martes, 26 de enero de 2016

CUANDO LAS PALABRAS SE EMPIEZAN A OLVIDAR


Hace unos días le pregunté a un joven si alguna vez ha pensado que es altamente probable que la forma en que hoy se comunica y algunas palabras y expresiones de uso común pasen al olvido o sean sustancialmente modificadas dentro algunas décadas. “Chatear”, “memes”, “wathsApp” “mándame un e-mail”, “googoolea” y otros términos actuales posiblemente serán sustituidos por otros.

Es tan normal la forma de comunicación de esta época que difícilmente se
podría pensar que podría cambiar. Seguramente lo mismo pensaron nuestros padres o nuestros abuelos respecto a sus palabras, expresiones y manera de comunicarse con los menores de su época. Vocablos que ellos empleaban para comunicarse, hoy son poco utilizados o definitivamente han pasado al olvido y han sido reemplazadas por las que impone la época.

Mis padres pronunciaban algunas palabras que hoy pueden resultar inclusive divertidas. Estas son algunas de ellas:

Chipi Chipi (Ya empezó el Chihi chipi).- Con ella, mi madre se refería a una ligera llovizna precedente a un aguacero o a una tormenta. Hay quien dice que el término proviene del Náhuatl “xixipini” (lloviznar), derivada de “xipini” (gotear) y otros opinan que es la onomatopeya del ruido que hace el agua al caer y golpear sobre el piso.

Pringar (Ya está pringando).- Muy similar a la anterior, mi madre la empleaba para significar que empezaba a “chispear” (Llover muy poco, cayendo sólo algunas gotas pequeñas, según la RAE).
Aunque pringar, según la RAE, es “empapar con pringue” (Grasa que suelta el tocino sometido a la acción del fuego) el pan u otro alimento, en México significa salpicar un líquido o rociar con agua la ropa para plancharla. De ahí su relación con la lluvia ligera.

Machincuepa (Andas dando machincuepas).- De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa voltereta, pirueta o maroma. Con el tiempo la palabra se empezó a aplicar a políticos caracterizados por andar haciendo maromas de un puesto público o de un partido político, a otro. De esta palabra existe una leyenda sobre la Calle de la Machincuepa, en la ciudad de México.

Saltimbanqui (andas de saltimbanqui).- Un saltimbanqui es una persona que realiza saltos y ejercicios acrobáticos, generalmente en espectáculos al aire libre. Como casi todos los niños, me gustaba brincar sobre la cama o de un sillón a otro. Era entonces que mi madre me decía que andaba de saltimbanqui. La palabra es de origen italiano (saltimbanchi) y con ella se designaba a atracciones callejeras como eran los cómicos, juglares y titiriteros que mostraban sus acrobacias en las plazas de ciudades europeas.

Chincual (andas de chincualudo).- De acuerdo con la Academia Mexicana de la Lengua, la voz chincual tiene, entre sus distintos significados, el de “entusiasmo o excitación por realizar una actividad”. Cuando me ponía necio (cosa rara) en hacer algo, era cuando mi madre expresaba que andaba con el chincual de, por ejemplo, ir al cine. Hoy varios políticos andan con el chincual de ser candidatos a un puesto de elección.

Chirrión (¡Ah chirrión!).- Un chirrión es un látigo hecho de cuero, con mango de
madera, pero en México la expresión denotaba una exclamación de sorpresa o de protesta ante algo inesperado. También todavía es usual escuchar la frase. “me salió el chirrión por el palito”, queriendo significar que lo que uno intentaba hacer salió mal y auto perjudicial.

Papanatas. (Ese hombre es un papanatas).- Con esta palabra la RAE describe a una persona simple y crédula o demasiado cándida y fácil de engañar. Era una palabra que solía expresar mi padre cuando, por ejemplo, veía a un cómico demasiado simplón. Todavía hoy hay muchos de ellos.

Zoquete (Ese hombre es un zoquete).- El adjetivo define a una persona que es lenta para entender las cosas. Era esta otra palabra que mi padre solía emplear cuando se desesperaba cuando alguien no entendía una instrucción a la primera.

Desconchinflar (Se desconchinfló la bicicleta).- El significado de esta palabra es descomponer, deteriorar o el que una cosa pasó a peor estado. La mala noticia era cuando me decían que mi bici (bicicleta) o la televisión se habían desconchiflado.

