martes, 18 de agosto de 2015

EL TRABAJO PERIODÍSTICO LLEVADO AL CINE

Películas y series televisivas sobre temas de comunicación, periodismo, relaciones públicas y publicidad hay varias docenas. Muchas de ellas son producto de la ficción o adaptaciones de novelas, otras más son adaptaciones de historietas y varias más narran casos de la vida real. Quizá la más antigua sea la denominada El reportero del diablo (Der Teurter), de 1929, dirigida por Billy Wilder, que narra las peripecias de un periodista y su ayudante tras la pista de unos gangsters que secuestraron a unas jóvenes estadounidenses en Berlín. El periodista las libera, enamora a la protagonista y escribe el reportaje del año.
Pero el cine con este tipo de temas se vuelve más interesante cuando la película se basa en personajes o historias de la vida real. Un ejemplo conocido de ello es El Ciudadano Kane”  (1941),
 escrita, producida y protagonizada por Orson Welles, considerada una de las obras maestras de la historia del cine, a pesar de sólo haber ganado un Oscar por el mejor guion original. Roger Joseph Ebert, uno de los críticos cinematográficos más reconocidos a nivel mundial, dijo de ella que era la mejor película de la historia.
En ella se narra la vida y el legado de Charles Foster Kane, un personaje basado en el magnate de la prensa William Randolph Hearst, y la del propio Orson Welles, por medio de flashbacks a través de la investigación de un periodista que quiere conocer el significado de la última palabra que dijo el magnate antes de morir: “Rosebud”. Aunque el reportero no logra descifrar el misterio de la famosa última palabra, la imagen final revela que era la marca de un trineo con el que Kane jugaba cuando era niño. Welles explicó que, en el subconsciente, ese juguete representaba la simplicidad, la comodidad, pero sobre todo la falta de responsabilidad en casa de Kane, así como el amor de su madre.

Algunas historias de la vida real
A lo largo de la historia del cine se han producido otras películas basadas en casos de la vida real de periodistas. Algunas son:
La mujer del año (Woman of the year)
Dirigida en 1942 por George Stevens, narra la historia de una periodista política (Katherine Hepburn) con gran influencia internacional. Está
basada en la figura de la corresponsal Dorothy Thompson, quien en 1939 fue reconocida por la revistaTime como la segunda mujer más influyente en Estados Unidos, después de Eleanor Roosevelt. También fue la primera periodista estadounidense expulsada de la Alemania nazi, en 1934.
También somos seres humanos (The Story of G.I. Joe)
Dirigida en 1945 por William Wellman, narra la historia real del corresponsal Ernie Pyle, quien cubría la guerra en el frente –o tan cerca como pudiera estar– en el norte de África y Europa. Pyle se convirtió en corresponsal de guerra y como tal se
unió al ejército de Estados Unidos cubriendo todos los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el desembarco en Normandía y la liberación de París. Murió en un fuego cruzado de japoneses y estadounidenses en la isla de Okinawa el 18 de abril de 1945.
Yo creo en ti (Call Northside 777)
Dirigida por Henry Hathaway, basada en una historia real. En 1932, Frank Wiecek fue condenado a 99 años de prisión por un crimen que no cometió. Doce años después, su madre, que limpiando pisos ahorró 5,000 dólares, publicó un anuncio ofreciendo ese dinero como recompensa para quien le diera la información que permitiera descubrir al verdadero criminal. Un escéptico periodista (James Stewart) inicia la investigación.
El Gran Carnaval (The big Carnival))
Dirigida en 1951 por Billy Wilder, está basada en un
hecho acontecido en Estados Unidos. Narra la historia de un reportero venido a menos y sin escrúpulos (Kirk Douglas), quien mantiene a un hombre atrapado en una mina para alargar el éxito de su exclusiva. Su primer título fue Ace in the Hole.
Todos los hombres del presidente (All the President's Men)
Filmada en 1976 bajo la dirección de Allan Pakula, en la que Robert Redford y Dustin Hofman interpretan a los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, basada en su libro homónimo que relata la historia de la investigación periodística que condujo al famoso escándalo de watergate, que obligó a Richard Nixon a dimitir como presidente de Estados Unidos. En 2010, esta película fue incluida entre los filmes que preserva el National Film Registry (Registro Nacional de Filmes) de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ser considerada «cultural, histórica o estéticamente significativa».
Zodiaco (Zodiac)
Es un thriller estadounidense de 2007 dirigido por David Fincher, basado en los hechos reales relatados en el libro del mismo nombre, escrito por Robert Graysmith sobre el famoso Asesino del Zodiaco. Es la historia de un asesino en serie que entre los años 1966 y 1978 mató a un número indeterminado de personas en la zona de San Francisco, al tiempo que enviaba a los medios de comunicación cartas con pistas, a modo de juego. La historia se centra en las largas pesquisas de 2 detectives que intentaron darle caza, así como las de 2 periodistas que intentaron averiguar su identidad.
A sangre fría (In Cold Blood)
Es una película de 1967 dirigida, escrita y producida por Richard Brooks, basada en la novela homónima de Truman Capote que explica cómo una familia de Holocomb, en el estado de Kansas, en Estados Unidos, es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. La película consigue trasladar los temas sustanciales: conocer íntimamente a las víctimas y sus verdugos, saber con todo detalle qué ocurrió exactamente aquella noche del 14 de noviembre de 1959 por boca de uno de los asesinos y reflexionar sobre la pena de muerte. Ganó el premio David di Donatello al Mejor Director Extranjero y estuvo nominada a cuatro Oscar: Mejor Director, Mejor Banda Sonora, Mejor Fotografía y Mejor Guión Adaptado. En 2008 fue elegida para ser preservada en el archivo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
Hay varias películas más basadas en la vida real que ponen de manifiesto la labor de los periodistas. Sería buena idea que algún director de cine mexicano realizara una para rendir tributo a tantos periodistas de nuestro país que han hecho excelentes trabajos de investigación y que, en muchos casos, les ha costado la vida.
Mis respetos para todos ellos.

