martes, 14 de mayo de 2019

LA VENTA DE CALLES EN LA ADMNISTRACIÓN DE EBRARD



La tala de árboles realizada por trabajadores al servicio de la empresa que construye la Torre Mitikah ha sido objeto de mucha información y comentarios, entre los que se incluye la afirmación de la constructora de contar con todos los
permisos, incluido el de la tala con su respectiva mitigación.

Entre todos los comentarios corre la especie de que la constructora pudo realizar la tala debido a que es dueña de ese tramo de la calle Real de Mayorazgo gracias a que se la vendió el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard (2006-2012); la construcción inició en 2008 con la filosofía de “mejorar el entorno priorizando el tránsito peatonal de manera ágil y seguro.”

Aun cuando no localicé alguna evidencia de ello, existen antecedentes documentados por medios de comunicación sobre la venta de espacios públicos realizada por el actual Canciller de la República.

Conviene precisar que la Ley del Régimen Patrimonial y del Servicio Público establece que al Jefe de Gobierno corresponde “(---) Desincorporar bienes del dominio público en los casos en que la Ley lo permita y bienes que hayan dejado de ser útiles para fines de servicios públicos”. Asimismo define que los bienes de dominio público del Distrito Federal son “los de uso común” que puedan “ser aprovechados por todos los habitantes del Distrito Federal, con las restricciones y limitaciones establecidas en ley” y señala que éstos “son inalienables, imprescriptibles e inembargables”. Luego especifica entre estos bienes: “Las plazas, calles, avenidas, viaductos, paseos, jardines y parques públicos.”

El diario La Jornada publicó el 22 de abril de 2011: “Casi tres mil 700 metros cuadrados de vía pública fueron desincorporados del patrimonio de la ciudad de México en beneficio de una cadena de autoservicio. Ante ello, los vecinos de la colonia del Valle exigieron a los gobiernos del Distrito Federal y de la delegación
Foto La Jornada
Benito Juárez no manejar el espacio público como propiedad privada y que cualquier venta o desincorporación que pretendan realizar se someta antes a una consulta vecinal.”

Informó el diario que la decisión la tomó el Comité de Patrimonio Inmobiliario de la Oficialía Mayor en virtud de que el tramo de la calle Enrique Rébsamen entre Pilares y Miguel Laurent estaba en desuso, por lo que procedía la enajenación al colindante natural: Comercial Mexicana, que lo utilizaría como parte del estacionamiento. El decreto correspondiente lo firmó Ebrard el 26 de noviembre de 2010. No obstante, los representantes de los diferentes comités vecinales de la colonia Del Valle expusieron que dicha calle diariamente es utilizada por vecinos y transeúntes y funciona como desahogo cuando la calle de Pilares se satura.

El tramo de la calle en cuestión comprende una superficie de 3,698.48 metros cuadrados y fue vendido a Comercial Mexicana en 18.4 millones de pesos. A pesar de que Ebrard defendía férreamente la legalidad de las operaciones, gracias a las protestas de los vecinos se logró rescindir el contrato de compraventa dejando la calle en su estado original.

El mismo día en que Ebrard firmó el decreto anterior, se formalizó la desincorporación de los bienes de la ciudad de 25 mil 200 metros cuadrados pertenecientes a un terreno en forma de pancoupé ubicado en Lord Byron y Tres Picos, en la colonia Chapultepec Morales, y el inmueble ubicado en el número 804 de la calle Morena, colonia Narvarte.

La desincorporación del terreno en Chapultepec Morales  se publicó en el Diario Oficial del DF el 30 de noviembre de 2010. En él se informa que el lugar desincorporado colinda con un predio particular, en el que desde 2008 se empezó a construir una torre de 10 pisos. Una nota publicada en Excélsior el 27 de abril de 2011 informa al respecto que los vecinos recordaron que, hasta 2006, había una torre de cuatro pisos que fue demolida por daños estructurales y luego existió una pastelería, que cerró sus puertas en 2008.

El inmueble ubicado en la calle de La Morena número 804, también fue desincorporado en el decreto de noviembre. Se trataba de un edificio de 13 niveles que fue sede de Fertimex, hasta el terremoto de 1985. En 2001, los gobiernos federal y local firmaron el contrato de donación, como parte de un intercambio de predios. Sin embargo, el edificio ya mostraba serios daños.

Otra calle que fue vendida durante ese gobierno fue Doctor Manuel Gutiérrez Zavala, entre Chapultepec y Río de la Loza. Se trata de una superficie de 797.46
Dr. Manuel Gutiérrez, enrejada por Televisa
metros cuadrados que fue desincorporada con el pretexto de que de tiempo atrás había sido enrejada para funcionar como estacionamiento de Televisa. El gobierno de Ebrard consideró que venderla generaría recursos de una vialidad que “no operan como tal y no le generan ingresos al gobierno capitalino”.

Debido a la inconformidad vecinal y a los cuestionamientos el GDF ideó entregar un Permiso Administrativo Temporal Revocable (PATR) que le permitiera a la empresa televisiva usar la calle como estacionamiento, a cambio de pago, pero que se mantuviera como propiedad de la ciudad de México.

Finalmente, el 11 de mayo de 2013, el diario Reforma informó que La Administración de Marcelo Ebrard vendió al hotel Royal Plaza (actualmente Holiday Inn) 434.5 metros cuadrados de la calle Juárez en la Colonia Santa Cruz Atoyac, en la Delegación Benito Juárez (a pocos metros de las instalaciones del periódico).

Calle Juárez (Foto Reforma)
Explica la información: “La compraventa de dicha porción de la calle Juárez, en 4 millones de pesos, se concretó el 6 abril del 2011, según consta en las escrituras públicas 59483 de la Notaría 227, de la cual REFORMA tiene copia.” El 20 de diciembre de 2010 Ebrard ya había firmado un decreto de desincorporación de dicha calle en favor del hotel.

Un artículo sobre el tema publicado en Letras Libres (junio 14, 2011) apunta al fondo de estas operaciones: “Ninguna de las desincorporaciones aquí mencionadas parece enfocarse a aumentar el bienestar de la población, generar nuevos servicios, o lograr siquiera  los mejores ingresos de su venta. Estas desincorporaciones apuntan a una política cortoplacista de generación de ingresos para el GDF y de legitimización de situaciones “incomodas” (invasión de calles) para el mismo gobierno.

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