Chiflón. (Ponte un suéter que te va a dar un chiflón).- El chiflón es un viento o corriente de aire inesperada que se manifiesta con un chiflido (o silbido). También decía mi madre que salir a la calle inmediatamente después de comer podía provocar que un chiflón me enchuecara la boca.

Desguanzado (Me siento desguanzada).- Así decía mi madre cuando estaba
cansada y ya no tenía ganas de hacer nada al final del día.

Muina (¡Me da una muina lo que hizo!).- Se trata de una rabieta, un enfado, un enojo. Fisiológicamente, se trata de un estado emocional de disgusto que repercute en la salud de quien lo experimenta, y puede ser la causa de muy diversos padecimientos, especialmente del hígado o
la vesícula.

A esas palabras habría que agregar dichos, frases y refranes que suenan curiosas y que, muchas veces, requieren de una explicación para ser comprendidas y de las que muchas veces se desconoce su origen. Palabras como: achichincle, achicopalarse, arguende,  borlote, chilpayate, pipirín, o frases como: “Se armó la gorda”, “Fumas como chacoaco”, “Año de la canica” y muchas más que han caído en desuso.

Por eso pienso que en unas décadas, las expresiones, palabras y modismos del lenguaje de hoy irán perdiendo significado y serán sustituidas por quién sabe que otras. ¡Cosas de las épocas!



martes, 19 de enero de 2016

EL VALOR DE LA PERSEVERANCIA NARRADO EN 9 PELÍCULAS



La semana pasada comenté que aproveché algunos días de la temporada de fin de año para ir al cine. Una de las películas que vi me interesó porque aborda el tema de los riesgos a la salud de los jugadores de futbol americano. Se trata de “La Verdad Oculta” (Concussion, por su título en inglés), protagonizada por Will Smith en el papel del patólogo forense Bennet Oamalu.

La película presenta la historia del doctor Omalu, quien fue uno de los primeros que diagnosticó la encefalopatía traumática crónica (ETC) en exjugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), a partir de su encuentro con el cadáver de Mike Webster, quien de 1976 a 1986 fuera centro titular de los Acereros, y posteriores estudios en los cuerpos de  Terry Long y Justin Strzelczyk, liniero y tacle ofensivo del mismo equipo, respectivamente.

La película me recordó muchos otros filmes que se han producido sobre historias reales de personajes del mundo del fútbol americano. Entre las que recordé, fuera de muchas ficticias basadas en novelas o en guiones originales, están las siguientes por antigüedad:

