De años atrás, el actual presidente electo de México ha tenido
expresiones ofensivas, peyorativas y denigrantes hacia distintos medios de comunicación
cuando sus opiniones y/o coberturas no
van de acuerdo con lo que él espera o “agreden” a sus cercanos.
Ello sucede especialmente cuando ha ostentado una posición de poder (y
de joder) como: Presidente del Partido de la Revolución Democrática, líder del
Movimiento de Regeneración Nacional, Jefe de Gobierno del Distrito Federal y
hoy como el próximo Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Algunas de las frases con los que se ha referido a los medios que no
le son afines han sido: “hampa del
periodismo”, “pasquines del régimen”, “prensa inmunda”, “secuaces de la mafia”,
“alcahuetes de la derecha”, “jilgueros del poder”, “camajanes”, “cerco
informativo”, “medios maiceados”, y, recientemente, “prensa Fifí”. No obstante
no deja de tener presencia mediática aunque, la mayoría de las veces la noticia
la da en sus apariciones ante grandes audiencias,
como lo ha hecho desde hace varios años.
Cuando se trata de medios de comunicación, lo hace en ambientes
controlados, como las conferencias de prensa matutinas cuando era Jefe de
Gobierno del DF en donde fija la agenda del día y “regaña” a los reporteros, o
en las escalinatas de su actual casa de transición. Por lo que ha expresado,
así lo seguirá haciendo desde el primer día en que sea Presidente
Constitucional.
Pero estas actitudes hacia los medios de comunicación no son nuevas,
ni el actual presidente electo es el único en ponerlas en práctica. Es una forma
de actuar típica de los demagogos en todo el mundo.
Joel Simon, Director Ejecutivo del Comité Para la Protección de los
Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), organización independiente basada
en Nueva York, expone en su libro ““The
New Censorship: Inside the Global Battle for Media Freedom” (Columbia
University Press) que aun cuando cada día hay más democracia en el mundo y las
redes sociales emiten indiscriminadamente todo tipo de información cada
segundo, la tendencia
es a cada vez menos libertad de prensa.
Expresa: “La saturación de datos nos impide ver una realidad más
profunda. En todo el mundo se están implantando nuevos sistemas de control.
Están extinguiendo la conversación global e impidiendo el desarrollo de
políticas y soluciones basadas en una comprensión informada de las realidades
locales. La represión y la violencia contra los periodistas están en niveles
récord y la libertad de prensa está en declive.”
Agrega que líderes elegidos “democráticamente” (como Putin en Rusia,
Tayyip Erdogan de Turquía y los presidentes de Venezuela, Ecuador o Bolivia)
emplean su poder para intimidar a los periodistas y hacer prácticamente
imposible su trabajo. Les denomina “demodictadores” que explotan sus mandatos
democráticos para gobernar como dictadores: “Debido a que cuentan con apoyo
popular, estos líderes disfrutan de cierta protección contra las campañas de
denuncia que dirigidas en su contra.”.
ASÍ ES SU NATURALEZA.
Robert B. Reich, profesor de Políticas Públicas en la Universidad de
California en Berkeley, ha identificado las técnicas que, históricamente, los
tiranos han empleado para controlar a la prensa, tal como lo hace, por ejemplo,
el actual presidente de los Estados Unidos, a quien pone de ejemplo. Algunas de
esas técnicas son:
1.
Regañar
a los medios.- Trump lo ha hecho tanto con reporteros como con
conductores de noticias en televisión. Los ha reprendido por su cobertura
"escandalosa" y "deshonesta". A CNN le ha llamado "red
de mentirosos" y ha acusado a NBC de usar imágenes poco favorecedoras de
él.
2.
Poner
al público en contra de los medios.- Trump se
refiere a los periodistas como "mentirosos", "deshonestos",
"desagradables" y "escoria". Refiriéndose a los periodistas
en sus mítines, Trump dijo: "Odio a algunas de estas personas". Ha
cuestionado los motivos de la prensa y aparentemente quiere eliminar a algunos
medios que desorientan a los estadunidenses.
3. Condenar los comentarios satíricos o críticos.- Trump condenó, entre otros, la cobertura que recibió
durante la campaña presidencial por parte de "Saturday Night Live" de
la NBC en el que aparece el actor Alex Baldwin imitándolo. Trump tuiteó que se
trataba de un programa "parcial, parcial y parcial": nada gracioso en
absoluto.
4. Amenaza directamente a los medios.- Durante la campaña, Trump amenazó
específicamente con demandar al Times por difamación en respuesta a un artículo
que presentaba a dos mujeres que lo acusaban de tocarlas de forma inapropiada
años atrás. También amenazó con acciones legales después luego de que el Times
publicó sobre parte de su declaración de impuestos de 1995.
Robert B. Reich |
5.
Brincarse
a los medios y comunicarse directamente con el público.- El público estadounidense
aprende lo que Trump piensa a través de sus tweets. Los ayudantes dicen que a
Trump le gusta la gratificación instantánea y la adulación que brindan las
multitudes.
Dice Reich que históricamente
estas técnicas y algunas otras como la generación de listas negras o limitar el
acceso a los medios a sus actos públicos, han sido utilizadas por los demagogos
para erosionar la libertad y la independencia de la prensa.
Los medios de
comunicación son un enlace entre los creadores de la noticia y las distintas
audiencias. Los demagogos buscan la forma de neutralizar a esos intermediarios.
Recientemente Héctor de Mauleón publicó en El Universal (08-29-2018): “La prensa fifí, según el presidente electo,
escucha una declaración suya y luego va ‘con el secretario de Hacienda o con
Claudio ( X. González)’. En cuanto se halla frente a éstos les dice: ‘Andrés
Manuel dice que hay bancarrota’. Obviamente esto lo hace la prensa fifí con el fin
perverso de que no se alcance el proyecto, de que no suceda el cambio. De
acuerdo con López Obrador, ‘también esto hay que modificarlo en el periodismo’:
‘O sea, hacer más investigación, ser más objetivos, y que no haya medios
tendenciosos… Que estén los medios lo más distantes que se pueda del poder y lo
más cercano a la sociedad”. Así que el presidente electo descalifica, denigra,
da lecciones de lo que él espera que sea el periodismo.”