Esta frase que podría ser el encabezado de algún periódico en el Medio Oriente, son las palabras iniciales del telegrama con el que a las 5:49 hrs. del día 5 de mayo de 1862, el General Ignacio Zaragoza comunicaba al ministro de Guerra, Miguel Blanco Múzquiz, el triunfo sobre el ejército francés.
“Tras una intensa batalla, las
tropas comandadas por el General Ignacio Zaragoza lograron que el ejército francés emprendiera
la franca retirada. Así lo informó el propio general Zaragoza a través de un
telegrama enviado al ministro de Guerra sólo hora y media después de la victoria.
Testigos de este sangriento
enfrentamiento confirmaron a este medio que el mismo duró tres horas, tiempo en
el que el ejército galo intentó infructuosamente apoderarse del Cerro de Guadalupe, atacando
desde el frente oriental, y que fue rechazado por las tropas mexicanas hasta en
tres ocasiones.
Interrogado al respecto, el General
Zaragoza confirmó: “En estos momentos el enemigo está formado en batalla fuerte
de 4,000 y pico de hombres frente al cerro y fuera del alcance de nuestras
armas”.
Finalmente el general comentó que en
el ataque, el enemigo pudo llegar hasta los fosos de Guadalupe pero que como
resultado de la defensa por parte del ejército Mexicano “calculo que perdió
entre 600 y 700 hombres, entre muertos y heridos, en tanto que de nuestro lado
habremos tenido unas 400 bajas”.
La información se
movía hace 150 años y hasta mediados del siglo pasado, de una forma muy
diferente a como la conocen los jóvenes reporteros y ejecutivos de relaciones
públicas de hoy, formados con el apoyo de las modernas tecnologías y
acostumbrados a la instantaneidad del internet y de las redes sociales.
El telegrama fue
una de las primeras formas para el envío de información periodística. Se dice
que el primer cable noticioso transmitido desde México al mundo fue la noticia
de la muerte de Maximiliano de Habsburgo, el 19 de junio de 1867, a través de
la agencia de noticias Reuters, enviado a través de palomas mensajeras.
Luego del
telégrafo, la información empezó a transmitirse por los teletipos de las
diferentes agencias; eran sistemas de transmisión de
textos, vía telegráfica, a través de un teclado que permitía la emisión,
recepción e impresión del mensaje; a ellos siguieron las máquina de Télex que
en los años setenta se convirtieron en el medio más común para las
comunicaciones impresas internacionales, entre suscriptores del sistema, como
lo eran las agencias y los diarios. Funcionaban con base en una delgada cinta
de papel que era perforada al escribir el texto, misma que era “leída” por las
máquinas receptoras.
LAS REDACCIONES DE LOS MEDIOS
Hasta mediados del siglo pasado los periodistas se formaban en la
práctica cotidiana y la mayoría iniciaba su carrera como ayudante de la redacción o “hueso”. La
función del “hueso” era llevar cada nota escrita, del escritorio del reportero
a la jefatura de información, de ahí a la subdirección del periódico, a corrección
de estilo, al departamento de formación, a los talleres para “parar la
tipografía”, a la jefatura de redacción para corrección de “galeras”, de
regreso a linotipos y luego a fotolito para entrar a impresión.
Las
notas se redactaban en máquinas de escribir, por lo que las correcciones
simplemente se tachaban para ahorrar tiempo; los reporteros de guardia estaban
listos para tomar el dictado del reportero que enviaba la información, mismo
que tenía que encontrar un teléfono en el sitio más cercano al lugar de la
noticia.
Todavía
en los años sesenta, el envío de comunicados y boletines sólo se hacía, a
través de mensajeros en motocicleta, a un jefe de información quien, además,
daba las órdenes de trabajo para todos los reporteros. Cuando le llegaba información
que no entendía, por ejemplo, de la Bolsa Mexicana de Valores, la tiraba a la
basura. La experiencia y formación profesional de aquellos jefes de información
era en periodismo político, laboral o de nota policíaca y no había una
especialización.
LOS NOTICIARIOS EN RADIO Y TV
Aún cuando desde
1947 ya existía un noticiario radiofónico en Radio XEX, prácticamente no hubo
servicio de noticias sino a partir del movimiento estudiantil de 1968; los
noticiarios fueron creciendo en número hasta que en 1978, el noticiario “Monitor”
estableció un modelo de trabajo con reporteros especializados y muchas
innovaciones entre las que aún prevalecen los reporteros en motocicletas y
helicópteros, pero sin telefonía móvil en sus primeros años.
Los primeros noticiarios
televisivos en México, en los años cincuentas, eran rudimentarios: uno o dos
lectores de las noticias que otros
producían, una duración máxima de 30 minutos y contenidos mayormente tomados de
alguna agencia informativa o del diario de mayor circulación. Algunas notas se
apoyaban con filmaciones de cámaras de 16 milímetros que requerían de tiempo
para poder salir al aire “inmediatamente” (léase: tener el material a más
tardar a las 18:00 para estar listos para salir al aire en la emisión de las 21:00).
LAS RELACIONES PÚBLICAS
Antes de la década
de los noventas, las agencias de relaciones públicas en México no eran un
factor estratégico en el universo de los negocios. Las funciones de la mayoría
de ellas se circunscribían a la realización de eventos sociales, contratación
de edecanes y colocación de anuncios en periódicos. Pocas consideraban entre
sus funciones la relación con medios, dado que las empresas privadas preferían
un bajo perfil, además de que los diarios consideraban como publicidad la
mención de sus nombres o marcas.
Era en el sector
gubernamental en donde el “jefe de prensa” de las direcciones de información de las
diferentes secretarías de Estado, organismos descentralizados y empresas
paraestatales, tenía un trato regular con reporteros, proporcionándoles
boletines, versiones estenográficas de discursos, llevándolos a giras de
trabajo y dándoles sus respectivos apoyos económicos.
El mundo ha
cambiado drásticamente, al igual que la comunicación, la información y las
relaciones públicas: lap tops, telefonía celular, tablets, transmisión
instantánea de imágenes y video; multienlaces para entrevistas, micro
grabadoras de audio y video… y apenas llevamos la primer década del Siglo XXI.
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