A dos semanas de haber sido
declarado presidente electo, el ganador de las elecciones presidenciales de
México expresó en conferencia de prensa: “Se va a concentrar toda la
comunicación del gobierno en una sola entidad”, e informó que todavía no se
decide si las conferencias de prensa mañaneras serán a las 6 ó 7 de la mañana. Esta
idea generó especulaciones sobre la verdadera intensión de controlar la
comunicación, como lo hizo cuando fue Jefe de Gobierno del DF, pero ahora a
nivel nacional.
El tema del control de la
comunicación y de los medios lo ha vivido México en diversas etapas de la
historia. En el México moderno son citables, por ejemplo, Gustavo Díaz Ordaz (GDO) y Luis Echeverría
(LEA), directamente responsables de la tragedia de Tlatelolco.
Luego de la masacre en la Plaza
de las Tres Culturas, GDO propuso un impuesto por el que se pensaba tomar el
control de la radio y la televisión, como una especie de castigo a quienes
dieron voz e imagen a los actores del conflicto estudiantil. El resultado
derivó en el famoso 12.5 por ciento del tiempo de transmisión para mensajes
oficiales, vigente hasta la fecha.
En cuanto a LEA, Ilán Bisberg y
Lorenzo Meyer, en “Una Historia Contemporánea de México: Actores”, expresan que “…intentó desde su campaña crear la idea de que en su gobierno ocurrirían
cambios sustanciales, mediante lo que él mismo denominó política de
‘apertura
democrática’, pero tal ‘apertura’ resultó un artificio retórico, para esconder
un autoritarismo igual que el anterior”. Desde el inicio de su gobierno creó la
Subsecretaría de la Presidencia y la Dirección de Información y Relaciones
Públicas con las que buscó ejercer control directo sobre la información y los
medios.
LEA llegó al extremo de adquirir
una televisora (Canal 13), suspender cerca de 40 programas de televisión,
declarar ilegales un centenar de revistas so pretexto de que eran pornográficas, y orquestar el “golpe de
estado” en contra del Director General del diario Excélsior.
No solo en México.
Regímenes autoritarios y
democráticos buscan ejercer control sobre la información y sobre los medios,
especialmente en favor de la imagen de sus presidentes. Algunos ejemplos:
- En Venezuela, una ley aprobada por el gobierno de Hugo Chávez en el 2000, establece sanciones a aquél contenido que “cuestione a la autoridad legítimamente constituida”. Reporteros Sin Fronteras mencionó, bajo ese amparo, arrestos arbitrarios de periodistas, la expulsión de reporteros extranjeros y varios enjuiciamientos por difamación; por su parte, según el Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPYS), el regulador nacional de telecomunicaciones (CONATEL) cerró 40 estaciones de radio en el año 2017, citando irregularidades en sus licencias. Con ese panorama se ha dejado la cobertura cada vez más en manos de los medios controlados por el Estado que dominan la radio y la televisión, cubriendo las actividades oficiales del presidente Maduro. “Lo que va quedando, los escombros (...) de los medios burgueses”, dijo Maduro en el acto por el Día del Periodista el 27 de junio.
- En Nicaragua, Eduardo Enríquez, jefe de redacción de 'La Prensa', periódico de 92 años de existencia, comentó el pasado 30 de julio que “a nivel empresarial experimentamos bloqueos extraoficiales en la importación de papel, y agredieron a distribuidores." A su vez, el Diario El Mundo señaló que “Cuando al inicio de su Gobierno tomaron el control de empresas de prensa, radio y televisión, (la Vicepresidenta Rosario) Murillo alegó que era necesario contar con medios "del poder ciudadano" porque así saldría la información "incontaminada". Pero no hay más que seguir esos medios para constatar que se han vuelto meros portavoces de la propaganda oficial”.
- Desde que asumió el poder, el gobierno de Evo Morales ha aumentado sustancialmente su participación en el mercado de la comunicación. Edita el diario Cambio, abrió más de 30 radioemisoras comunitarias, fortaleció la red de radio Patria Nueva y el canal estatal Bolivia TV. BBC News reportó el pasado mes de julio que La Asamblea Legislativa, controlada por el presidente, aprobó una nueva ley de telecomunicaciones que deja en manos del Estado, los indígenas y los movimientos sociales, el control de dos tercios de los medios audiovisuales del país, dejando al sector privado con sólo un 33 por ciento de participación.
- En Turquía, la empresa Dogan Media, dueña de una cadena de diarios y canales de televisión fue vendida en marzo de este año a Demiroren Holding, cuyo dueño, Erdogan Demiroren, tiene estrecha relación con el Presidente Recep Tayyip Erdogan. Al referirse a esa operación, Atilla Yesilada Analista de la firma Global Source Partners, expresó: “Demiroren seguramente hará con Dogan Media lo que hizo cuando compró los diarios independientes Milliyet y Vatan para convertirlos en voceros del gobierno. Así que ya no queda nada en los medios de comunicación para quien esté buscando información independiente”. A su vez, un destacado periodista turco, Kadri Gursel, tuiteó: “El proceso de unir a la industria turca de medios en una sola mano, según el modelo de (Vladimir) Putin se ha completado”.
- En Ottawa, Canadá, ha habido debates sobre la forma en que el gobierno controla a los medios de comunicación. En 2013 se lanzó una campaña denominada “Liberen a la CBC de interferencias políticas” cuyo énfasis estaba en la interferencia del gobierno en la información transmitida a través de la Canadian Broadcasting Corporation (CBC). La intención es permitir difundir información que oculta el gobierno, partiendo de la premisa de que si hay una necesidad de influenciar a los espectadores es porque hay algo que ocultar.
- En Estados Unidos, la personalidad del actual presidente lo pinta como un demodictador. Sobre él, Elena Yeste, coordinadora del Máster Universitario en Comunicación Política y Social y Peré Franch Puig, Director del Master de Periodismo Internacional de la Universidad Ramon Llull (URL) de Barcelona, concluyen en un estudio que “Trump elogia a los medios afines y critica a los que según él le son hostiles, a los que muy a menudo califica de fake news. Con ello, Trump sortea el papel mediador de los medios y niega la misión de control del poder político que se les atribuye en los sistemas democráticos”.
Finalmente, para no prolongar
demasiado, el editor del Servicio Ruso de la BBC, Famil Ismailov, recuerda en
un artículo
del pasado mes de marzo que Putin tomó control de los medios de
comunicación pocos meses después de asumir el poder. De este modo el gobierno
se aseguró un manejo efectivo de la información: por ejemplo, para deshacerse
de críticos como el magnate de los medios Vladimir Gusinsky; filtrar lo que se
decía sobre la guerra en Chechenia; "inflar" los índices de
popularidad; proyectar una imagen grandilocuente de la nueva Rusia y su líder,
y señalar a los "enemigos del Estado".
Actualmente en Rusia hay 3.000
emisoras de televisión. La mayoría de ellas no cubren noticias políticas y,
cuando lo hacen, son sometidas a un estricto control del gobierno.
Veremos hasta dónde llega el
nuevo gobierno de México.
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