La marcha
que cada año se realiza el 2 de octubre para conmemorar la masacre de 1968, este
año se caracterizó por la decisión del gobierno de la Ciudad de México de “invitar”
a empleados de las diferentes alcaldías a montar un “cinturón de paz” para
disminuir las posibles agresiones de grupos violentos denominados anarquistas,
fracción conservadora o “conservanarquistas”.
El seguimiento
a la marcha fue posible de manera puntual gracias a la cobertura
de diversos
medios de comunicación a través de transmisiones vía televisión, telefonía y
redes sociales. Desde diferentes puntos los reporteros de cada medio se
enlazaban simultáneamente para dar cuenta de lo que sucedía. Pero, al igual que
los integrantes del “cinturón de paz”, varios de ellos sufrieron agresiones
tanto en su persona como en sus equipos.
Foto: Noticieros Televisa |
Cubrir la
información de este tipo de eventos conlleva el riesgo de agresiones violentas.
Vale recordar la sufrida a reporteros
de ADN 40 y de otros medios al cubrir la manifestación en contra de la
violencia de género en la CDMX. No ha sido el único caso ni únicamente en la
Ciudad de México sino en muchas ciudades del mundo. Por ejemplo, el año pasado un
periodista en Monclova fue agredido por elementos de Fuerza Coahuila y del
Grupo de Armas y Tácticas Especiales al cubrir el desalojo violento de manifestantes a las afueras de la
planta de Pemex; Recientemente en Quito, Ecuador, la Unión
Nacional de Periodistas denunció agresiones físicas y verbales por parte de
las fuerzas de seguridad en contra de reporteros que cubrían protestas en
contra de las
medidas económicas del gobierno.
No creo que
en las escuelas de periodismo de la actualidad se impartan clases sobre
cobertura de manifestaciones, pero independientemente de que los reporteros en
prácticamente todo el mundo cuentan con el respaldo de sus medios ante este
tipo de coberturas, hay organizaciones de profesionales que se preocupan por
dar cierta capacitación a los reporteros novatos.
El
Asunción, Paraguay, Cyborgfeministas, “organización sin fines de lucro que
desarrolla tecnología cívica y defiende los derechos humanos en Internet en pos
de una cultura libre” publicó una guía para cobertura de manifestaciones para
medios y organizaciones denominada “Nos Cuidamos en Manada” en el que describe
los elementos necesarios para la cobertura de una manifestación, diseñada para
reporteras.
Al explicar
el cómo cubrir una manifestación el manual señala: “PROTÉGETE:
lleva algún tipo
de identificación. Ve con ropa cómoda, holgada, con zapatos que te permitan
correr con facilidad. Si usas lentes, lleva los normales, no los de contacto. Cubre
tu cabello con un pañuelo”.
Asimismo
previene el asistir acompañada: “En lo posible, realiza la cobertura con alguien
de tu organización o medio, para contar con apoyo de seguridad y también de
registro. Si vas sola, asegúrate de que alguien en tu organización se mantendrá
comunicada contigo todo el tiempo de la cobertura.”
Después
sugiere tomar fotos y videos desde distintos ángulos, tanto panorámicas como de
mantas y carteles así como de rostros “para mostrar qué personas participan de
la manifestación y transmitir emociones” pero previene sobre revelar la
identidad de manifestantes. Finalmente recomienda proteger los equipos (cámaras y celulares) ante
la posibilidad de chorros de agua, gases lacrimógenos o golpes, y ubicarse a una distancia prudente de los
lugares de confrontación para registrar los hechos con el menor riesgo posible.
Por su
parte, la Oficina Regional para América del Sur del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), en conjunto con
Instituciones Nacionales de Derechos Humanos y Defensorías del Pueblo de la
región, elaboró el documento “Directrices
para la Observación de Manifestaciones y Protestas Sociales”. Se trata de
una guía de asistencia práctica a quienes ejercen la labor de observación de manifestaciones
o protestas, que bien podrían ser aplicables a los reporteros que las cubren.
Después de
una serie de recomendaciones previas para evaluar los riesgos que puede tener
una manifestación y considerar medidas de seguridad a adoptar ante posibles
problemas, así como probables rutas de escape, las directrices recomiendan,
entre otras medidas:
- Llegar al lugar de comienzo de la manifestación antes que las y los
participantes para familiarizarse con el entorno y ubicarse de acuerdo con la
localización de la manifestación y la probable posición de los principales
participantes.
- Mantenerse siempre a una distancia prudente y suficiente de los
manifestantes y de la policía.
- Actuar en forma prudente para evitar que se interprete su presencia como
participación o estímulo.
- Tomar nota de todos los acontecimientos relevantes y apoyarse con una
grabadora audiovisual para registrar incidentes y el actuar de los agentes
públicos y demás participantes en el transcurso de la manifestación.
- No efectuar acciones de provocación, ni interferir en las operaciones de
seguridad de la manifestación o poniendo irresponsablemente en peligro su
seguridad o la de otras personas.
- Observar la actuación de las y los agentes del orden y los mecanismos
implementados para mantener el orden público así como de la actitud y acciones de
los manifestantes que tengan impacto en la actuación policial, tales como
insultos, actos de violencia, provocaciones, destrucción de mobiliario urbano,
etc.
A través de sus crónicas en vivo y posteriores, el público puede evaluar
el desempeño de las autoridades y la forma en que controlan o no a los
manifestantes y a los infiltrados para proteger a terceros no involucrados
como: comerciantes, viandantes, casas, edificios y monumentos.
Las agresiones recibidas tanto por reporteros como por integrantes del “cinturón
de paz”, así como la poca inacción policial mostrada a través de los medios,
son reflejo de la necesidad de que el gobierno asuma la responsabilidad de dar
protección y seguridad a los ciudadanos.
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