martes, 10 de septiembre de 2019

LA (IN)SENSIBILIDAD POLÍTICA



En anteriores comentarios reflexioné sobre la falta de sensibilidad del entonces presidente Peña Nieto ante las diversas situaciones incómodas por las que atravesó (Ayotzinapa, la casa Blanca, el tren rápido a Querétaro, la casa de Videgaray, el lanzamiento de la marca “Ven a comer”, entre varias más).

En octubre de 2018, cerca del fin del sexenio, insistí en la carencia de sensibilidad del presidente. Entonces escribí: “En muchas ocasiones se olvidó el contexto social dentro del que se hacían declaraciones o se lanzaban campañas;
no había claridad en muchos mensajes y no se consideraban las posibles preguntas de los medios ni las repercusiones de ciertas declaraciones; muchos mensajes no eran creíbles ni convincentes; no se  alcanzaba a transmitir optimismo ante las crisis que se enfrentaron y parece que hubo poca reflexión sobre lo que se estaba haciendo mal. Mucho tiene que reflexionar el próximo presidente sobre su estilo de comunicación (que debe ser diferente al del líder de un partido), y la congruencia entre sus mensajes y los de sus colaboradores y su actuar en el ejercicio de sus funciones.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define la sensibilidad como la “Facultad de sentir, propia de los seres animados; la cualidad de sensible (ante los problemas)”. A esta cualidad se asocian la humanidad y la empatía.

La sensibilidad es el sentimiento que nos lleva a identificarnos con los problemas de nuestros iguales, lo que es diferente a la sensiblería, la cual de acuerdo con el mismo diccionario es un “sentimentalismo exagerado, superficial o fingido”, lo que llega a ocurrir con frecuencia en el terreno político.

La sensibilidad en el político tiene que ver con la adecuada expresión o la acción ante los ciudadanos frente a eventos que afectan negativamente a una comunidad, una sociedad o una nación. Ello implica tener el adecuado marco de referencia de la situación, empatizar con la gente en un sentir generalizado (indignación, coraje, alegría, expectativas, etc.) y considerar el sentimiento por encima de la preocupación política; es, como se expresa comúnmente, ser políticamente correcto.

Jane Dudman
Jane Dudman, editora de Liderazgo Público en el diario británico The Guardian, expresa que los políticos “deben comportarse políticamente, en el más amplio sentido, mostrando sensibilidad hacia diferentes puntos de vista e incluso ante agendas ocultas.” Comenta que una encuesta realizada en 2007 reveló que en Inglaterra no existen los suficientes funcionarios públicos que sepan operar adecuadamente en el  ámbito político y agrega: “Los líderes políticos, por su naturaleza, deben entender y negociar en el muchas veces tenso límite entre la política y la administración”.

Por su parte, Jean Hartley, profesora de Liderazgo Público de la Facultad de Negocios y Leyes de la Open University Business School, ha identificado los 5
Jean Hartley
principales atributos requeridos para lograr buenos niveles de sensibilidad política:

1.      Habilidad personal, especialmente para entender los motivos, intereses e influencia de otros.
2.      Habilidades interpersonales para lograr que la gente se sienta valorada y para manejar el conflicto.
3.      Saber leer a la gente y las situaciones, capacidad de reconocer las agendas abiertas y ocultas.
4.      Construir alianzas reconociendo diferencias pero buscando acciones de colaboración.
5.      Escaneo estratégico: la capacidad de emprender un plan a largo plazo y detectar problemas que puedan afectarlo.

La expectativa de las elecciones del año pasado y el triunfo del actual presidente hacían pensar en que las cosas en materia de sensibilidad política serían diferentes a las del sexenio anterior, en sentido positivo.

Después de 9 meses de haber asumido la Presidencia de la República, la realidad es que a ese respecto, las cosas siguen igual y sin duda podría decirse que el actual presidente es igual al anterior: No considera el contexto social; para amplios sectores de la población no hay claridad y consistencia entre los mensajes y la acción, muchos mensajes no son creíbles ni convincentes y no hay reflexión ni autocrítica sobre lo que no está funcionando o definitivamente está mal.

Es de suponer que un hombre que ha pasado toda su vida laboral en actividades políticas cerca de comunidades indígenas y preocupado por el bienestar de la gente pueda desarrollar con más facilidad la sensibilidad política. Es indudable que este presidente ha desarrollado habilidad personal y sabe manejar el conflicto, saber leer a la gente y reconoce las agendas. El problema es que no sabe (o no acepta) reconocer las diferencias, difícilmente logra acciones de colaboración por convencimiento y no  parece detectar los problemas que puedan afectar sus planes a largo plazo.

AMLO ha caído varias veces en muestras de insensibilidad hacia sus gobernados, incluidos los más pobres a quienes siempre ofreció defender. “Primero los pobres” era uno de sus eslóganes de campaña. ¿Recuerdan por ejemplo a la madre de familia que se hincó ante él para solicitar ayuda? ¿Su postura ante la muerte de la gobernadora de Puebla? ¿La cancelación de los comedores comunitarios, los refugios para mujeres víctimas de violencia y las estancias infantiles? ¿Las tardías y casi forzadas expresiones de luto por las masacres en Veracruz, Michoacán y Tamaulipas?

Luis Ignacio Parada (1936-2018), quien fuera pionero del periodismo económico en España, escribió en el diario ABC sobre la sensibilidad política: “Hay dos maneras de formular objeciones a la política de cualquier Gobierno: las discrepancias en la unanimidad y la unanimidad en las discrepancias. Durante los cinco primeros años del Gobierno de José María Aznar ocurrió lo primero: sólo algunas voces discordantes sonaban, casi por obligación, en medio de la sensación general de éxito. Desde un año ocurre todo lo contrario: rara es la voz que apoya incondicionalmente, y también por obligación, lo que está haciendo, pues lo que es general es la casi total unanimidad en las discrepancias.”

Me parece que la falta de sensibilidad política de este presidente nos está llevando a la casi total unanimidad en las discrepancias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario