lunes, 14 de septiembre de 2015

CUANDO LOS RUMORES TIRAN LAS BOLSAS

Dicen en China que el reciente  desplome de los mercados bursátiles se debió a una serie de rumores que circularon en redes sociales, entre ellos uno sobre un suicidio en Beijing por la caída de la Bolsa.

Con el tiempo los medios de comunicación en todo el
mundo dieron cuenta de que Wang Xiaolu es el periodista que reconoció haber escrito ‘rumores y suposiciones subjetivas’ que causaron pánico entre los inversionistas y que llevaron a iniciar proceso en contra de 197 personas. En una “confesión” televisiva, Xiaolu expresó: “No debí publicar el reporte en un momento tan sensible, especialmente porque podría tener un gran impacto adverso en el mercado. No debí provocar que nuestro país y los accionistas perdieran tanto sólo por un ánimo de sensacionalismo y de captar la atención”.

El rumor es un proceso de comunicación que se da prácticamente en cualquier sociedad y que, a pesar de ser generalmente infundado, afecta lo mismo a corporaciones que a gobiernos o individuos. Pero seguramente el  sector financiero en cualquier parte del mundo es el que reacciona de forma inmediata ante un rumor; en cuestión de segundos una acción bursátil puede derrumbarse o subir desmedidamente causando, en ambos casos, efectos adversos en el mercado y/o en la empresa emisora.

Dos expertos financieros europeos exponen su punto de vista sobre los rumores en el mundo de los negocios y las finanzas: 
  • El analista financiero y corredor de bolsa español José Luis Noblejas expresa: “Estamos en manos de máquinas que compran o venden obedeciendo a sistemas que incorporan todo tipo de variables. Un rumor hace que un precio se dispare porque todas las máquinas van en la misma dirección.”
  • Francisco Álvarez Molina, ex vicepresidente de la Bolsa de París comenta: “Antes, cuando los valores se negociaban en el piso, los rumores procedían de los propios operadores que estaban negociando el valor. El impacto de un rumor podía durar varios días porque lo conocían sólo unas pocas personas. Ahora, los mercados son electrónicos y están abiertos 24 horas, por lo que cualquier noticia se propaga a toda velocidad.”

En efecto, un rumor, lo mismo que una información confidencial revelada sin autorización, puede generar crisis empresariales reflejadas en, desde la caída en el precio de las acciones, hasta inclusive la bancarrota.

LA MECÁNICA DEL RUMOR

El Doctor Ralph L. Rosnow, Profesor Emérito de Comunicación en la Universidad de Bolton, Reino Unido, expresa que los rumores se originan en función de 3 factores:
1. La incertidumbre general: Los rumores emergen de una carencia de certeza sobre determinada situación, como una forma de resolver la tensión asociada a ese desconocimiento.
2. La credibilidad del rumor: La retransmisión del rumor es una manera de validar ciertas emociones y actitudes que, para ser validadas, generan
Doctor Ralph L. Rosnow
credibilidad en el rumor. La credibilidad o certeza ante el rumor es la confianza en el rumor, en su veracidad.
3. La ansiedad: Los sujetos de alta ansiedad creen en el rumor, lo retransmiten y lo incrementan con más datos infundados.

En el caso de los rumores en el ámbito financiero, me parece que, independientemente de lo anterior, se involucran dos factores: por un lado,  las bolsas de valores están sujetas al vaivén de los ciclos económicos y son sensibles a desencadenantes psicológicos; por otro lado, siempre hay interesados en ganar a costa de hacer perder a otros. La unión de ambos factores le dan eficacia al propio rumor multiplicando su transmisión y crecimiento gracias a que las personas tendemos a ajustar nuestra propia visión del mundo a la percepción que de éste tienen otros “mejor informados”, especialmente cuando se enfrentan tiempos de crisis económica.

Ejemplos de ello hay varios. Cito tres: 
  • En junio de 2005 los diarios colombianos dieron cuenta de rumores sobre una inminente operación de venta de la cervecera Bavaria a la multinacional SAB Miller por 7.000 millones de dólares, lo que generó un alto dinamismo en las operaciones con el papel de la cervecera y elevó el precio de la acción.
  • En mayo de 2010, en plena crisis española, el índice Ibex 35, el referente de la Bolsa de Valores española se desplomó casi un 14% ante la información falsa de que España necesitaba una inyección de 280.000 millones de euros.
  • Un tuit supuestamente emanado de la agencia AP,
    en abril de 2013, que mencionaba dos supuestas bombas en la Casa Blanca que habrían herido al presidente Obama, provocó que el Dow Jones cayera 150 puntos.

El rumor se empieza a creer porque se frasea de forma interesante y seductora, aunque ambigua y sin aportar una fuente de información fidedigna, y aporta datos que generan credibilidad ante una mayoría de receptores que desconoce el contexto o la realidad. 

Su transmisión es viral y exponencial por lo que, cuanto más se difunde más se cree, y mientras más se cree se magnifica su impacto hasta lograr el objetivo planeado por quien lo inició o hasta que desaparece ante la evidencia de una realidad que le pone fin. En ello también tiene mucho que ver la calidad y prestigio de quienes contribuyen a la dispersión del rumor, especialmente aquellos que generalmente son considerados como fuente confiable por sus opiniones o por sus propios antecedentes profesionales

En el rumor hay muchas veces un poco de verdad revestida de ambigüedad, ya sea por la ausencia o parquedad de la información o porque ésta se saca de contexto y se inserta en un mensaje que genera lo mismo credibilidad y certeza que incredulidad y desconfianza.

Cualquiera que sea el tipo de rumor que se busque crear, su difusión no es ética ya que al circular, se aleja de la verdad y genera una distorsión de lo real y, por lo regular, resulta nocivo. Bill Kovach, ex editor del "The New York Times", decía que "si no hay una fuente de información creíble, el compromiso social es manejado por el rumor, el miedo y el cinismo”.

En el ámbito de las relaciones públicas el rumor está presente con frecuencia, ya sea para evitarlo, frenarlo, controlarlo o generarlo, siempre con la mente puesta en el beneficio a los clientes.


Creo que todos alguna vez hemos creído o hecho eco de algún rumor ante carencias o ambigüedades informativas, especialmente de carácter financiero, empresarial o político, o hemos tenido que lidiar con alguno cubriendo esas mismas carencias de información y recurriendo a personalidades con  credibilidad.

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