  • Siempre hay un Mañana, o Juventud sin Dios- La vida del padre Lambert (1961).- Película mexicana sobre la influencia del padre Lambert J. Dehner en el equipo de los Burros Blancos del
    Poli. Se trata de un benedictino estadounidense que vino en misión a México y se convierte en entrenador de los Burros Blancos del Politécnico a quienes hace campeones de la liga mayor, tras varios años de mediocridad en que habían sido apaleados por los pumas de la UNAM.
  • Brian’s Song - La Canción de Brian (1971).- Basada en la vida de Brian Piccolo. A mediados de los años sesenta, la competencia en Chicago era muy fuerte y Piccolo tenía por encima de él al corredor Gale Sayers con quién, a pesar de la
    rivalidad, hizo una amistad entrañable. En 1969 Brian fue nombrado fullback titular y d
    urante la semana 10 de la temporada de ese año, le detectaron cáncer. En abril de 1970 lo operaron, pero el cáncer lo había invadido. En junio los doctores determinaron que el cáncer era terminal y el 16 de junio murió a los 26 años de edad, siempre acompañado por su amigo Gale.
  • Something for Joey - Trofeo a la vida (1977).- Inspirada en John Cappelletti, jugador de Penn State, ganador del trofeo Heisman en 1973 y considerado una leyenda deportiva. Su inspiración para destacar fue su hermano menor, Joey, quien
    tenía leucemia y quien en cada juego lo retaba a cierto número de anotaciones. Cuando recibió el Trofeo Heisman, Cappelletti pronunció un emotivo discurso que ha sido considerado uno de los mejores en el mundo del deporte. El trofeo se lo dio a su hermano Joey, quien a los pocos días falleció.
  • Fighting Back (1980).- En 1969 Robert Patrick “Rocky” Bleier, fue lesionado en ambas piernas en la guerra de Vietnam. Todo indicaba que su carrera como corredor en Pittsburg estaba terminada, pero la historia cambió cuando recibió una postal del dueño de los Acereros: “Rock, al equipo no le va bien. Te necesitamos. Art
    Rooney”. 
    Tras pasar una extensa y complicada recuperación, en 1970 se reincorporó al equipo y el 19 de diciembre de 1971 volvió a las canchas. Con la camiseta número 20 disputó ininterrumpidamente 9 temporadas (1971-1980) con los Acereros y logró cuatro anillos de Super Bowl (1975, 1976, 1979 y 1980). De su libro de memorias surgió esta película.
  • Rudy -  Reto a la Gloria (1993).- Basada en la historia de Daniel "Rudy" Ruettiger, quien quería jugar fútbol americano para la Universidad de Notre Dame, a pesar de obstáculos como: carecer de las calificaciones y del dinero para asistir a esa universidad, su corta estatura, y su físico. Con la
    ayuda del padre John Cavanaugh, Rudy fue enviado a la universidad filial de Notre Dame, con la idea de mejorar sus calificaciones y finalmente fue transferido a Notre Dame. Durante su último año de elegibilidad, Rudy finalmente entra al campo en la última jugada del partido de cierre de la temporada, y logra una increíble captura de mariscal de campo.
  • Remember the Titans – Duelo de Titanes (2000).- Basada en la experiencia del coach afroamericano Herman Boone al ser contratado  como entrenador en jefe de la Preparatoria Federal T.C. Williams, en Alexandria, Virgina, en un ambiente de racismo y por encima del
    experimentado coach blanco Bill Yoast. La película narra cómo integró un cuerpo de entrenadores y un equipo con jugadores negros y blancos, para convertirlos en la escuadra más poderosa del Estado, captando la atención de todo el país. La película es también eje para talleres de liderazgo situacional.
  • Invincible -  Invencible (2006).- La historia de Vince Papale, quien a los 30 años se convirtió en el novato más viejo de la historia de la NFL, sin haber pasado por el fútbol colegial. Fue reclutado por las Águilas de Filadelfia y se convirtió en un jugador que inspiraba a todo el equipo. En sus
    dos años de carrera, jugó 41 de los 44 partidos de las Águilas totalizando 2 recuperaciones de balones sueltos, una anotación y una recepción para 15 yardas. En1978 fue elegido “Hombre del año” del equipo por su labor social, pero al año siguiente sufrió una lesión grave en un hombro que lo obligó a terminar su carrera como futbolista.
  • The Express (2008).- Una historia sobre la integración racial. Se trata del caso de Ernie Davis, el primer jugador de raza negra en ganar el Trofeo Heisman tras una espectacular temporada como running back. El jugador de la Universidad de Syracuse deslumbró a todos y se ganó su respeto pese al color de su piel. Davis
    Ernie Davis
    entró en el
     draft de la NFL de 1962 y se convirtió en la primera selección del mismo al ser escogido por los Pieles Roja de Washington, aunque días después fue traspasado a los Cafés de Cleveland. Sin embargo, nunca pudo jugar un partido profesional porque los médicos le  diagnosticaran leucemia a los pocos meses de la firma de su contrato. Murió en 1963 con sólo 23 años, pero fue reconocido como uno de los deportistas que ayudó a romper las barreras raciales en el deporte estadounidense.
  • The Blind Side Un sueño posible (2009).-  Es la historia de Michael Oher, jugador de los Cuervos de Baltimore, quien tuvo una vida difícil. En 2004 fue adoptado por Leigh Anne y Sean Tuohy, una pareja propietaria de más de 85 franquicias de comida rápida. Su nueva familia comenzó a
    Michael Oher
    atender sus necesidades. También contrataron a un tutor para Oher, quien trabajó con él durante veinte horas por semana, y le dieron todo lo necesario para que saliera adelante. El protagonista tiene un talento natural para jugar futbol americano y lo aprovecha al máximo, también termina sus estudios y deja atrás todo lo malo que le pasó.

Prácticamente todas esta películas comunican el valor de la perseverancia para superarse y alcanzar objetivos en la vida. En esencia, el mensaje es que no hay obstáculos en cualquier profesión, incluidas la del periodista, comunicador o consultor de RP, que puedan detenernos, a pesar de las adversidades y de las opiniones en contra.


lunes, 11 de enero de 2016

LOS CINES YA NO SON COMO ANTES


Durante las pasadas vacaciones de fin de año pude ir al cine y disfrutar, además de las películas, de las comodidades y servicios que hoy día ofrecen la mayoría de las salas cinematográficas, especialmente el poder adquirir el boleto con anticipación y seleccionar el lugar más al gusto de mi esposa y el mío en salas con capacidad para entre 160 y 350 butacas.

