martes, 23 de julio de 2019

ENSEÑANZAS DE LA LLEGADA DEL HOMBRE A LA LUNA


Después de poco más de ocho años de planeación, pruebas, desarrollos tecnológicos, despliegue de ciencia y creatividad, errores –algunos de ellos fatales-  trabajo combinado sistemática y ordenadamente acorde a una estrategia ejecutada por miles de personas con esfuerzo y dedicación disciplinada, el 20 de julio de 1960 un hombre pisó por primera vez el suelo lunar.

En medio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el entonces presidente norteamericano John F. Kennedy anuncio su intención de enviar un hombre a la luna. Surgió así el Programa Apolo de exploración espacial. Kennedy no vio la culminación de la hazaña, pero sus sucesores Johnson y Nixon mantuvieron el programa independientemente de la filiación partidista.

Previo a las misiones con descenso en la superficie de la Luna, se probaron los sistemas de vuelo en varios lanzamientos automáticos (Apolo 2, 3, 4, 5 y 6); después hubo dos pruebas tripuladas en órbita terrestre (Apolo 7 y 9) y dos
misiones orbitales a la Luna (Apolo 8 y 10). Apolo 11 fue la primera misión que alunizó y a ella siguieron otras cinco misiones que descendieron en el suelo lunar.

A lo largo de esos años diferentes actores involucrados en el gran reto de la conquista del espacio expresaron diversas ideas que pusieron en contexto lo que implicaba el reto de alcanzar una gran meta. Estas son algunas de ellas:


  • “Creo que esta nación deberá comprometerse, antes de que finalice esta década, en poner a un hombre en la luna y regresarlo a la tierra de forma segura”. “Escogimos ir a la luna en esta década no porque sea fácil, sino porque es difícil.” John F. Kennedy, Presidente de los Estados Unidos.
  • “Me he puesto a pensar que siempre hay una posibilidad de que pueda haber un fallo catastrófico; esto puede suceder en cualquier vuelo, en el primero o en el último. Así pues, sólo hay que pensar en hacer lo mejor que se pueda para cuidarse de toda eventualidad.” Virgil "Gus" Grissom, Comandante de Apolo 1.
  • “Vi el cohete impulsor y me dije: esta es la forma en que deberíamos ir, no sólo estar sentados esperando que algo suceda.” Walter Marty Schirra Jr. Comandante de Apolo VII.
  •  “Un piloto superior usa su juicio superior para evitar situaciones que requieren el uso de su habilidad superior.” Frank Borman Comandante de Apolo 8.
  •  “Sabíamos lo que estábamos haciendo y por lo tanto no esperamos tener contingencias.” James McDivitt, Comandante de Apolo IX.


La cápsula Apolo 11 finalmente fue la primera en cumplir la meta planeada luego de considerar las experiencias y aprendizajes de los vuelos espaciales previos. Desde luego lo que expresaron los primeros hombres en llegar a la luna también es digno de considerar:

  • "Quisiera aprovechar esta oportunidad para pedirle a cada persona que escucha, quien sea y donde sea que esté, que se detenga por un momento y contemple los eventos de las últimas horas y que dé las gracias a su manera". Buzz Aldrin, piloto del Módulo Lunar de Apolo 11.
  •  “Este es un pequeño paso para el hombre, un salto gigante para la humanidad”. Neil Armstrong, Comandante de Apolo 11.
  •  “Quisiera agradecer a todos los que construyeron esta cápsula espacial; quienes la diseñaron probaron y pusieron todo su corazón y habilidades para ello.” Neil Armstrong, la noche anterior al regreso a la tierra.
  • “Pienso sobre el logro personal, pero tiene más sentido el gran logro de toda la gente que pudo poner al hombre en la Luna”. Alan Shepard, Comandante de Apolo 14.


Un gobierno que quiere alcanzar grandes metas debe preocuparse, más que en realizarlas a como dé lugar en el menor tiempo posible para que el logro sea personal, en que cada proyecto sea benéfico para el país y la sociedad y que esté tan estratégicamente diseñado que resista los cambios de administración.

Llevar al hombre a la Luna le puede dar grandes enseñanzas al gobernante que busca realizar grandes proyectos. Algunas de ellas pueden ser:

Siguiendo a Grissom, si  los proyectos no se planean y diseñan con la participación de quienes son los mejores en lo que hacen para disminuir los riesgos de eventualidades, siempre habrá la posibilidad de que pueda generarse un fallo catastrófico.

Aunado a la participación de expertos, para el desarrollo de grandes obras es mejor que el Presidente emplee de inicio un buen juicio, sensato, coherente y prudente, para evitar situaciones que a la postre requieran del uso de su poder para sofocar cualquier adversidad derivada de una mala decisión.

También es importante tener en cuenta y agradecer a quienes contribuyen a la realización de los grandes proyectos ya sea con su trabajo o con sus impuestos ya que a fin de cuentas, el logro no es personal.

Creo que, por ejemplo, independientemente de la posibilidad de algún tipo de corrupción, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) fue un
proyecto diseñado por expertos que consideraron toda una serie de factores tanto económicos como sociales, ambientales y financieros, proyectado con un buen juicio, que habría contribuido en gran manera al fortalecimiento de las industrias aérea y turística del país, no así la insensata propuesta del nuevo gobierno que, me parece, tendrá muchas eventualidades (como la “repentina aparición” de un cerro), afectaciones a las comunidades aledañas (Contaminación por ruido, problemas de agua, entre otros) y riesgos en la operación.

Lo mismo podría decirse de los otros grandes proyectos de este régimen. Más que obras que en realidad beneficien al país, se trata de satisfacer un ego que no acepta nada que no sea acorde a su interés personal.

Una cosa es llegar a la Luna y otra muy diferente es estar en la luna.

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