miércoles, 3 de agosto de 2016

SOLO CENIZAS… Y SUS EFECTOS EN LA AVIACIÓN


El lunes de esta semana miles de automóviles, pisos y azoteas en amplio sector del Sur y Sur Oriente de la ciudad de México (la mitad de las delegaciones políticas) y algunos municipios del Estado de México amanecieron tapizados por un fino polvo grisáceo. Era  ceniza volcánica emanada por el Popocatépetl durante esa madrugada. La última vez que sucedió algo así en México fue en diciembre de 1994.

El evento fue noticia en todos los portales electrónicos informativos de ese día y en los diarios
Foto de La Jornada
capitalinos del día siguiente. Pero también fue motivo de preocupación por los posibles daños a la salud al respirar el polvo volcánico, por los daños a la pintura de los vehículos y por la posibilidad de afectaciones a las operaciones aeronáuticas.

Alguien me comentó que el aeropuerto no se vio afectado por la caída de ceniza y que era poco probable que los aviones pudieran sufrir algún percance por esta situación. La realidad es distinta, no sólo para México sino para todos los países que cuentan con orografía volcánica, y sus vecinos.

Un estudio del Centro Nacional de Prevención de Desastres y del Instituto de Geofísica, UNAM de Agosto de 2001 sobre la actividad del Popocatépetl establece que al arrojar fragmentos incandescentes y ceniza “se pueden afectar negativamente la aeronavegación y la infraestructura aeroportuaria de la zona.” Agrega: “Estudios recientes apuntan a limitar la altura en que las aeronaves pueden volar sobre el cráter, así como a señalar que la caída de ceniza depende, entre otros factores, de la dirección de los vientos. “

El mismo estudio recuerda que el 30 de junio de 1997 el volcán generó una pluma que alcanzó los 8 km por encima del volcán y que durante 2 ó 3 horas cayó ceniza por lo que “El aeropuerto de la ciudad de México tuvo que ser cerrado por cerca de 12 horas hasta que la ceniza depositada en las pistas pudo ser lavada.”

¿QUÉ SUCEDE CON LA CENIZA?

Contrario a las cenizas producto de una combustión, la ceniza volcánica tiene un potencial dañino para la salud (molestias en ojos, nariz y garganta, en las vías respiratorias e irritaciones en la piel), en transportes, edificios, agua, equipos de comunicación, la agricultura, etcétera.

En el caso de los aviones, los componentes minerales de la ceniza volcánica puede producir erosión de los parabrisas (con lo que se pierde toda visión en la cabina) y en partes vitales como el timón; lo peor es que la ceniza puede ser absorbida por las turbinas, provocando que los motores se “ahoguen” y se apaguen.

Son varios los reportes que existen sobre encuentros de aviones con nubes de ceniza, que han
Partes dañadas del vuelo 009 de British Airways
provocado fallas temporales en las turbinas. Quizá el más conocido de estos percances porque obligó a la OACI a tomar medidas preventivas, es el del vuelo 009 de British Airways, conocido como “Speedbird 9” o el incidente Yakarta, ocurrido el 24 de junio de 1982. Los pilotos difícilmente podrían distinguir entre una nube de agua y una nube de ceniza, por lo que el avión penetró en una nube de ceniza volcánica de la erupción del Monte Galunggung, a 180 km al sureste de Yakarta, que entre otros efectos provocó la detección de humo con olor a azufre en la cabina, un inusual brillo en las turbinas y, lo peor, le apagó los cuatro motores.

La aeronave pudo planear lo suficiente para escapar de la nube de ceniza y poder re encender los motores. Luego del incidente se crearon en 1998  los Centros de Avisos de Cenizas Volcánicas (VAAC por sus siglas en inglés).

Otros casos: En diciembre de 1989 un vuelo de KLM entró en emergencia al descender en Anchorage, Alaska, debido a la falla de sus cuatro turbinas. El avión había volado a través de una delgada nube de cenizas volcánicas del Monte Redoubt, en la propia península de Alaska. En 1991, durante la erupción del volcán Pinatubo (Filipinas), 14 aeronaves sufrieron daños al volar en áreas con cenizas volcánicas: 10 motores resultaron inutilizados.

Erupción del Puyehue – Cordón Caullenda
Una erupción el 14 de abril de 2010 en Islandia, arrojó ceniza volcánica varios kilómetros en la atmósfera lo que llevó al cierre del espacio aéreo sobre la mayor parte del norte de Europa. En junio de 2011 la erupción del Puyehue-Cordón Caulle, en Chile, forzó a las aerolíneas a cancelar vuelos internacionales y al Sur del país. En abril del año pasado, la erupción del volcán Calbuco, también en Chile, obligó a la suspensión del tráfico aéreo del Aeropuerto Internacional El Tepual y en otros tres aeropuertos en Argentina.

Cada una de estos eventos ha significado noticia, a veces local, a veces internacional dado que varias de estas nubes de ceniza le han dado la vuelta al mundo, como fue el caso del volcán Chichonal, en el Estado de Chiapas, que en marzo de 1982 hizo erupción generando una columna de ceniza que cubrió el Sureste y Centro del país y circundó todo el planeta.

El tema viene a colación ante la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que estará localizado en la zona de influencia de posibles nuevas emanaciones de cenizas del volcán Popocatépetl y ante lo cual es deseable que se hayan considerado algunas de las recomendaciones del Instituto de Geofísica de la UNAM. Entre otras:

·       Diseño estructural de los techos para evitar la acumulación de la ceniza.
·       Ductos de entrada a los sistemas de aire acondicionado localizados lejos del piso, con tomas de aire no orientadas hacia arriba y en zonas de poca probabilidad de acumulación de ceniza.
·       Sistemas de almacenamiento de agua con capacidad mucho mayor, en caso de que se requiera agua para la limpieza de pistas y de terminales.
·       Sistemas de drenaje que puedan contener una mezcla de agua con ceniza, además de tanques de decantación para la eliminación de cenizas.
·       Zona de entre-pistas con vegetación o material especial para que permita que la ceniza sea removida de ese sitio de forma fácil, o que capture la ceniza en forma definitiva, ya que de otra forma la turbulencia generada por los aviones levantará de nuevo la ceniza de esa zona.
·       Sistemas centrales de aspirado para la remoción de ceniza.
·       Equipos especiales de suministro de energía en caso de emergencia, que no sean afectados por ceniza.

No es posible impedir la acción de la naturaleza, pero sí se puede prevenir ser noticia negativa de primera plana por no haber considerado la cercanía con el volcán y sus posibles efectos.






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