martes, 11 de agosto de 2015

QUÉ QUEREMOS: ¿GASTRONOMÍA O ALIMENTACIÓN?


 La semana pasada se reunieron con el Presidente de México 13 gobernadores, 4 secretarios de Estado, varios senadores, algunos reconocidos chefs mexicanos y varias decenas de invitados para dar a conocer la marca “Ven a Comer”. Lamentablemente en ese contexto no hubo cabida para más de 50 millones de mexicanos que padecen hambre severa en nuestro país.
 
La información sobre dicha reunión se reflejó en cabezales como: “Peña Nieto Lanza la marca Ven a comer”, “Ven a comer, nueva marca mexicana”, “Presentan la política nacional de fomento a la gastronomía”, “EPN presenta nueva política gastronómica”, “Impulsan gastronomía nacional” y varios más que citan los beneficios que se buscan para la cadena productiva de la industria restaurantera y la generación de empleos, en apoyo a la gastronomía mexicana y a su cadena productiva.

Es innegable la importancia de promover la rica gastronomía mexicana y fortalecer su cadena de valor para promoverla como medio de posicionamiento internacional, aprovechando que nuestra gastronomía ha sido declara por la UNESCO como patrimonio intangible de la humanidad. Pero me parece que el nombre del programa, “Ven a Comer”, es poco sensible considerando el problema del hambre en nuestro país, a menos que se haya determinado que, de cualquier forma, es un tema del que quienes padecen hambre en México no se van a enterar dado que, si no tienen para comer, menos para un periódico o una televisión.

Sólo hay que tener presente que según la Encuesta Nacional de Salud 2012, el 80.8% de los hogares que viven en el estrato rural fueron clasificados en algún nivel de inseguridad alimentaria, en tanto que en el estrato urbano se observó una prevalencia de inseguridad alimentaria de 67.0%

Algunos medios comentaron que este programa pretende seguir el exitoso ejemplo de Perú para fortalecer la cadena de valor iniciando por el apoyo a los productores, empresarios y prestadores de servicios. En efecto, en el país andino surgió en 2007 una institución llamada Apega, que convoca a cocineros, gastrónomos, nutriologos, restaurantes, investigadores, cronistas gastronómicos, centros de formación en cocina y universidades, que promueve la gastronomía como factor de identidad, desarrollo sostenible, descentralizado e inclusivo, con afán de lograr que en 2021 la gastronomía peruana sea reconocida mundialmente por su alta calidad, diversidad y riqueza, y que el país se consolide como principal destino gastronómico del mundo.

El año pasado, esta organización lanzó el proyecto
‘Come Peruano’, una iniciativa que busca promover una dieta variada, sabrosa y nutritiva basada en insumos emblemáticos del Perú, para la que previamente, se desarrolló una serie de foros con instituciones y expertos en temas de alimentación de todo el país para conversar sobre lo que debería ser la ‘Dieta Peruana’ y su relación con la agricultura familiar. Ignoro si algo parecido se haya realizado en México previo al lanzamiento de “Ven a comer”.

Me parece que si el nuevo programa gastronómico tiene como una de sus referentes el realizado en Perú, tanto gobierno como chefs y otros participantes de la industria deberían también seguir el ejemplo de otros países que no sólo se han preocupado por un programa de posicionamiento gastronómico, sino en, a partir del mismo, generar beneficios sociales como elementos de su marca-país.

