lunes, 11 de marzo de 2013

LA INFORMACIÓN, LOS MEDIOS Y LAS EMPRESAS

La competencia entre los medios por informar antes que los demás, y la gran cantidad de información que a diario tienen que procesar, los lleva muchas veces a cometer equívocos.

No son raras las ocasiones en que algún medio, por ganar la primicia, ha “matado” a alguien o publicado inexactitudes.  A ello, en gran medida, puede contribuir el gran volumen de información que a diario emiten empresas, organizaciones civiles, cámaras, asociaciones profesionales y entidades gubernamentales, entre otras personas morales y físicas, que, por su cantidad yo complejidad, fácilmente puede ser tergiversada, confundida o mal interpretada. Para los medios resulta difícil procesarla en su verdadero contexto. 

Lo mismo si se trata de un informe financiero que de un descubrimiento científico o de la crónica de un accidente o de una tragedia, el ir en contra del tiempo eventualmente lleva a los medios a cometer errores. Esto es más evidente cuando sucede una tragedia y las empresas o instituciones directamente relacionadas con la misma no abren de inmediato la información. En ese caso, los medios buscan la información en fuentes alternas (hospitales, socorristas, cuerpos de rescate, bomberos, protección civil, etc.),y difunden datos preliminares muchas veces no confirmados, con tal de ganar la primicia.

Me parece que una industria en la que las empresas que se ven involucradas en una tragedia abren la información al público de forma inmediata, es la de la aviación comercial. Cuando ocurre un accidente aéreo, las aerolíneas sólo dan de inicio la única cifra de la que están ciertos: cantidad de pasajeros y de tripulantes a bordo; no aventuran un número de decesos ni dan nombres de los pasajeros hasta que  dicha información esté plenamente confirmada. ¿Qué pasaría si la empresa diera por muerta a una persona que en realidad está desaparecida porque sobrevivió y en cuanto pudo se alejó del sitio del accidente?

wa2605mxij8 Aún en los accidentes de aviación comercial más aparatosos puede haber sobrevivientes. En la madrugada del 31 de  de octubre de 1970 un avión DC10 con 63 pasajeros y 9 tripulantes (su capacidad era para poco más de 300 pasajeros) se estrelló dentro del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (ver foto). Catorce pasajeros y dos sobrecargos sobrevivieron; ocupaban los asientos de la sección del fuselaje que no se desintegró. (Sobre este accidente escribiré posteriormente).


am chihuahua El 27 de julio de 1981, un avión DC9-15 con 66 ocupantes se estrelló dentro del Aeropuerto de Chihuahua, sobreviviendo 32 pasajeros y cuatro tripulantes. Murieron todos los que se encontraban sentados de las alas hacia atrás, por efecto del incendio derivado de la caída. En esos aviones sus dos turbinas estaban en la cola del avión y se alimentaban a través de los ductos procedentes de los tanques de combustible ubicados en las alas. (En la foto, un servidor frente a los restos de la aeronave.)

Sin embargo hay eventos que sobrepasan la posibilidad de una cobertura precisa y en los que, inclusive aún con el paso del tiempo queda la incertidumbre, Ejemplos de ello, en el tema de desastres, hay muchos. Cito sólo estos: terremoto

En 1985, cuando el terremoto de la ciudad de México, el gobierno reportó el fallecimiento de entre 6 y 7 mil personas e incluso llegó a suponer que la suma final fue de 10 mil. Años después, con la apertura de información de varias fuentes, el registro aproximado se calculó en 35 mil muertos aunque hay fuentes que aseguran que la cifra rebasó los 40 mil. En el momento, algunos medios publicaron cifras y otros prefirieron sólo generalizar.

En el terremoto de enero de 2010 en Haití, Inicialmente se manejaba una cifra cercana a 100.000 personas fallecidas; con el paso de los días, la suma se incrementó a un estimado de 150.000 muertos sólo en Puerto Príncipe, capital del país, y fuentes humanitarias de las Naciones Unidas (ONU) calcularon que fueron entre 200 mil y 250 mil fallecidos.

   
españa 1103 En el atentado a los trenes en Madrid del 11 de marzo de 2004 (hace justo 9 años) los medios reportaron un número inicial de 202 fallecidos, pero el número se fue reduciendo al encontrar a personas desaparecidas. El diario El País reportó 192 muertos, El Mund manejó una cifra de "más de 130" y la cifra oficial fue de  191.

En Londres los accidentes de trenes son frecuentes. En uno de ellos, según un diario popular ,el total de víctimas subió minuto a minuto hasta llegar a “al menos cien muertos, y podrían ser muchos más, incluso no menos de 170”. El “Times” calculó que los muertos eran 70, pero para el sensacionalista “The Sun” se trataba de “la peor catástrofe en tiempo de paz”. Una semana después del accidente, el balance de víctimas quedó en 35, cosa que pocos diarios publicaron en letras tan grandes como las que habían usado unos días antes.

Ante esta realidad interpretativa, las empresas capacitan a sus voceros, especialmente a los que intervienen en casos críticos, para ser muy puntuales y precisos especialmente con las cifras. En los entrenamientos que reciben se les recomienda inclusive llevar los datos más relevantes anotados y, de considerarlo necesario, llevar copias para entregar a los medios de comunicación.

Es cierto que en medio de una catástrofe o de un accidente, es imposibles saber con certeza el número de muertos y heridos, pero el público demanda información, especialmente el número de muertos y heridos, las causas que originaron el evento y, en su caso, el responsable del mismo.

En suma, considero que son dos los factores que contribuyen a la distorsión de la realidad:
  1. La necesidad de los medios por obtener información rápida.
  2. El tiempo de respuesta a los medios para darles información precisa y puntual. david protess
En cuanto a lo primero, David Protess, de la North-Western University, en Chicago, quien lleva  dos décadas sumergiendo a sus alumnos en el periodismo de investigación, afirma que el periodista no debe dar nada por sentado y tiene que verificar los hechos que se dan por supuestos. “No hay que fiarse de los funcionarios, empleados de gobierno, artículos o resúmenes de prensa. Acércate cuanto puedas a las fuentes originales, sé sistemático y corrobora tus datos.”

Por lo que toca al segundo es importante que, ante una situación de crisis se empiece a dar información a los medios, en la medida en que la que surja esté plenamente comprobada y resista todo tipo de análisis y confrontación. Por principio, dar la cara e informar que se está recabando la información y que se mantendrá abierta la comunicación de manera puntual.

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