En algún momento, mientras proyectaban avances de películas y algunos comerciales, recordé cómo eran los cines hace más de 40 años y todo lo que debía hacerse para comprar boleto y encontrar buen lugar, considerando  la gran cantidad de gente a la que daban cabida.

Jóvenes que hoy tienen 20 ó 30 años no vivieron alguna de las siguientes circunstancias para ver una película:

  • Llegar temprano al cine escogido a esperar que abrieran la taquilla para poder comprar los boletos necesarios. En dado caso, enviar un “voluntario” para tal efecto.
  • Si la elección de la película fue de última hora, hacer
    Cartelera cinematográfica ´de 1971
    una larga fila con la esperanza de alcanzar los boletos requeridos. En caso contrario, tener a la mano un periódico con la cartelera para buscar otra opción de película cercana, aunque no fuera la originalmente seleccionada.
  • Ya dentro de la instalación, acercarse lo más posible a la puerta de acceso a la sala (“bloqueada” con una cadena o una banda color guinda), para, en cuanto liberaran la entrada, correr entre empujones con los demás asistentes para encontrar el mejor lugar y apartar con un suéter los de los demás acompañantes que, o estaban comprando golosinas o no habían llegado.
  • Cambiar de lugar porque la persona sentada al frente era más alta y no permitía ver los subtítulos en español.
  • Encontrar a los amigos en la obscuridad de la sala cuando se llegaba tarde y facilitar la búsqueda con un discreto silbido o de plano con un grito que era común: “¡Ya llegué!”.
  • Aprovechar la permanencia voluntaria para, o ver el principio de la película porque llegaste tarde, o definitivamente volver  a verla completamente.
  •  Chiflar o gritar “Cácaro” cada vez que la película se interrumpía o le fallaba el sonido. (El “cácaro” era el operador del proyector).
  • Sufrir el oficialista “Noticiero Continental”, para estar informados sobre los últimos acontecimientos en el país o el Noticiero Mexicano con vanidosas notas sociales y de espectáculos.
  • Aprovechar las mañanas de domingo para ver una función triple por el costo de un boleto en las famosas matinés cinematográficas y entre una y otra película esperar al señor que pregonaba: “¡Papas, chicles, chocolates, muéganos, palomitas…. Hay refrescos!”.
  • Confiar en que las personas que pasaban en la fila detrás de tu butaca, equilibrando refrescos, hot dogs y palomitas, no te fueran a bañar de refresco al tropezar con las piernas de quienes ya estaban sentados.


CINE MASIVO

Era un tiempo en que las salas cinematográficas tenían
capacidad para entre 1,000 y 7,000 personas  distribuidas en dos o tres niveles y con espacios muy estrechos entre filas de butacas. Por ejemplo, el desaparecido Cine Florida, en el barrio de Tepito, tenía capacidad para 7,500 personas y era considerado el más grande del mundo; el cine El Roble, ubicado en donde hoy está el edificio del Senado de la República, daba cabida a 4,150 individuos, en tanto que el cine Latino, en donde ahora está una torre de 47 pisos llamada Reforma Latino, podía sentar a 2,500 espectadores.

Cine El Roble
Se trataba de salas que o habían sido teatros, o empezaron a construirse a partir de los años cuarenta. El primero de ellos, inaugurado en agosto de 1940 fue el cine Chapultepec, localizado en el predio en donde ahora se erige la Torre Mayor, sobre Paseo de la Reforma. Algunos otros de esa época fueron: el Metropolitan, hoy centro de conciertos en la calle Independencia, inaugurado en septiembre de 1943; el Prado, frente a la Alameda Central, que inició  el 21 de abril de 1947, destruido con el terremoto de 1985, y en ese mismo año, el  Cine México, sobre Avenida Cuauhtémoc, en donde ahora hay una unidad habitacional, en la Colonia de los Doctores. También surgieron: el Cosmos, en San Cosme y Paseo de Jacarandas (hoy Circuito Interior), inaugurado en 1948 y muy cerca de él, el Ópera en la Colonia San Rafael, inaugurado en 1949;  el Real Cinema en la calle de Colón y Balderas, de febrero de 1950, el Paseo, en Ave. Reforma, abierto en 1957, o el Continental, luego llamado “La Casa de Disney”, ubicado en Ave. Coyoacán y Xola, inaugurado  en 1958, en donde hoy surge una tienda de autoservicio.

