martes, 30 de julio de 2019

LOS MEDIOS SE PORTAN MAL



En días recientes el actual presidente de México “regañó” a los medios de comunicación. Al referirse específicamente a la revista Proceso en relación a la publicación sobre la intervención del Presidente de Grupo Salinas en el caso Fertinal, expresó, parafraseando al exgobernador de Veracruz, Javier Duarte: “no se portó bien con nosotros”.

Cuando el reportero de la revista le respondió que “No es papel de los medios portarse bien, presidente, con alguien", el mandatario dijo: “No, pero estamos buscando la transformación y todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones".

No es la primera vez que el presidente califica negativamente a representantes de medios de comunicación cuando expresan comentarios críticos sobre su gestión. Es evidente que para él, quien no está en favor de sus proyectos, ideas o comentarios, automáticamente pasa a la lista de los conservadores, neoliberales y corruptos. Parece que hubiera consigna de alabar al presidente y prohibición de criticarlo.

Estos comentarios no favorables al presidente no se dan sólo dentro de México. Por ejemplo, durante el mes de julio de este año, en parte como consecuencia de las renuncias de funcionarios de primer nivel, diarios de diferentes países expresaron comentarios por los que, de acuerdo con AMLO, son medios que no se portan bien.

Estos son algunos de ellos:

En el New York Times, Rafael Lemus escritor y profesor asistente en California State University, expresó: “…el gobierno de AMLO se ha rodeado de los
Foto: New York Times
empresarios consentidos del viejo régimen, se ha valido de las empresas de estos para avanzar los nuevos programas sociales y ha asignado más del 70 por ciento de los contratos federales sin licitación alguna. (…) Atrincherado entre sus fronteras, AMLO no parece tener, de hecho, más estrategia internacional que la de mantener a toda costa el acuerdo comercial con Estados Unidos, incluso si eso supone permitirle a Donald Trump dictar nuestra política migratoria. Igualmente preocupante es, ha sido, la actitud de su gobierno ante el medioambiente, al impulsar proyectos de desarrollo ambientalmente dudosos y apostar por una refinería que pone en riesgo 119 especies.”

Por su parte Diego Fonseca, escritor argentino que vive entre Phoenix y Barcelona y pasó una larga temporada en nuestro país expresó en el mismo periódico: “la 4T no tiene un plan para cambiar y mejorar al país; es territorio de la improvisación. El desprecio por la racionalidad y el afecto por prácticas
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poco transparentes y cuestionables desmerece la promesa de cambio e iguala a AMLO con el pasado que dice querer enterrar. Desprecia toda realidad que lo contradiga y morirá con su “yo tengo otros datos”. Así, aunque México desacelera, AMLO insiste en que crecerá dos por ciento y el país ya se transformó porque él así lo ha decretado.”

En el Washington Post, Mary Beth Sheridan, al reportar sobre los recortes presupuestales impuestos por el presidente, afirma: “lo que comenzó como un ataque popular a los privilegios oficiales ha generado cada vez más caos… Su cruzada presupuestaria ha revelado una tendencia a centralizar el poder, preocupando a algunos en este país que vivió décadas de gobierno autoritario.” Agrega que, de acuerdo con analistas, el gobierno mexicano, que nunca ha destacado por su eficiencia, tiene el riesgo de volverse disfuncional y que los drásticos recortes han llevado a que en algunas oficinas públicas las medidas de reducción de consumo de energía incluyan la prohibición a los empleados para cargar sus teléfonos celulares.

Un reportaje encabezado “La descontrolada austeridad de México marca la gestión de López Obrador” publicado en El País, expresa que “Burócratas, científicos, académicos, policías y soldados, médicos, jueces, maestros, periodistas y artistas han alzado la voz para explicar cómo los recortes están
Foto Reuters en El País
dañando sus trabajos (…)Nadie ha podido explicar de momento las consecuencias de una política tan contractiva en el gasto. No existen datos detallados de cuántos despidos pueden vincularse a las medidas de austeridad impuestas por López Obrador. (…) El discurso del fin de los privilegios ha sido uno de los argumentos centrales utilizados por el Gobierno de Morena. Como la ciencia, la cultura también ha sido dañada por la falta de tacto en el reparto presupuestario.”

En el diario Le Monde, de Francia, un reporte de Frédéric Saliba encabezado “Au Mexique, le départ fracassant d’un ministre fragilise le président « AMLO »” (En México, la devastadora partida de un ministro debilita al presidente "AMLO".) refiere la renuncia del Secretario de Hacienda y comenta: “Esto refuerza las preocupaciones sobre la gestión del primer presidente de izquierda en la historia reciente de México.” Recuerda que esta es la cuarta renuncia de un miembro importante del Gobierno, después de las del Director del Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaria de Medio Ambiente y del Director del Instituto Nacional de Migración.

Finalmente el diario británico The Guardian comentó a principios de julio que “López Obrador ha mostrado durante mucho tiempo una aplastante falta de interés en los asuntos exteriores” y que una evidencia más de ello es que “En
lugar de discutir con otros líderes del G20 en Japón, el presidente (…) estaba en la Ciudad de México, preparándose para dirigirse a miles de seguidores en la plaza central de la ciudad el lunes.” Agrega que Al igual que Trump, AMLO a menudo refuta a los medios de comunicación por comentarios hostiles, y los reporteros críticos a menudo se convierten en el blanco de las redes sociales de los partidarios del presidente. Comenta también que “ha impulsado una serie de megaproyectos, incluidos ferrocarriles y una refinería masiva, comenzando la construcción antes de terminar los estudios y consultas de impacto ambiental con los pueblos indígenas.”

Hacia fines de 2016, el entonces presidente expresó en la inauguración del Foro Impulsando a México: “No creo que ningún presidente se haya levantado pensando, y perdón que lo diga, cómo joder a México”. Seguramente no lo pensó, pero el resultado de su gestión es evidente y contribuyó en gran medida a la elección del actual presidente quien, probablemente, piense lo mismo.

A pesar de los comentarios que se hacen a su gestión inclusive a nivel internacional, en tanto no esté dispuesto a escuchar las críticas de los medios de comunicación y actuar racionalmente, es probable que no haya que esperar al inicio de un nuevo sexenio para evidenciar los resultados de su desempeño.


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