“Eso
no nos puede ocurrir a nosotros”. Esa es una expresión que he escuchado en
repetidas ocasiones al finalizar los talleres de simulacro de crisis;
lamentablemente el exceso de confianza en procesos, normas y certificaciones,
hace que se baje la guardia y la frase pierda todo significado cuando estalla
la crisis de comunicación.
Toda
empresa, por bien estructurada y
organizada que sea, está expuesta a enfrentar una crisis repentina. Cuando ello
sucede, si no ha habido una preparación previa y un equipo de respuesta que
ayude al manejo de la situación y al control de daños, los efectos pueden ser
severos tanto en la imagen y credibilidad de la empresa como en las propias
operaciones y hasta en los aspectos financieros. El caso global más reciente es
el de la famosa automotriz alemana y su “engaño ambiental” descubierto en los
Estados Unidos.
Independientemente
de periódicamente realizar simulacros y talleres de crisis, hay algunos pasos
que se pueden dar para prevenir este tipo de eventos. Uno es el identificar
situaciones y procesos que pueden ser causa de problemas y estar alerta a que
no se salgan de control, es decir, identificar los posibles riesgos y planear escenarios. Lamentablemente esto no pudo realizarse debidamente en el caso de
la automotriz alemana, debido a que el software empleado para desvirtuar la
información sobre contaminación estaba diseñado para evitar ser detectado.
Lo
curioso, como sucede en muchas crisis, es que ésta estalló, no porque alguien
la provocara deliberadamente, sino por un detalle casual: Un ecologista, Peter
Mock, del Consejo Internacional Para el Trasporte Limpio, intentaba demostrar
que los controles de gases contaminantes en Europa son mucho menos exigentes
que en Estados Unidos.
Planear
identificando situaciones riesgosas es de utilidad para prevenir una crisis,
especialmente cuando una organización contempla cambios importantes que pueden
afectar dentro y fuera de la misma, por ejemplo, el cierre de operaciones en un
país. Un ejemplo de ello se dio hace nueve años ante el cierre de una planta
japonesa productora de vidrio automotriz ubicada en el Estado de Jalisco. Este
es el resumen del caso:
CONTEXTO
El cliente, con operaciones en México de años atrás, en
un momento dado, ante una sensible pérdida de competitividad, decidió que daría
por terminada la operación de su planta en El Salto, garantizando las entregas
pendientes a sus clientes, tanto por producción propia como importando producto
fabricado en su planta de los Estados Unidos. El plan original era programar el
cierre hacia finales de 2006.
La situación podría ser problemática no solo por la
pérdida laboral –contaba con 300 empleados- sino porque el líder del sindicato
estaba en pre-campaña para participar como candidato a diputado por su estado. Era
un año electoral y estaba a consideración el potencial uso político del cierre
de la planta.
Era necesario generar una estrategia de comunicación que,
dado el contexto político y económico, permitiera un cierre de operaciones con
el menor daño a la reputación de la empresa ante empleados, clientes,
proveedores y autoridades.
LA ESTRATEGIA
El
diseño y ejecución de la estrategia se inició en agosto de 2005. Para el mes de
noviembre, después de un proceso de inmersión y de consideraciones sobre el
impacto económico y político que podría generar el cierre de las instalaciones,
y contrario al deseo del corporativo de cerrar la planta hacia fines de 2006, se
determinó que la mejor opción era el viernes 21 de abril de ese año.
Los
motivos:
- Ya se habrían iniciado las campañas políticas y se podría determinar la posición del líder sindical, con pocas posibilidades de contaminación política del cierre.
- Fin de semana y término del periodo vacacional de primavera, con la circunstancia de disminuir una posible filtración mediática.
- Posibilidad de hacer avisos anticipados disminuyendo la posibilidad de rumores o, al menos, de controlarlos.
- Tiempo suficiente para finalizar las entregas contratadas por los clientes y coordinar suministros pendientes desde Estados Unidos
La
decisión fue tomada luego de planear escenarios en tres momentos que podrían
generar la crisis de comunicación: el encuentro preliminar con el líder del
sindicato, diez antes del cierre, para
informarle y procurar su apoyo al cierre de la planta; el proceso de
información a los líderes de los diferentes equipos de trabajo tres días antes
del fin de operaciones, y el mismo día de cierre para informar el hecho
públicamente, interna y externamente.
Los
escenarios implicaban desde la negación a colaborar por parte del líder
sindical y presiones para boicotear el cierre de la planta, hasta posibles
agresiones violentas por parte del personal, demandas laborales sin precedente
y daños a la producción lista para entrega, con la probabilidad de que todo
ello trascendiera a los medios.
Para
cada escenario había recomendaciones de acción para control de daños y una
serie de documentos con mensajes destinados a cada uno de los públicos
relacionados. A fin de cuentas, el cierre de la planta se anunció de acuerdo a
la estrategia, con los siguientes resultados:
- El líder sindical fue sensibilizado y motivado para colaborar en el proceso de comunicación, generando confianza de los empleados hacia la empresa.
- Los empleados asimilaron la situación y se comprometieron a dar lo mejor de sí durante el periodo de cierre. (La recomendación fue comunicar que se harían liquidaciones por arriba de lo establecido por la ley).
- Ninguno de los empleados intentó boicotear o generar conflicto interno para tratar de sacar ventaja.
- A pesar de saber el cierre, la productividad se incrementó y se mantuvo el nivel de seguridad dentro de la planta.
- De manera natural, el proceso llevó a que la misma empresa buscara la reubicación de los empleados que iban terminando su relación laboral, de acuerdo con el calendario de cierre.
A mediados del año pasado,
la empresa reabrió operaciones en México a través de una planta en Villa de
Reyes, San Luis Potosí, como parte de una estrategia de globalización. Una planeación
estratégica adecuada no sólo previene de una crisis sino que deja abiertas
futuras ventanas de oportunidad.
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