Foto: Etcétera |
A raíz de los continuos feminicidios que se han hecho
públicos en México y las consecuentes manifestaciones feministas, diferentes funcionarios
públicos han hecho declaraciones poco afortunadas que poco ayudan a la
distensión de un problema que se está convirtiendo en el Ayotzinapa del actual
gobierno.
Sale una fiscal apresurada a decir, en referencia al
caso de Fátima: “Es una situación muy complicada. Desafortunadamente, su mamá
está enferma, trae una enfermedad mental y su papá igual, tiene demencia senil”;
sobre las manifestaciones la jefa de gobierno de la Ciudad de México respondió
a preguntas de los reporteros con un simple y repetido: “No, ahorita no”, y el
Presidente de la República pide que no le cambien el tema del avión
presidencial, que no le pinten las puertas y paredes y, como mago de los años
50, saca de la manga un “decálogo” de buenos deseos pero no de propuestas
concretas.
La mejor forma de agravar una crisis de comunicación
es a través de una pésima comunicación y en eso, hasta el “maestro” en el tema
(AMLO) ha fallado.
Es verdad que la velocidad con que se desarrollan
los acontecimientos no da mucho margen para pensar en los mensajes que
idealmente deberían comunicarse ante circunstancias adversas; es por eso que
muchas veces se recurre a lugares comunes y frases que hemos escuchado en el
pasado: “Vamos a llegar al fondo y castigar a los culpables, caiga quien caiga”;
“estamos trabajando en ello y en cuanto tengamos novedades las daremos a
conocer”; “Vamos a revisar todo, nada se va a esconder”, por citar algunos
ejemplos.
Foto. Nación 321 |
Sin embargo, los funcionarios públicos deberían
considerar como un ejercicio diario obligatorio la práctica de su comunicación
para lograr un enfoque retórico a sus expresiones.
Según el Diccionario d la Real Academia de la Lengua
Española “retórica” es el “Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o
hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.” Ante los casos
de los feminicidios justamente lo que se requiere es que los mensajes
expresados en términos solidarios, conmuevan y en función a la acción del
gobierno, persuadan sobre lo que se está haciendo. En los talleres de
prevención y preparación para una crisis de comunicación hago un alto para
desarrollar sobre el enfoque retórico de la crisis.
Aunque parece un concepto rebasado, en la actualidad
la retórica ha vivido un gran resurgimiento y se emplea en la publicidad, la
academia, y la política, y gracias a las nuevas tecnologías audiovisuales se
puede decir que hay una retórica de la imagen, ya que mediante una imagen o vídeo
podemos hablar sobre algo utilizando figuras retóricas como la metáfora o el role playing.
La retórica es una disciplina normativa y creativa.
Incita a la acción discursiva por medio de cinco cánones que regulan el proceso
de producción de un mensaje en cuyo centro se ubica el argumento principal.
Estos cánones son:
I.
Inventio:
Encuentro de las ideas que apoyan el mensaje. Disponer de todos los elementos
para construir un mensaje.
La finalidad de esta fase es establecer los
contenidos del discurso. Procede del griego y significa «hallazgo», pues de lo
que se trata es de encontrar y seleccionar dentro de un repertorio de
argumentos, aquellos que sean más adecuados para el tema. Se trata, mentalmente
hablando «hallar» en la memoria
las ideas susceptibles de ser utilizadas en la comunicación del mensaje y que
no sean lugares comunes.
II.
Dispositio:
Organización (disposición) de las ideas, dándoles un orden para guiar a las
audiencias hacia el fin esperado. En la
organización del mensaje se deben considerar tres partes: Una frase fuerte
inicial para captar la atención; exposición del argumento, y recapitulación con
énfasis en los puntos esenciales para sensibilizar, sin sobreabundar en conceptos
para no confundir.
III.
Elocutio:
Escoger palabras y formar frases adecuadas y claras para las audiencias; es lo
que conocemos como estilo y en ello se debe considerar la corrección gramatical
(empleo de palabras correctas y adecuadas a la situación.
IV.
Memoria: Ser
recordado. Dominar la exposición del material para que el mensaje central quede
en la mente de las audiencias.
V.
Pronuntiato:
Transmitir con voz, cuerpo y alma. Comunicar con convicción y pasión.
Foto: La Verdad Noticias |
El enfoque retórico de la crisis de comunicación,
permite enfatizar el desarrollo del mensaje y su presentación como parte de la
respuesta a la crisis. A fin de cuentas, este enfoque permite desarrollar un
mensaje central claro y convincente, y
una o más declaraciones para hacer a lo largo del tiempo.
En la fase de preparación para enfrentar una crisis
de comunicación, este enfoque permite anticipar qué se requiere decir antes,
durante y después de una crisis para responder de manera responsable y ética a
las inquietudes de los públicos relacionados.
Este enfoque apoya la generación continua de información para
evitar vacíos de comunicación y, si es el caso, poder expresar de manera
conveniente el reconocimiento de culpa y empatizar con las audiencias. Asimismo
ayuda a estructurar mensajes en términos positivos, destacar los antecedentes,
valores y atributos que den solidez a las declaraciones y ayuda a proyectar empatía,
preocupación, compromiso y seriedad con los afectados.
Creo que sería conveniente que los gobernantes
federal y estatales tomen en cuenta el enfoque retórico de la crisis de
comunicación, especialmente en épocas en las que videos, audios e imágenes dan
testimonio de lo que expresan y no sean exhibidos públicamente expresando
frases como “no sabía que me estaban grabando”, como le sucedió a cierta
Secretaria de Gobernación.
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