Luego vinieron cines más modernos como el Latino, inaugurado en abril de 1960 con megapantalla para 70 milímetros, o  el  Diana que abrió sus puertas en 1962. Estos dos eran lo más moderno de esa década, pero a
partir de 1970 las salas cinematográficas empezaron a cambiar y en ello tuvo mucho que ver la visión de un empresario michoacano: Enrique Ramírez, quien en 1971 fundó la Organización Ramírez que inauguró en la ciudad de México el Cine La Raza y al año siguiente lanzó  el concepto de “Cinemas Gemelos” del cual derivó el de Multicinemas y de ahí el de complejos cinematográficos que hoy conocemos.

LAS SALAS EMPEZARON A CAMBIAR

En 1994  Ramírez lanzó la marca Cinepolis con salas multiplex con diseño tipo estadio, y en 1999 lanzó el concepto de Cinepolis VIP, con lo que consolidó el liderazgo que había construido en la industria en México. Pero estos conceptos que marcaron pauta a otros competidores, hubieran sido sólo palabras si no hubieran significado una innovación que cambió la forma de disfrutar del cine.

Con la innovación y el apoyo de la tecnología, se acabaron las largas filas de espera en la taquilla; ahora son pocos quienes adquieren sus boletos al llegar al complejo, con la circunstancia de que encuentran varias taquillas y no sólo una. Hoy es posible comprar el boleto ya sea por internet o vía telefónica (hace 30 años ni siquiera era posible comunicarse a algún cine para formular alguna pregunta).

Hoy es posible elegir los asientos y, por lo tanto, ya no hay que correr en medio de la multitud para encontrar lugar, ni chiflar o gritar para encontrar a los amigos cuando se llega tarde., ni tener que cambiar de asiento porque el de adelante no deja ver.  Asimismo, tampoco hay que sufrir sobre un posible “baño” de refresco por parte de las personas de la fila de atrás; hoy los espacios entre filas son amplios y refrescos y alimentos son transportados en charolas que, además, se instalan den el descansabrazos del asiento.

También dejó de existir el vendedor ambulante; hoy se instala debajo de la pantalla y previo al inicio de la película un carrito con golosinas y lo que es más, en las salas VIP se puede ver el cine con “servicio a la mesa” en sillones muy cómodos. Tampoco hay que sufrir con “noticieros” con temas de vanidad y oficialistas; hoy ese tiempo es para tomar nota de las siguientes películas que habrá que ver.

Definitivamente, vistas a la distancia, las salas cinematográficas de antaño eran divertidas a pesar de las incomodidades, pero las de hoy hacen la vida más cómoda y práctica al espectador.

martes, 5 de enero de 2016

¿QUIÉNES ERAN LOS REYES MAGOS... Y POR QUÉ UN ZAPATO?


El “Día de Reyes” es considerado como el final de las fiestas de fin de año. Comienza cuando los niños escriben su carta a los “Santos Reyes”, misma que es dejada dentro o a un lado de su zapato, y culmina cuando el 6 de enero se levantan temprano para ver qué les dejaron los “Reyes Magos”, identificados como Melchor, Gaspar y Baltazar.

Así como en Navidad busqué de dónde nació la costumbre de redactar una carta a Santa Claus, no pude dejar de hacer lo mismo con el tema de los “Reyes Magos”, con el adicional de saber quién determinó el número y nombres de los mismos.

Por principio, el único referente al respecto en la Biblia católica se encuentra en el Evangelio de San Mateo (Capítulo2, versículos 1-12): “Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén… Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén… Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.”

Por el texto se puede pensar que el número de personajes era tres, partiendo de que cada uno le da un regalo al recién nacido. Sin embargo, el texto no afirma cuántos eran, ni que eran reyes, ni que se llamaban como los conocemos.

¿QUIÉNES ERAN ESTOS  MAGOS?

Aunque el término “mago” podría tener en la antigüedad una connotación negativa, el vocablo tenía otras acepciones distintas a la de “hechiceros”; podía referirse a “hombres sabios” o, muy concretamente, “hombres de ciencia”, quizá astrónomos.