Cocina con responsabilidad

Hace un par de años, Gastón Acurio Jaramillo, cocinero, escritor, empresario y uno de los más importantes promotores de la gastronomía peruana, durante su presentación en el evento “Mesoamérica 2013,” comentó que los chefs también deben asumir su responsabilidad social, apenas cuelguen el delantal y salgan de la cocina. El chef, dijo, “ya no es el que se encierra en su cocina. No esconde sus recetas ni se enaltece por quien come o cena en su restaurante”.

Se refirió a que en 2007 echó a andar un huerto y una cocina en un poblado en donde también fundó un instituto culinario que beca a jóvenes de bajos recursos para estudiar Gastronomía. Actualmente ejecuta un proyecto con el que busca alimentar a los niños con productos locales como leche con quinoa o amaranto, pero también generar dinámicas de integración familiar en donde los pequeños cultivan los ingredientes que más tarde cocinarán sus madres o abuelas. “A los productores no hay que buscarles mercados, sino brindarles valor, hacerlos sentir que la ciudad lo agradece”, explica.

Dos años antes, en el mismo país andino, la asociación “Pide Un Deseo Perú” (Make A Wish), presentó la campaña benéfica “Wish Dish” que reunió a 37 chefs restauranteros de Lima, para recaudar fondos para cumplir los deseos de niños y adolescentes peruanos con enfermedades que amenazan sus vidas. Cada chef participante eligió un plato de su carta identificandolo como el “Wish Dish”; el 20% de lo recaudado durante un mes por la venta de dicho platillo fue donado a Pide un Deseo Perú, organización que desde su creación en el 2003 ha hecho realidad los deseos de miles de niños en el Perú gracias al apoyo de los chefs que se han sumado a la campaña “Wish Dish”.

En Inglaterra, Jamie Oliver –chef inglés que ha escrito varios libros de gastronomía– se hizo famoso por haber denunciado el daño que producía en los niños la comida que se servía en la mayoría de las
escuelas del Reino Unido. A través de un programa de televisión mostraba –y de esto hace siete años– una cocina desabrida, alejada de cualquier tradición y, aún peor, peligrosa para la salud.

Gracias a su propuesta culinaria –que aseguraba verduras y proteicos apetitosos– el popular chef ganó la batalla contra la ‘comida chatarra’ al convencer al primer ministro de entonces, Tony Blair, de darle más de 400 millones de euros para mejorar la alimentación en las escuelas británicas.  El gobierno invirtió el dinero y mejoró en calidad, presentación y sabor los menús que se sirven en las escuelas de la Gran Bretaña. Desde entonces, el mundo de la buena cocina –infortunadamente ligada al lujo, la opulencia y el exceso– cada vez se acerca a un concepto mucho más social y humano.

El Presidente de México, expresó en el citado evento: “No podemos cruzarnos de brazos y quedarnos en el orgullo y la satisfacción de saber que nuestra economía tiene reconocimiento internacional” y en el video que se mostró durante el programa se escuchó: Estimularemos el crecimiento de una industria alimentaria competitiva y responsable que combine los beneficios de nuestra dieta tradicional con los modernos avances en nutrición, garantizando una dieta correcta para todos…” 

No cruzarse de brazos implica no sólo promover nuestra gastronomía sino garantizar dietas nutritivas para todos, incluyendo a los elevados porcentajes de la población que padecen algún nivel de inseguridad alimentaria.

Muchos chefs de diferentes países del mundo han coincidido en que es necesario hacer todo lo posible para que la buena cocina se convierta en un elemento que favorezca la cohesión social y el desarrollo equilibrado. Es lo que algunos de ellos han denominado “Cocinar con responsabilidad social”. Es decir, hacer negocio pero sin olvidarse de quienes en realidad tienen hambre.


martes, 4 de agosto de 2015

EL "PIOJO": FENÓMENO MEDIÁTICO Y NADA MÁS


 Los modernos medios de comunicación y especialmente las redes sociales facilitan que ciertos personajes alcancen altos índices de popularidad, apoyados por sus expresiones, acciones laborales o en favor de otros, y por su interacción con otros actores sociales. Gracias a los propios medios de comunicación y a la gran admiración popular que logran, estos personajes caminan sobre una delgada línea que un día los convierte en ídolos o héroes y al poco tiempo los transforma en villanos.

La condición humana nos lleva a aspirar a convertirnos en un personaje popular o al menos a disfrutar de cinco minutos de fama, pero en proporción son pocos quienes lo logran a nivel masivo. De acuerdo con el portal definición ABC, en países como España, Argentina, Italia, Estados Unidos y Perú, por citar algunos, en estos fenómenos mediáticos por lo general coincide su falta de educación, sus malos modales y en la especial la soberbia derivada por los millones de personas, que los ven como si se tratara de seres iluminados.

