Hoy, gracias a las redes sociales nos podemos enterar, en pocos segundos y a través de gran cantidad de fuentes informativas, de la situación de la ciudad luego de un temblor. Hace 28 años teníamos que esperar las transmisiones que pudieran hacer la radio y la televisión.
El jueves de esta semana recordaremos en México el sismo que, en 1985 azotó a la ciudad de México, uno de los más violentos. Quienes en ese instante veíamos el noticiario “Hoy Mismo” recordamos los últimos 23 segundos de transmisión antes de que se perdiera la señal. Hasta ese instante y durante los siguientes minutos no se sabía de la gravedad de la situación. La información tardó varios minutos en surgir a través de la radio y la televisión, conforme los reporteros llegaban a las zonas más afectadas y encontraban los medios adecuados para transmitir.
Los conductores de los diversos programas de radio y televisión que estaban al aire en esos momentos, buscaban infundir serenidad. Por citar algunos, Lourdes Guerrero, conductora del noticiario televisivo “Hoy Mismo” decía: “está temblando un poquitito” “sigue temblando un poquitito, pero vamos a tomarlo con una gran tranquilidad”; Sergio Rod, conductor del entonces popular programa radiofónico “Batas, Pijamas y Pantuflas” expresaba: “¡calma, mucha calma...! No pasa nada... Todo mundo, tranquilo. Por favor, familia, tranquilitos todos...” (En alguna ocasión Sergio me platicó que a lo que más miedo le tenía era a los temblores, e inclusive bromeaba: “hay tres escalas de medición de temblores: la Richter, la Mercalli y la Rod, que es la más exacta”).
A los pocos minutos, Pedro Ferriz Santacruz, entonces conductor del noticiario “Día a Día”, daba a conocer en Canal 13 (entonces de Imevisión) un primer reporte de la hora, epicentro e intensidad, de acuerdo con el reporte del sismológico, e inició largas horas de noticieros antes de retirarse para estar cerca de su hijo, quien sufrió lesiones en el edificio de Radio Fórmula. En la radio la mayor sintonía la tenían Monitor y XEX que transmitía noticias durante todo el día.
El papel de los medios de comunicación fue complicado. No existían los teléfonos celulares ni las redes sociales, y la información llegaba poco a poco creando confusión que hacía aún más dramática la situación. Un querido amigo, Raúl René Trujillo, reportero de Televisa, me comentó que a los pocos minutos del terremoto aterrizó en Los Mochis y la noticia que escuchó era que la ciudad de México había desaparecido. Versión similar recibió otra amiga, Elda Sánchez Gaytán, también de Televisa, quien se encontraba en Alemania.
Pero los propios medios también resultaron afectados, tanto en lesiones y pérdidas humanas como en las estructuras de sus instalaciones, particularmente aquellos cuyas instalaciones se encontraban en la parte más céntrica de la ciudad.
Dañados los edificios de Radio Fórmula en Arcos de Belén, la revista "¡Siempre!", y las oficinas de la Unión de trabajadores de Periódicos, en la convergencia de Puente de Alvarado y Zaragoza; daños menores en los de XEW, en Ayuntamiento, Radio Centro en Artículo 123, El Universal, Excélsior, Novedades, La Prensa y El Sol de México, y prácticamente destruido el de Televisa Chapultepec,
Pero lo más importante fue la afectación a muchos de quienes laboraban en esas instalaciones, especialmente los más conocidos por ser conductores, locutores o periodistas que ese día ellos mismos empezaron a ser noticia. Algunos fallecieron, otros salieron con lesiones de por vida y otros más siguen contando cómo vivieron el terremoto.
Entre los primeros recuerdo a Félix Sordo, de Televisa, quien tuvo un cargo de coordinador en el noticiario 24 horas; Ernesto Villanueva, quien redactaba el noticiario “Hoy Mismo”; Gustavo Armando Calderón “El Conde”, cronista deportivo; y Serio Rod Chávez, creador, productor y locutor de "diálogos al desnudo" y "Batas, Pijamas y pantuflas" en Radio 590 que luego pasó a Radio Cañón, en Grupo Radio Fórmula.
Entre quienes sufrieron lesiones estaban Pedro Ferriz de Con, quien conducía el noticiario “Al Aire” y resultó con fisura en tres vertebras; el humorista “Tilín, el fotógrafo de la voz”, rescatado de los escombros; Salvador Escobar, quien sigue como locutor en el noticiario de las 13:30 en Radio Fórmula, y Gustavo Calderón Millán, hijo de "El Conde", que empezaba su carrera como cronista deportivo. En tanto los tres primeros lograron recuperarse física y psicológicamente, el último perdió sus facultades mentales. En alguna ocasión un primo de él me invitó a comer a casa de la familia Calderón, en Atizapán, en donde me mostraron una foto en la que aparezco con “El Conde” y su hijo, misma que, junto con muchas otras. le mostraban continuamente a Gustavo para ayudarle a recuperar la memoria.
De los periodistas que sobrevivieron, el blog “Cuadrante” el sitio de la radio, publica algunos testimonios, de los que sustraigo los siguientes:
Jorge Larrauri: “¿Cómo olvidar aquel 19 de septiembre de 1985? Por esos días la radio dio una vez más muestras de su gran fuerza de penetración. Los mensajes personales y familiares que transmitíamos no sólo por las señales de ORC. ¿Recuerda que otras estaciones difundieron por su frecuencia nuestras voces y las de nuestros compañeros? En aras de auxiliar a la población. Que días tan aciagos… Qué recuerdos…”
Héctor Cantú Ramírez: “La Radio tuvo su aportación muy importante en cuanto a información y ayuda a la población. En nuestras oficinas de OIR funcionaba el TELEX (gracias a las plantas de energía) y las estaciones afiliadas en el interior de la República nos enviaban nombres/números telefónicos/direcciones de familiares habitantes del D.F. para localizarlos y enterarnos de su situación”.
Raúl Mondragón: “Yo era uno más de los miles de expedientes en una habitación improvisada, vendajes, suero, sangre, aturdido… pero la radio, esa no descansaba, en alguna parte escuchaba a José Gutiérrez Vivó dando una reseña de lo sucedido… “
María Victoria Llamas “Marivi” (fallecida en 2008): “Desde la cabina de producción nos avisaron por los audífonos a Lourdes Guerrero, a Juan Dosal y a mi, que estaba temblando. Yo sentí que me jalaban la mesa y en eso nos dijeron que iban hacer una toma abierta para que la gente viera como se movía el plafón. Yo en voz baja dije que no quería que se viera eso porque me daba pavor. En eso nos salimos del aire y todo mundo corrió, sólo Lourdes y yo permanecimos en el estudio. Tiradas en el piso, abajo del escritorio Así soportamos el temblor”.
Hace unos días veía a través de internet el noticiario “Enfoque”, primera edición, cuando empezó a sonar la alarma sísmica. El conductor Leonardo Curzio no pudo evitar reflejar el susto, pero permaneció frente al micrófono tratando de orientar el actuar de los radioescuchas.
En efecto, hoy, gracias a las redes sociales nos enteramos prácticamente al instante sobre la situación después de un temblor, pero los medios electrónicos siguen contando con los profesionales que exponen su integridad para orientarnos, informarnos y traernos las voces de los testigos, los sobrevivientes y las autoridades.
Mi respetuoso recuerdo a mis amigos y conocidos que fallecieron o resultaron lesionados el 19 de septiembre de 1985 y mi admiración a quienes hoy siguen firmes en el deber ante situaciones de riesgo.
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