otros”.
Otros servicios informativos de esos años fueron: “Cuestión de Minutos”,
con enrique Figueroa; “Instantáneo de TV” comentarios a la noticia con Rodolfo
Mendiolea y el “Noticiero Estudiantil”, en los inicios de Canal 11. La mayoría
de estos noticiarios duraban aproximadamente 15 minutos. En la década de los
sesenta surgieron otros cuya duración se extendía hasta media hora y uno que
otro que duraba 60 minutos como fue el caso del “Café Matutino”, también
conocido como “Su diario Nescafé” o “Noticiero Nescafé”, conducido por
Zabludovsky y producido en la misma calle de Tolsá, a pocos pasos de las
instalaciones de Telesistema Mexicano, hoy Televisa.
Aunque los vínculos de los diarios con la televisión fueron importantes
en la formación de prácticas estandarizadas de reportaje, en 1969 los contratos
de Telesistema Mexicano con los distintos diarios terminaron y se creó la
Dirección General de Información y Noticieros, cuyo Director fue el hijo del
expresidente Miguel Alemán, quien ya cubría un espacio informativo diario no
mayor a 15 minutos. Para esos años ya empezaba la competencia en Televisión
Independiente de México Canal 8 con “Caleidospcopio” con Carlos Brunet y
Teodoro Rentería; el noticiario “Trecevisión” en Canal 13, además de el “Noticiero
Nacional”, en Canal 11, a cargo del doctor Rodolfo Limón.
Lo sorprendente es la capacidad que tuvieron aquellos pioneros para
alimentar sus espacios informativos en un tiempo en que no había reporteros
para radio y televisión.
Las primeras generaciones de periodistas que empezaron a recibir
formación para trabajar en medios electrónicos son de la década de los sesenta
y el aprendizaje se daba más bien en sesiones prácticas, redactando guiones
para noticieros y visitando instalaciones de radiodifusoras y canales de
televisión en lo que las universidades montaban sus propios laboratorios y estudios.
Así fue como conocí el área de producción y el estudio de transmisión del “Diario
Nescafé”.
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