El Papa Emérito Benedicto XVI, escribió un libro titulado “La Infancia de Jesús”, en el que explica: “El término «magos» tiene una considerable gama de significados. La primera de las cuatro acepciones principales designa como «magos» a los pertenecientes a la casta sacerdotal persa.
En el relato de san Mateo sobre los Magos, la sabiduría religiosa y filosófica es claramente una fuerza que pone a los hombres en camino. Los hombres de los que habla Mateo no eran únicamente astrónomos. Eran «sabios»; representaban el dinamismo inherente a las religiones de ir más allá de sí mismas…  estos hombres son predecesores, precursores, de los buscadores de la verdad, propios de todos los tiempos.”

En cuanto a si son o no reyes, el mismo libro explica: “La promesa contenida en estos textos (Isaías 1,3; Salmo 72,10 e Isaías 60)  extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis-Tartesos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa. El rey de color aparece siempre: en el reino de Jesucristo no hay distinción por la raza o el origen. En él y por él, la humanidad está unida sin perder la riqueza de la variedad.”

También se ha relacionado a estos tres personajes con las edades del hombre: niñez, juventud y vejez, pero conforme al libro del Papa Emérito, podríamos concluir que los magos eran sabios en busca de la verdad y, por tanto, representan a miles de hombres de diferentes estratos, de todo lugar y de todos los tiempos, que buscan una verdad y una razón de la existencia.

¿Y LOS NOMBRES?

Con respecto a los nombres con los que los conocemos (Melchor, Gaspar y Baltasar), al parecer las  primeras referencias parecen remontarse al siglo V a través de dos textos, el primero titulado “Excerpta latina bárbari”, en el que son llamados Melichior, Gathaspa y Bithisarea, y en un Evangelio apócrifo “Evangelio armenio de la infancia” donde se les llama Balthazar, Melkon y Gaspard.

En este último se lee: “Pero al cabo de tres días, es decir, el 23 de tébeth, que es el 9 de enero, he aquí que los magos de Oriente, que habían salido de su país hacía nueve meses, y que llevaban consigo un ejército numeroso, llegaron a la ciudad de Jerusalén. El primero era Melkon, rey de los persas; el segundo, Gaspar, rey de los indios; y el tercero, Baltasar, rey de los árabes. El primer rey, Melkon, aportaba, como presentes, mirra, áloe, muselina, púrpura, cintas de lino, y también los libros escritos y sellados por el dedo de Dios. El segundo rey, Gaspar, aportaba, en honor del niño, nardo, cinamomo, canela e incienso. Y el tercer rey, Baltasar, traía consigo oro, plata, piedras preciosas, perlas finas y zafiros de gran precio.”

Al parecer, la primera vez que surge el nombre con
que hoy los conocemos es en un friso en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes, conducida por tres personajes vestidos a la moda persa en actitud de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, y Balthassar

FINALMENTE, LOS ZAPATOS

Aun cuando no encontré datos confiables sobre el origen de la tradición de poner la carta a los Reyes en los zapatos, al pie del árbol o en la ventana, hay varias costumbres al respecto, según el país.

La tradición, en España, data del Siglo XIX, con una celebración en que familias enteras salen a las calles a esperar el desfile de llegada de las caravanas de los Magos montando caballos, camellos, o en carrozas. Es la oportunidad para que los niños reciban de parte de "Sus Majestades" algunos caramelos, según el portal español es.gaudiumpress.org

Hay una leyenda que explica que dos compañeros de juegos del niño Jesús, apenados de verle siempre descalzo decidieron darle sus propios zapatos muy limpios y los dejaron por la noche en la ventana. Pero al día siguiente, los zapatos aparecieron llenos de regalos y dulces, como premio a sus buenas intenciones. Los Reyes Magos habían pasado aquella noche por allí y habían recompensado la bondad de los dos niños con los dulces y regalitos.

Otra tradición explica que los zapatos se colocan cerca del pesebre, los Reyes frente al Niño Dios y se deja pasto y agua cerca para alimentar a los camellos y algo de alimento para los Reyes. Los zapatos se ponen uno del par de cada persona que vive en la casa, de esa forma los Reyes pueden saber cuántos regalos deben dejar y por su tamaño que tipo de regalo debe ser.

Finalmente, una más dice que se debe dejar un zapato viejo de cada miembro de la familia y dentro de él colocar pasto para que coman los camellos, y luego, los reyes dejan en su lugar un regalo. Dado que los camellos deben poder llegar a los zapatos, se deben poner en una ventana, balcón, o lugar abierto hasta el que puedan llegar.