En todas las épocas y civilizaciones han surgido personajes que destacan por sus dones o capacidades para determinadas actividades y que, de una u otra forma influyen en grandes núcleos de la sociedad al grado de llegar a ser imitados, especialmente por públicos jóvenes que por naturaleza buscan referentes culturales o sociales.  Son fenómeno mediáticos que pueden ser efímeros o estar vigentes durante un cierto tiempo dado su fragilidad al ser producto de comentarios y opiniones de los otros.

Margarita Rivière
La recién fallecida periodista española Margarita Rivière, en su estudio “Fama, medios de comunicación y opinión pública”, señala que “El personaje mediático, transformado en icono y celebridad, actúa como símbolo, embajador de valores y modelos sociales y creador de opinión en todos los terrenos (desde la estética hasta la ética). También es impulsor de cambios sociales.”

A fin de cuentas, temprano o tarde, estos personajes “pierden el piso” y su fama cae de manera estrepitosa. A lo largo de la historia moderna de México han surgido estos fenómenos, marcadamente en los terrenos deportivos y artísticos y en menor medida en los económicos, sociales y políticos. Algunos de ellos: Hugo Sánchez, Javier Aguirre, el “Canelo” Álvarez, Fernando Valenzuela, el Subcomandante Marcos. El más reciente: Miguel “El Piojo” Herrera.

Estudiosos de la sociología y de los fenómenos mediáticos consideran que eventualmente surgen personajes que destacan al ocupar un cargo de responsabilidad pública, cuyos comportamientos y actitudes pueden influir de manera importante en la vida de una sociedad, aunque muchos de ellos, como en el caso del “Piojo” Herrera, ceden su protagonismo ante la posibilidad de ingresar a una nueva elite exitosa. Sin tener un poder real logran un protagonismo mediático creciente y pueden convertirse en modelos de referencia para una parte de la ciudadanía.

Francesco Alberoni
Francesco Alberoni, sociólogo, periodista y Catedrático de sociología quien fuera Presidente de la Radio Televisión Italiana (RAI), expresa en su libro “La Elite sin Poder” que “En una sociedad de tipo industrial, junto al poder efectivo de las élites religiosas, políticas, económicas, se ha ido perfilando la función de una élite irresponsable, compuesta por personas cuyo poder institucional es nulo, y que por tanto no están llamadas a responder de su conducta ante la comunidad, y cuya postura sin embargo se propone como modelo, influyendo en el comportamiento”.

En la conformación de estos fenómenos mediáticos influyen, desde luego, las redes sociales que los convierten en web celebrities que cobran fama ya sea porque emergieron de las redes o porque llegaron a estas impulsadas por la televisión y otros medios tradicionales.

Me parece que el ex entrenador de la Selección Nacional de Futbol es un representante de este modelo de fenómeno mediático en que fue convertido, primero por los medios de comunicación, especialmente la televisión, y posteriormente por la gran sociedad, extasiada por la manera en que influyó en los jugadores durante el pasado mundial para hacerlos destacar, así como por su forma de celebrar cada gol o de reclamar a los árbitros.

Herrera empezó a ser notorio por sus modales como entrenador de la selección y antes, del equipo América. Fue obvio que a la gran mayoría pasó desapercibido que esos modales que lindan con lo violento, los traía desde su época de jugador, durante la cual no pudo lograr el posicionamiento mediático que alcanzó como directivo.

Poco a poco su estilo empezó a influir en grandes
núcleos de la sociedad, especialmente los jóvenes y los fanáticos del fútbol. Conforme comenzó a crecer su fama mediática, se empezó a convertir en un símbolo, embajador de valores y creador de opinión en varios terrenos; le empezaron a llover propuestas para hacer comerciales de los más variados productos y servicios, lo cual reafirmó su popularidad al tiempo que le fomentó la soberbia.

Al tiempo que crecía como fenómeno mediático, el equipo que dirigía empezó a perder el rumbo y a no dar los resultados esperados y con ello surgieron las críticas a su persona, muchas de ellas vertidas en opiniones como “no lo distraigan con un partido, porque tiene que estar en forma para el siguiente comercial”. Herrera empezó a perder el piso; se sintió con un poder que realmente no tenía e incluso envió mensajes en las redes sociales apoyando a un partido político.

Motivos de crítica había muchos y al menos uno de sus críticos lo tuvo que encarar públicamente en un aeropuerto. La soberbia ya era tal que Herrera no midió que además de la posibilidad de ser grabada, portaba la camiseta que representa a su país.

Como resultado, los mismos medios que lo convirtieron en un fenómeno se encargaron de exhibirlo como un villano. El caminar por la delgada línea que divide al héroe del villano se había roto y el fenómeno empezaba a derrumbarse.

Lo dicho: son fenómenos efímeros.