miércoles, 18 de septiembre de 2019

GUADALUPE VICTORIA Y LA PRENSA


Al finalizar la época colonial a raíz del movimiento independentista que inició el 15 de septiembre de 1910 y que se consolidó hasta septiembre de 1821 con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, nuestro país empezó a ser de alguna manera independiente de la corona española. Luego de una serie de batallas y tras un breve periodo imperialista y un efímero gobierno provisional, el 10 de octubre de 1824, Guadalupe Victoria (José Miguel Ramón Adaucto
Guadalupe Victoria
Fernández y Félix)
fue declarado primer Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Este, nuestro primer Presidente –que en 1825 celebró por primera vez el Grito de Dolores-  abolió la esclavitud y enfrentó serios problemas financieros. En política, sus acciones fueron conciliadoras pero enfrentó la intolerancia religiosa ante la libertad de expresión y prensa establecidas en la recién redactada Constitución.

Seguramente Guadalupe Victoria estaba atento en los periódicos existentes en la época sobre lo que escribían de él y su gobierno y acerca de las diferentes posiciones de los actores políticos, sociales e intelectuales. Petra Mª Secanella comenta que en esa época, “la práctica del periodismo fue eficiente para la difusión de corrientes de pensamiento entre grupos selectos de lectores que crecieron en número, conforme se fueron abatiendo los índices de analfabetismo en todo el país.”(El Periodismo Político en México. Edit. Mitre, Barcelona, 1983).

En el gobierno de Guadalupe Victoria destacaron tres importantes diarios: «El Águila Mexicana», «El Sol»  y «El Observador de la República Mexicana». ¿Qué se sabe de esos diarios? La Hemeroteca Nacional Digital de México (HNDM) de la Universidad Nacional Autónoma de México describe:

El Águila Mexicana” era una publicación diaria de marcada tendencia iturbidista. Cada ejemplar constaba de 4 páginas impresas a 2 columnas. La suscripción en la capital costaba 20 reales por un mes, 7 pesos 4 reales por tres meses, 14 pesos por seis meses y 27 pesos por un año. El lema de la publicación era: "Vitam impendere vero ("Ofrendar la vida a la verdad").

Los responsables del periódico fueron Germán Nicolás Prissette (abr. -jun. 1823), Antonio Valdés (jun. 1823 - ago. 1826) y Juan Wenceslao Sánchez de la
Imagen: Repositorio
Institucional UNAM

Barquera (ago. - oct. 1826); fungieron como socios capitalistas o propietarios: Juan Nepomuceno Gómez de Navarrete, Lorenzo de Zavala e Ignacio Esteva, con apoyo de algunos miembros del partido yorkino (creado por Estados Unidos para manipular la política mexicana por medio del  embajador Joel R. Poinsett a beneficio de Washington). Entre sus colaboradores figuraban nombres como Juan Bautista Morales, Carlos María de Bustamante, Ramiro Manzanos o Manuel Gómez Pedraza.

Su objetivo era hacer la crónica de las sesiones del Soberano Congreso, comentar noticias nacionales y extranjeras, defender a la iglesia católica y publicar descubrimientos científicos y trabajos literarios. El Águila divulgó las discusiones para la elaboración de la Constitución de 1824 y promovió la celebración del 16 de septiembre como fiesta nacional.

De “El Observador de la República Mexicana” la HNDM explica que era semanal, con un promedio de 26 páginas. El precio de la publicación era de 2 pesos mensuales en la ciudad de México y 4 reales más, franca de porte, fuera de la capital. Su lema era "... Sine ira et studio quorum causas procul habeo" ("Sin parcialidad ni encono, de lo que estamos muy ajenos").

Los redactores responsables de la publicación fueron José María Luis Mora,
Francisco Manuel Sánchez de Tagle, Félix Molinos del Campo, Florentino Martínez y Manuel Crescencio Rejón. Era un periódico de carácter político, “órgano del partido escocés, cuyo objetivo fue escribir  ... con total y absoluta imparcialidad [sobre] la ilustración y censura pública  en un momento en que la posición de yorkinos y escoceses se mostraba abiertamente opuesta, situación que más adelante provocó la suspensión de la publicación por parte del presidente Vicente Guerrero, simpatizante del rito yorkino.”
Imagen: Repositorio  Institucional UNAM

En la segunda época el Observador publicó secciones tituladas Política, casi totalmente escrita por Mora; Censura pública, sección de polémica y debates; Literatura, que incluye poemas y fragmentos literarios; Biografías, espacio destinado a los mexicanos ilustres, y finalmente Ciencias, que proporcionaba datos meteorológicos de la ciudad de México.

En cuanto a “El Sol”, la HNDM menciona que  en su primera época se publicaban dos números por semana pero después apareció diariamente. Cada entrega constaba de 4 páginas impresas a 2 columnas. A partir del 15 de junio de 1824 se imprimió a 3 columnas en el mismo número de páginas para dar más información.

El Sol costaba 20 reales al mes, 7 pesos 4 reales por trimestre, 14 pesos por semestre y 26 pesos por año. Su lema era: "Post nubila plloebus" ("Después de las nubes, el sol"). En general se coincide al señalar como responsable de la publicación a Manuel Codorniu y Ferrás, quien formaba parte del séquito del virrey Juan O'Donojú.

Imagen: Repositorio  Institucional UNAM
Lucas Alamán fue uno de los redactores principales de esta publicación a la que, además, apoyaba económicamente. Según el periodista e historiador Armando de María y Campos (1897 – 1967) este fue el primer periódico aparecido al consumarse la independencia. Al parecer, desde el inicio El Sol tenía como objetivo hacer la "guerra eterna" a la tiranía, a los enemigos de la libertad mexicana y propagar la "ilustración pública".

En México a través de los siglos se menciona que al verificarse el nombramiento de Guadalupe Victoria como presidente, El Sol se mostró opositor a su gobierno y que en esa oposición "brillaban el talento, la instrucción y la oportunidad segura de los ataques con que los escoceses abrumaban a sus enemigos". Se lee en el documento de la HNDM: “El Sol es, en síntesis, fundamental para acercarse a los hechos ocurridos en el México recién independiente.”

Seguramente Guadalupe Victoria no daba una conferencia de prensa todos los días en la mañana; debe haber estado más ocupado en gobernar y conciliar posiciones para lograr unidad nacional y resolver los problemas que enfrentaba el país.

Después de todo, es lo que debe hacer un buen gobernante: escuchar con respeto inclusive a la disidencia, conciliar intereses y posiciones políticas para buscar la unidad, estar atento a la opinión y critica de diferentes actores, y cerca -pero no tan cotidianamente- de los medios de comunicación, a quienes se debe ver como aliados y no como detractores.

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